Antipolítica
Casi en el ecuador de esta legislatura, parece que las Islas Baleares se han convertido, como ya ha ocurrido con territorios como la Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura y Murcia, en el campo de pruebas de la antipolítica que se avecina en el ámbito estatal. O lo que es lo mismo: la realidad que se genera cuando un partido liberal o conservador, de corte democrático como se reivindica el PP, pasa a necesitar los votos de partidos antisistema y de extrema derecha, de discurso populista y anticonstitucionalista, como lo es Vox. Se salvan pocas instituciones, y el Gobierno de las Islas Baleares, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma sirven de desgraciados botones para esta muestra.
El Gobierno ha vuelto a ser noticia esta semana por dos motivos distintos. Por un lado, debido a que el Plan de segregación lingüística del conseller Vera ha fracasado una edición más, con menos de un 5% de solicitudes de centros dispuestos a separar a sus niños en función de la lengua que hablan; una medida supuestamente impuesta por Vox a cambio de dar estabilidad al Gobierno. Por otra parte, también se ha hecho pública la noticia de que Vox no votará a favor de los presupuestos para el próximo año, lo que además de cuestionar la continuidad del actual Ejecutivo debería suponer la inmediata retirada de este plan contra un consenso que ha durado décadas: ¿piensa el PP volver a la sensatez ya la moderación?
En el Consell, la aritmética electoral ha hecho que Vox entrara a gobernar con el PP, lo que ha supuesto medidas aún más duras para contentar a los nacionalistas españoles. Un buen ejemplo es la eliminación de las ayudas nominativas a la Obra Cultural Balear, representante de más de 5.000 ciudadanos isleños en la defensa de la lengua, la cultura y el país, y en Jóvenes de Mallorca por la Lengua, un ejemplo de entidad juvenil que fomenta la autoestima entre los jóvenes. Sin embargo, las ayudas de una institución como el Consejo no deberían ir vinculadas a ninguna ideología política, sino a la utilidad y la labor que llevan a cabo las entidades receptoras; una tarea indiscutible y contrastada durante años, en ambos casos.
Finalmente, y como una caricatura, está el Ayuntamiento de Palma, que pretende declarar, en el pleno de la próxima semana, a Pedro Sánchez como persona non grata en la ciudad, como responsable de que "España esté políticamente enfermaSí. Lo habéis leído bien: se trata de una proposición de Vox a la que el PP seguramente votará a favor, y no de una expresión de Joseph Goebbels. compañeros de viaje, Prohens, Galmés y Martínez abanderan más bien lo contrario, y se distancian de la imagen de moderación que querrían proyectar después de la fosquísima era Bauzá.