Es Pinzell, memoria de un bar mítico para los jóvenes catalanistas de los 2000
El establecimiento de Palma marcó a casi una generación de gente que vivía los bares como una forma de relacionarse


PalmaAún son muchos los que recuerdan con nostalgia a Pep Capell tras la barra de Es Pinzell. Este bar mítico para la juventud catalanista de los años 2000 marcó casi una generación de gente que vivía en los bares como una forma de relacionarse y conocer gente, más que como un lugar al que ir a beber, que también.
Hacía pocos años que se había fundado la entidad Jóvenes de Mallorca por la Lengua, un momento de efervescencia en el que muchos jóvenes se politizaron a través del catalanismo y el independentismo. Esto, sumado a que el casco antiguo de Ciutat era, en aquella época, una de las zonas de ocio más concurridas —junto a la Lonja y Gomila—, hizo que Es Pinzell se convirtiera en uno de los bares alternativos de referencia para la juventud.
El felanitxer Marc Ordines llevó el bar durante casi dos años, después de que Pep Lladó, conocido entonces como Pep Capell, traspasara el establecimiento a un grupo de personas de la órbita de la Obra Cultural Balear, que vieron el traspaso como una oportunidad para disponer de un espacio vinculado al mundo de la cultura y al catalanismo. Ordines recuerda cómo preparaba decenas de ollas de pomada, que se servían en jarras y se convirtieron en el producto estrella del establecimiento, sobre todo de jueves a sábado. "Mucha gente venía por esa zona, hacían un pan con aceite o una hamburguesa, y después hacían las dos primeras copas. Había que después partían hacia la Lonja o Gomila", explica Ordines.
Aquellas vísperas eran especialmente animados, especialmente los jueves y viernes, cuando los estudiantes de la Part Forana, que en ese momento aún podían permitirse vivir en Palma, salían de marcha antes de volver a su casa a pasar el fin de semana. De Es Pinzell surgieron parejas, amistades e iniciativas que todavía hoy se recuerdan. "Antes no era como ahora, que la gente se conoce por Tinder o queda con sus amigos por WhatsApp. Antes había que salir para conocer gente: venían aquí y siempre encontraban a alguien con quien hacer una velada", añade.
Pan con aceite
La llegada de los primeros síntomas de gentrificación también está presente en el relato. Ordines rememora cómo empezaron a aparecer por la zona parejas de extranjeros que ya empezaban a pipear para comprar viviendas, lo que incomodaba a una parte importante del público del bar. "Cuando yo llevaba Es Pinzell, la Policía Local pasó de venir de vez en cuando a decir que hiciéramos bonda o bajáramos la música, a venir directamente a poner multas, sin margen de negociación. Aquí empezaba a cambiar todo. No decíamos gentrificación, pero era exactamente eso lo que empezaba a pasar."
Después de Ordines, el bar continuó en manos de otro grupo de personas, entre ellos Borja. Ya en aquella época, Es Pinzell salía adelante con dificultades. El ambiente de finales de los 90 y principios de los 2000 ya no estaba. El bar optó por centrarse sobre todo en los pan con aceites y algunas bebidas, especialmente en fechas puntuales. Por último, la crisis, la caída del ocio nocturno y la gentrificación de la ciudad acabaron provocando el cierre de otro establecimiento histórico que había sido mucho más que un bar: un espacio de encuentro, de identidad y de comunidad.
El bar responde
¿Qué música solía sonar?
— Abriendo Pas, Antònia Font y Els Pets.
¿Qué bebida era la más solicitada por los clientes?
— Pomada.
¿Cuál dirías que era la marca del bar?
— Ser un bar con gente y música reivindicativa.
¿Alguna anécdota que te haga reír cuando la recuerdas?
— Un pico tuve que volver al bar porque había dos personas en el baño manteniendo relaciones y, al cerrar, quedaron dentro.