Hito a hito

Cabo de Barbaria, la luz más meridional de las Islas Baleares

Ruta circular por una tierra fiesta y desolada, en el extremo sur de la isla de Formentera, señada por la fuerte huella del pasado

La ruta de la semana
Joan Carles Palos
24/10/2025
4 min

PalmaEl escritor, médico y político barcelonés Joan Colomines i Puig (1922-2011) definió al cabo de Barbaria como "uno de los lugares más salvajes, inhóspitos, desolados, baldíos y solitarios de la isla. Pero uno de los más atractivos". No en vano, el cineasta vasco Julio Medem escogió este espacio como escenario principal de Lucía y el sexo (2001). La Formentera de Medem era la vía de escape de Lucía (Paz Vega), un agujero en el que caer y reinicializar su vida. El extremo meridional del archipiélago balear es un buen lugar para reencontrar la soledad y al mismo tiempo la esencia de la tierra más primaria.

Pero el territorio que abarca la antigua venta del cabo de Barbaria es mucho más que la representación de un recuerdo desvanecido, que la idea de una isla de bolsillo descubierta por los hippies en los años setenta, fácil de recorrer, en moto o en bicicleta, rodeada de higueras y colonizada por lagartijas resguardadas entre las piedras. Barbaria es un espacio formenterio donde la historia ha dejado una fuerte huella sobre su inmensa desnudez. Justo en torno al llano del Rey, epicentro de nuestra ruta, se concentran un total de treinta y tres yacimientos arqueológicos, representativos de las diversas etapas de la historia de la isla. Veintiún yacimientos pertenecen a la prehistoria, uno a la época púnica, cuatro a la época romana, cinco a la medieval islámica y otros cuatro son de época indeterminada, al no aportar materiales que permitan su datación. Sin olvidarnos de la torre del Garroveret (1763), la más meridional de las torres de vigilancia de Formentera y las Pitiusas.

La torre del Garroveret, del siglo XVIII, testimonio mudo de las tensiones vividas siglos atrás a orillas del mar formenterense.

Si se atrevéis, ahora es el momento de dar el primer paso de este itinerario árido y pedregoso, profundamente fascinante e hipnótico, que nos llevará por una tierra desolada e inhóspita, guiados sólo por la luz más meridional de las Islas Baleares. El punto de partida y llegada es el estacionamiento del faro del cabo de Barbaria, pasado el portillo de la Tanca de Allí Dins, donde no llega el transporte público. La carretera nace en el mismo núcleo de Sant Francesc, en dirección a mediodía. De camino podemos visitar tres yacimientos arqueológicos perfectamente señalizados. El último, Cap de Barbaria, 1, lo encontramos al inicio de la ruta.

La ruta

[00 min] Nos ponemos a andar desde el mismo aparcamiento, desde donde arranca, orientado hacia levante, un caminito que nos acerca al yacimiento antes mencionado. Se trata de una construcción de planta circular de unos 13 m de diámetro, cuyo tercio nororiental fue casi destruido para hacer grava cuando se hizo la carretera. Sólo conserva un zócalo en forma de muro de dos hiladas paralelas con relleno interno. Cabo de Barbaria 1 corresponde a la época del bronce antiguo y medio (en torno al 1600-1000 aC), momento en que la isla se encontraba densamente poblada.

Dejamos el yacimiento arqueológico atrás y seguimos por el camino (E/SE) que ahora nos acercará a un grupo de sabinas, entre las que destaca una por las dimensiones y por la forma de la copa [05 min]. Mide 5,5 metros de altura, con un diámetro de copa de casi 9 metros, y la cepa mide 54 cm de diámetro, con un perímetro de casi 2 metros. Es un ejemplar relativamente joven, de menos de 100 años. En 1992 fue catalogada como árbol singular por la Consejería de Medio Ambiente. Más adelante encontramos los restos de una máquina de hierro antigua, a la derecha del camino.

Una de las dificultades del recorrido son los numerosos senderos trazados sobre la seca y rocosa superficie del terreno que atravesamos. [20 min] Encontraremos hitos, que deben orientarnos hacia xaloc, hacia el mar. Avanzamos paralelos al torrente de Els Pins, que tenemos a mano izquierda. Una vez alcanzamos el litoral [30 min], el mismo camino nos conduce en dirección a mediodía, hacia nuestro primer punto de interés, que ya tenemos a la vista. Es la torre del Garroveret [50 min]. Antes, atravesaremos el lugar conocido como el Forn, una pequeña depresión del terreno.

Torre del Garroveret

Esta construcción, dedicada a la vigilancia costera, fue terminada de construir en 1763. La ejecución, como la del resto de las torres de la isla, corrió a cargo del ingeniero García Martínez, que siguió los proyectos de 1756 de Joan Ballester. Se trata de una edificación de estructura troncocónica de nueve metros de altura, de dos plantas y con una plataforma superior con garita y protegida por un parapeto seguido. En los años inmediatos a su construcción, fue artillada con piezas procedentes de la iglesia de Sant Francesc Xavier. En 1824 tan sólo cumplía las funciones de atalaya. Tampoco tuvo torreros permanentes hasta 1852, cuando se creó este cuerpo dependiente del Ministerio de la Guerra. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1949.

Salimos de la torre en dirección al cabo de Barbaria y su faro, de 1967. Un tramo corto, de escasos diez minutos, que haremos por un sendero que pasa por encima del cabo de las Cibolles. [1 h 00 min] Salimos a la explanada, usada como aparcamiento, junto a la valla rectangular que rodea el faro de Barbaria, donde ubicamos nuestro particular finis terrae al sur del archipiélago balear. A escasos metros de la mencionada infraestructura, en dirección al mar, encontramos la cueva Foradada del cabo de Barbaria, de acceso vertical por una escalera de madera, que nos permite alcanzar una nueva perspectiva del entorno.

La colosal e inconfundible figura del Vedrà domina la visión de la segunda mitad de la ruta.

Retomamos la marcha hacia poniente, seguimos los hitos que nos señalan el camino más claro. Pasaremos tres torrentones, el primero y más sencillo es el del Ras. Después topamos con el de Teia [1 h 10 min], que nos obliga a hacer una voltera por el interior para salvar su incómodo vado. Y finalmente, el de la Falzia, que ya nos sitúa en el final de nuestra ruta, una travesía costera que en este último tramo nos permite disfrutar del colosal e inconfundible perfil del Vedrà. Al chocar una pared seca, límite de la Valla de Allí Dentro, que se detiene sobre el acantilado [1 h 45 min], debemos girar a la derecha, cuesta arriba. Seguimos unos hitos que nos acompañarán hasta un camino de tierra que seguiremos hasta la explanada de la que hemos iniciado nuestra marcha [2 h 00 min].

Los datos

Dificultad 2 sobre 5

Distancia 7,54 km

Desnivel 153 m

Duración 2 h 15 min

Altitud máxima 93 m

Ruta circular

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