Si ignoras la cuestión, ataca

"No lo sé". Es una oración sencilla, pero estas tres palabras pueden esconder un mundo en determinadas circunstancias. Reconocer que algo no se sabe es enfrentarnos a nuestras limitaciones. Y aquí se abren dos opciones. Este "no lo sé" puede empujarnos a querer aprender, a minimizar nuestras múltiples ignorancias. Millones de personas que han dicho "no lo sé" en algún momento, han dedicado su vida a intentar saber, conscientes de que nunca abarcarán más que una ínfima porción del universo de conocimientos que están al alcance de los seres humanos. Pero otras muchas han optado por hacer trampas, por esconder la ignorancia bajo la alfombra y simular que saben muchísimas más cosas que los demás, siempre con la ayuda de cierta dosis de soberbia y prepotencia, para dar solidez a la apariencia.
Hay muchas cosas que no sé, mi lista no tiene fin y se amplía con cada libro que pasa por mis manos. Pero estoy segura de una cosa: la gente que no está dispuesta a reconocer su propia ignorancia me da miedo. No un miedo terrible paralizante. Es un miedo que se acompaña de una dosis de pena, sobre todo cuando ves que estas personas tienen el poder de hacer que la vida de la gente sea más triste y peor.
No diré nada innovador si destaco que muchos políticos son así. Son quienes se enfadan cuando les hacen preguntas de verdad, no de esas que quieren escuchar y que, entre líneas, les dan la razón. Se trata de representantes públicos que quedan en evidencia a la mínima que alguien quiere rascar y reclama unos mínimos, tanto de fundamentos como de argumentaciones. En definitiva, que no mienta o, en todo caso, que no se invente las cosas. Por eso no es ninguna anécdota que la portavoz de Vox, Manuela Cañadas, se enfadara con una periodista del ARA Baleares, que le reclamó la fuente de sus afirmaciones, como los migrantes son los ejecutores de "violaciones masivas", como ella afirma cada vez que tiene ocasión.
Como tras el humo no hay nada sólido, Cañadas optó por la vía que deja más en evidencia la propia ignorancia: atacó a la periodista, como si en lugar de haber hecho una pregunta hubiera sido terriblemente ofensiva.
Es triste que un partido que esparce el racismo tenga influencia en el Gobierno de todos. Es triste que una representante de la ciudadanía no aproveche las cuestiones que apelan a su ignorancia para reflexionar, como mínimo. Y las disculpas de mentira no sirven para arreglarlo.