Dificultad 2 sobre 5
Distancia 7,7 km
Desnivel 83 m
Duración 2 h 05 min
Altitud máxima 91 m
Ruta circular
PalmaEsta semana os proponemos una caminata por la vertiente marítima de poniente de la venta del cabo de Barbaria. Según descripción delEnciclopedia de Ibiza y Formentera (eeif.es), Cala Saona es el extremo occidental de la depresión situada entre la Mirada y el monte de Guillem, las elevaciones principales de la parroquia de San Francisco Javier. La cala estricta tiene como extremos la punta del Caracol hacia poniente y el lugar conocido como la Guaita Vella hacia mistral. Por extensión, el topónimo hace referencia también a una vasta zona interior y costera que abarca desde la punta Rasa (O) hasta el caló den Trull (N). Sobre el origen del nombre Saona, bastante opaco, se han propuesto algunas teorías, basadas o bien en la relación con el verbo 'sazonar', o bien con la semejanza del nombre con otros lugares mediterráneos. No hay que descartar la posibilidad de un origen antroponímico, dado que el apellido Saona se encuentra documentado en Mallorca en 1233.
No en vano, “Cala Saona es la cala por excelencia de Formentera. Sin embargo, no es un puerto de lo más abrigado, si los vientos son de poniente o tramontana. La costa del Toro y la punta Rasa la deben amparar del mediodía. el hostal. A ambos lados, cuesta dócil, es placentero estar a esa hora, fondeados en medio de tanto silencio, cuando todavía la osada y los músculos llevan clavado el repique del motor. estirar las piernas..." (Las estelas de la luz, Josep Marí Marí, 1991).
El punto de partida es fácil de localizar. La carretera de Cala Saona nace en la del cabo de Barbaria, a mediodía, junto al supermercado y restaurante Es Cap. La carretera termina tras un monumental hotel, de arquitectura estándar, y varios chalets y establecimientos de restauración. No existe transporte público durante los meses de invierno. La línea 5, que une el puerto de la Savina y Cala Saona, sólo funciona en temporada alta.
[00 min] Desde el final de la carretera de Cala Saona, accedemos a la playa por una pasarela de madera orientada a poniente. Atravesamos el arenal de derecha a izquierda, tomando como referencia la torre de vigilancia y socorrismo. De aquí pasamos al final de una pista de tierra que da acceso a los vehículos y personas que tienen utilice a los varaderos de la cala [05 min]. Vale la pena mirar un momento a modo de timba y disfrutar de estas instalaciones, icónicas en el paisaje cultural costero. Un sitio seguro para las barcas, imprescindibles para la pesca, declaradas Bien de Interés Cultural. En este lugar, nos damos cuenta que el litoral de Cala Saona junta todos los azules posibles del mar formenterense.
Desde aquí en la punta Zanja [20 min], la orilla se presenta poco accidentada y con una pendiente suave. Continuamos dando pasos rozando el acantilado, que pausadamente nos va ofreciendo una mejor y más ancha perspectiva. Lenta pero inexorablemente, el entorno se convierte en un magnífico y exclusivo mirador desde el que contemplar el resto de la costa, desde la torre de la Gaviota (s. XVIII), la más occidental de las torres de vigilancia de Formentera, hasta la marina de mediodía de la isla de Ibiza. Un auténtico espectáculo visual en un día despejado.
De repente doblamos la cabeza, orientados ahora hacia el mediodía. Desde la punta Rasa, continuamos ganando altura suavemente sobre el mar en dirección al cabo Alto. A partir de ahora, la costa se eleva como si emergiera desde las profundidades del mar. [30 min] En este entorno, precisamente, se ubican toda una serie de chalets diseminados. Nosotros, haciendo uso del dominio público, pasamos junto a la timba. [35 min] Pasado el Rincón Alto, la ruta supera una serie de paredes secas, algunas bien bajitas. En otros casos, sin embargo, son construcciones mucho más atrevidas que se instalan y acechan sobre la vertical del acantilado. La garriga interior contrasta con el corte de la roca, áspero y seco, sobre el mar azul.
A partir de aquí, el sendero se decanta discretamente hacia el interior, entre matas y sabinas reclinadas por voluntad de los fuertes vientos. Poco a poco, por el paso y la mirada, divisamos una mancha blanca sobre el paisaje que rompe la monotonía del paisaje. Se trata del chalet solitario llamado Es Celacant [1 h 00 min], situado en la acera del acantilado, cerca del rincón de la Leña, lugar costero de poniente del cabo de Barbaria. Ha llegado el momento de iniciar el camino de regreso y de alejarnos del litoral.
Desde el mismo chalet, nos orientamos hacia levante y seguimos el camino de tierra –el camino del caló de la Llenya– que nos ha de conducir hasta la carretera –camino de Can Corbeta– que conduce al centro de gestión de residuos Cap de Barbaria. Hacia el mediodía, observamos la discreta elevación del monte Guillem, situado entre el torrente de la Fusta y el rincón de la Leña. Su altura sobre el nivel del mar es de 107 metros, lo que le convierte en el segundo punto más elevado de la isla de Formentera. Durante la Guerra Civil se construyó una torreta militar –la cual nos revela la posición de la montaña– de base cuadrada que sirvió para el control del paso de aviones. Se encuentra también un vértice geodésico. Dejamos la costa atrás, nos sumergimos en la garriga interior y avanzamos encajados entre paredes.
[1 h 25 min] Salimos al camino de Can Corbeta, asfaltado, al que nos incorporamos por la izquierda, hacia tramontana. Cerca de un kilómetro más adelante [1 h 35 min], salimos del vial por la izquierda, donde encontramos indicadores de rutas, y giramos de repente a la derecha. A partir de aquí, vamos enfilando caminos de tierra, siempre orientados hacia mistral. [1 h 50 min] Salimos al camino de la punta Rasa, ancho y de tierra, cincuenta metros a la izquierda tenemos que ver a la derecha un sendero. Le seguimos, es el camino que nos debe llevar de regreso a la playa, en Cala Saona. Durante el recorrido, escondido entre la vegetación, toparemos con un interesante elemento etnológico, el pozo de Cala Saona, declarado Bien de Interés Cultural. Se trata de una construcción de sección circular de gran altura, mampostería en verde y dotada de un conjunto de escalones para acceder a la boca. En escritos del siglo XVI, se le menciona por la importancia que tiene por el abastecimiento de agua de los piratas que asediaban el litoral formenterero entre la primavera y el otoño, lo que incrementaba la peligrosidad del entorno.
Desde aquí la entrada a la cala debe hacerse por un lateral, sin invadir la zona dunar, o siguiendo cualquiera de los senderos que sin llegar a salir al mar nos conducen nuevamente a nuestro punto de partida [2 h 05 min].
Dificultad 2 sobre 5
Distancia 7,7 km
Desnivel 83 m
Duración 2 h 05 min
Altitud máxima 91 m
Ruta circular
@Fita_a_Fita