Hito a hito

De Villa a Botafoc, las esencias de la Ibiza marinera

Paseo por el gemelo de la actividad humana, comercial y pesquera del puerto de Vila, con su historia, patrimonio y anécdotas

La ruta.
Hito a hito
Joan Carles Palos
14/07/2025
5 min

PalmaLos antiguos establecimientos isleños, o estaban afuera del mar, para alejarse del peligro, o se situaban en lo alto de una colina, para controlarlo desde la altura. Desde la constitución de la antigua Iboshim por los fenicios, en el siglo VI antes de nuestra era, la población se distribuyó a cierta distancia del mar y lo antes posible. Sin embargo, el primer puerto fenicio de Ibiza fue en la Caleta, junto al mar, entre la playa del Codolar y la punta del Jondal, fundado en el siglo VIII aC. El Mediterráneo era un mundo en bullicioso crecimiento y el mar, una inmensa plataforma por la que se movían las misiones comerciales, de un extremo a otro.

¿Quieres apuntarte?

Si estás interesado en participar en esta ruta guiada por Juan Carlos Palos, accede al siguiente enlace . Además, si eres de Mallorca y te interesa ir, el ARA Baleares organiza un viaje a Ibiza , que incluye esta ruta, la del Botafoc y una ruta al puerto de la Savina, en Formentera, los días 7, 8 y 9 de marzo.

Iniciamos una nueva ruta por los alrededores de Dalt Vila, que nos llevará desde las instalaciones más antiguas del puerto de Eivissa hasta las nuevas plataformas para el tráfico comercial y de pasajeros desarrolladas a partir de la nueva península formada a finales del siglo XIX por tres islotes. El ingeniero Emili Pou fue el encargado de dirigir este proyecto de unión de la isla Plana, la isla Grossa y la isla del Botafoc para ampliar el espacio portuario hacia la banda de levante. El faro de la isla del Botafoc, de 1861, soporta el peso de iluminar la entrada al puerto de Vila, aunque su nombre nos remite a la acción de encender fuego sobre los arrecifes que podían suponer un peligro para la navegación.

La isla Grossa y la estación marítima de Eivissa-Botafoc, extensión levantina del puerto de Vila.

El siguiente recorrido es una iniciativa del diario ARA Baleares y de la Autoridad Portuaria de las Islas Baleares para transmitir y dar a conocer el patrimonio secreto de nuestros puertos. No detallamos horarios, sólo la longitud del recorrido, desnivel y altura máxima. Se trata, al fin y al cabo, de un paseo –que podemos realizar solos o acompañados– por calles y plazas llenas de historias, leyendas y un inmenso patrimonio arquitectónico y cultural que requiere tiempo y calma para transitarlo sin prisas y con los cinco sentidos.

La ruta

Nos situamos a los pies del monumento a los corsarios, homenaje del pueblo ibicenco al valor de un puñado de hombres del mar defensores de su tierra y de sus gentes. Es obra del arquitecto catalán August Font i Carreras. Fue inaugurado en 1915, aunque el proyecto nace en 1906 como parte de los actos conmemorativos del primer centenario de la victoria del corsario Antoni Riquer sobre el bergantín inglés Felicity. El corsarismo era una práctica legal de piratería al servicio de reyes y reinas y autorizada mediante la patente de corazones. Formaban unas unidades navales civiles y armadas muy útiles para la defensa de los intereses de las monarquías.

Iniciamos la caminata desde este punto. Nos orientamos hacia poniente y seguimos el paseo que acompaña a la calle de Lluís Tur i Palau (1861-1944), militar y político conservador, declarado Hijo Ilustre por el Ayuntamiento de Eivissa. Nuestros primeros pasos por el puerto de Vila chocan con una serie de pequeños monumentos muy vinculados al talante de la isla. El primero es la obra de Ció Abellí (Girona, 1963), titulada Homenaje a los Hippies, inspirada en la icónica fotografía de Toni Riera de 1972. Después, encontramos las cerezas más icónicas del mundo, marca del imperio del ocio nocturno fundado por Ricard Urgell en 1967. Y haciendo esquina con la avenida de Santa Eulària, por donde continuamos el paseo, encontramos el monumento A la gente del mar, obra encargada por el Ayuntamiento de Eivissa al escultor mallorquín Guillem Terrassa i Pol. Esculpida en piedra viva, representa a un marinero gobernando la nave desde su timón. Fue inaugurada en 1986.

Proseguimos la marcha por la avenida de Santa Eulària. Dejamos a la derecha la estación marítima del ferry de Formentera y nos acercamos al gemelo de la actividad comercial del puerto. Pasamos por delante la sede de la Autoridad Portuaria, de la Cofradía de Pescadores de Eivissa y de la Capitanía Marítima de Eivissa. A continuación llegamos a la rotonda de entrada al paseo Marítim de Vila, presidida por una inmensa mano blanca extendida que sostiene siete perros ibicencos (podencos) en diferentes posturas de caza. El monumento es obra del ebanista y escultor ibicenco Andreu Moreno e inaugurada el 6 de agosto de 2010.

Un portal de bancales, elemento patrimonial característico de este espacio natural del puerto de la bahía de Eivissa.

Continuamos bordeando la primera línea del puerto de Vila, ahora por el paseo de Juan Carlos I. Pronto encontramos una gran zona ajardinada, a nuestra izquierda, detrás de la cual tenemos las Feixes del Prat de les Monges. Vale la pena desviarnos un momento de nuestro itinerario portuario para mirar, aunque sólo por unos instantes, sobre este espacio natural de gran valor ambiental y paisajístico. Lo podemos hacer desde dos observatorios de aves ubicados, uno, el más reciente, de enero de 2025, en la misma avenida 8 de agosto, cerca del acceso a la calle de las Feixes; y el otro, el más antiguo, de enero de 2023, en la entrada del camino viejo de Jesús.

Más de sesenta especies de aves diferentes se han llegado a fotografiar en el humedal de Les Feixes. Últimamente, se han acondicionado unos 15.000 metros cuadrados de suelo municipal, lo que ha permitido revertir la imagen de vertedero ilegal que había alcanzado ese espacio. Esta área fue tradicionalmente ganada para el cultivo intensivo de huerta; llegó a ocupar una extensión superior a los 600.000 metros cuadrados, repartidos entre 146 parcelas agrícolas de forma regular alargada y superficie desigual; una red geométrica de canales excavados perpendicularmente a la costa, las acequias, los hacían de deslinde y servían de drenaje; con un único acceso a cada parcela, el típico portal de bancal encalado, hecho de obra y cerrado con una verja de madera. La presencia humana en la bahía de Ibiza está documentada en textos clásicos desde la época fenicia, pero los primeros bancales son posiblemente de época islámica.

La península de la isla Grossa

Dejamos atrás Les Feixes y nos dirigimos hacia la pequeña península de la isla Grossa, formada por la unión de la isla Plana y de la isla del Botafoc. Dejamos a la izquierda la playa de Talamanca y de la avenida del 8 de agosto pasamos a la calle de Iboshim. A la derecha nos quedan las estaciones marítimas de Eivissa-Botafoc, y al final del paseo, el faro. Ahora, sin embargo, nos desviamos por un vial que nace en el lado izquierdo y que sube a la isla Grossa, 42 metros sobre el nivel del mar en el punto más alto. Durante la Segunda Guerra Mundial se instalaron sobre este islote unas baterías para la defensa aérea y marítima de la bahía de Ibiza (Plan Kindelán de 1940). Finalizaremos el paseo a los pies del faro del Botafoc. Accederemos por unas escaleras que encontramos a la izquierda de la calzada y donde de repente iniciamos el descenso.

Los datos

Dificultad 1 sobre 5

Distancia 4,63 km

Desnivel 37 m

Duración ---

Altitud máxima 42 m

Ruta no circular

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