No está listo para Arredefolk
Cuatro formenterenses se unen para lanzar la fusión definitiva entre tradición, electrónica y espíritu bandarra
IbizaSuben los cuatro al escenario. Primero Cristian Tur y Pere Serra Gallet comienzan a sonar el tambor y la flauta; después, Genoveva Tur hace un uc, mientras, Maria José Cardona coge un cuerno, lo brula y anuncia: "¡Hay jarrito!". Hasta aquí, todo normal (relativamente normal, porque, jarrillo, yo no lo vi). Entonces, Maria José Cardona pulsa un botón en una consola que tiene delante y comienza a sonar una base electrónica. Y se acabó la normalidad.
Los cuatro son de Formentera y se llaman Arredefolk: de 'folk'i 'arredefoi' (eufemismo dearredefotre). Es posible que sea el mejor nombre de grupo inventado nunca en las Pitiusas. Arredefolk practican una fascinante fusión de música tradicional pitiusa con bases electrónicas y letras y melodías a veces originales, otras, secuestradas del cancionero popular, de los hits internacionales o de la pachanga más innumerable. Es como si juntara un baile de pozo tradicional y el KU de los años 80, la mítica discoteca de Ibiza. De la música tradicional pitiusa cogen todos los instrumentos: el tambor y la flauta como base, con la intervención ocasional de las castañuelas y el espaci; sin olvidar el canto redoblado, que practica Genoveva Tur desde los seis años. Pero todo esto queda inmerso en la sopa electrónica que ha creado Maria José Cardona, la instigadora de ese invento demoníaco. "No queremos copiar a nadie", asegura Maria José. "Así que, cuanto más loca es la idea, más nos echamos de cabeza".
La técnica compositiva de Maria José Cardona es la apropiación cultural. O sea, como Rosalía. Coge cualquier música que no sea pitiusa, la pasa por la capoladora y saca sobrasada coenta. Por ejemplo, Tengo un tractor amarillo se transforma en un santiamén Tengo un gorrino que es artista. En otra canción, se mezclan la tradicional Su serena cae pequeña, con el regreso de Seven Nation Army de The White Stripes (Lo-lo-lo-lo-lo-looo-lo...) con la introducción de The Final Countdown de Europe (Ti-desnudo-nu-desnudo, ti-desnudo-ni-desnudo-ni...). Y queda bien. Será la tercera reencarnación musical de Maria José Cardona, después de 4 de Copas y de Imarantia, ahora convertida en una especie de Bizarrap formenterera.
Espíritu bandarra e irreverente
Todo esto está pasando el día del Carmen en es Cubells, en Ibiza. La capacidad de convocatoria de Arredefolk es evidente; ya llevan algunos conciertos, se ha oído hablar de ello, y algunos vídeos en las redes se han hecho virales; el patio donde se da el concierto hace rato que ha quedado pequeño, y el público invade un camino público para desesperación de los miembros de Protecció Civil. Maria José Cardona grita "¡Arredefolk!" desde el escenario, y el público le replica como si se jugara la vida: "ARREDEFOLK!". Te los miras y es fácil pensar en los mallorquines Ossifar (¿Te acuerdas...?) por el espíritu bandarra e irreverente, y más aún en los ibicencos Pota Lait, inventores del electropagés con su mítica Ibiza nidosin. Pero Arredefolk es otra cosa; tienen una idea de proyecto global, ambición, mala intención y ganas de pasárselo bien. Ingredientes que, tal vez, les procuren el éxito. "Ya veremos", medita la líder del grupo. "Ya veremos si esto sólo será arranque de caballo y paro de asno". De momento, confiesan que han tenido que rechazar ya un par de actuaciones porque era incompatible con la vida laboral de algunos de los músicos.
"Cuando colgamos el primer vídeo y las primeras 24 horas ya teníamos 20.000 visitas, la verdad es que no nos lo podíamos creer; yo miraba si es que el móvil se me había españado", explica Cristian Tur. Ellos han sido los primeros sorprendidos de su éxito, y todavía se lo cogen con escepticismo. "Nuestra única ambición es que el público esté a gusto", asegura Genoveva Tur. "Y, sobre todo, no salir con la gonella desgarrada". Con o sin gonella, Arredefolk es un proyecto que ha crecido rápidamente; Maria José Cardona ha tenido que aprender programación electrónica por el camino, mientras que, los sonadores, Cristian y Pere, ambos de 21 años, ambos miembros del grupo de baile Es Xacoters de Formentera, acostumbrados a hacer bailar a todo el mundo a su ritmo, han tenido que aprender a ajustarse a las bases pregrabadas. "Al principio sudamos", asegura Pere. Lo mismo le ha tocado hacer a Genoveva Tur con las castañuelas. En realidad, ésta es la fórmula más frecuente hoy en día en los escenarios: una base previamente grabada, encima de la que tocan unos músicos; a veces, sólo un cantante y unos bailarines. Si está bien hecho, resulta muy difícil distinguir lo que está grabado y lo que no.
Un grupo de directo
Arredefolk son y se sienten un grupo cien por cien de directo. "No pensamos grabar ningún disco", asegura contundente Maria José Cardona. "¿Por qué? ¡Si ya no se venden!". Y no les falta razón. Sudar y hacer sudar al público es su misión. El día del Carmen en es Cubells tampoco fue muy difícil; el calor apretaba fuerte y la humedad se pegaba en la cara como un guante de goma. Peor, como una gonella ruida. En lo alto del escenario, los cuatro músicos se pusieron a bailar campesino. Entre los espectadores, un buen grupo de gente les secundó. "¡Arredefolk!", "ARREDEFOLK!". "Y think is catalan", dijo un turista que lo miraba. Ido sí.