31/10/2025
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He leído de arriba abajo el anteproyecto de ley agraria, y cientos de alegaciones. Hay una coincidencia en la crítica y en la alabanza. Lo que más nuca se ha llevado es el intento del conseller Joan Simonet de resolver los ingresos del campo poniendo a turistas. Desde los hoteleros hasta parte del sector agrario consideran que ésta no es la forma de promocionar la producción agrícola.

Nos hemos llenado la boca diciendo que son los campesinos los que conservan el paisaje, la tierra, que capturan CO2 y que hacen alimentos de calidad. Y si todo esto lo tenemos claro, ¿pensamos que metiendo turistas esto irá a mejor? No. Ya acumula demasiado mordeduras para hacer chalés y para poner placas solares. El campo fabrica paisaje, comida y futuro. Es el mejor aliado incluso del turismo; bueno, del de calidad.

Después de años declarando estratégicos proyectos como la empresa vidriera de la familia Nadal, o las placas solares que destrozan el suelo rústico, han llegado los hoteleros y han hecho la propuesta más interesante de todas: declarar todo el sector agrario y ganadero balear como estratégico. Buscamos entre todos una estrategia, fórmulas de viabilidad y de obtención de recursos, hacemos de verdad la compra a quien la tenemos que hacer. Tiene la razón Simonet cuando dice que todo el mundo quiere el campo, pero acabamos comprando los alimentos importados. Pero se equivoca y mucho en cómo quiere resolverlo. Será la muerte. Ni ampliar edificios, ni hacer restaurantes ni comercios. Ni alojamientos. Fabricamos alimentos y ayudamos a quienes lo hacen.

Es necesario un proyecto para el campo. Icalan organizaciones agrarias fuertes que lo entiendan. Alguna de las gordas me ha sorprendido (negativamente) con sus equilibrios por no enfadar al conseller.

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