Salida de emergencia

"Somos negra, somos mallorquina y hablo catalán"

19/09/2025
Escriptor
3 min

Las palabras del titular son las mismas que ya citó Jaume Cladera en su crónica en el ARA Baleares, y son pronunciadas por una alumna del IES Josep Sureda i Blanes, de Palma, en un vídeo en el que ella y un grupo de otros alumnos del mismo centro ponen en valor el catalán como lengua de aprendizaje y de convivencia. El vídeo se ha hecho viral, palabra extraña que por una vez tiene aquí un valor excepcionalmente positivo: el vídeo es importante, diríamos que muy importante, y merece toda la difusión que pueda hacerse. Y por supuesto, el aplauso a los alumnos que hablan ya los profesores que les hayan ayudado, o animado, a realizar esta excelente aportación a la defensa de la lengua propia de Baleares ya la cohesión social de estas islas. Dos cosas que van unidas estrechamente.

Los jóvenes que salen a hablar en el vídeo comienzan lamentando que mucha gente en su entorno abandona el catalán en la primera ocasión que una persona dentro de un grupo o reunión habla en castellano, un comportamiento absolutamente extendido, como sabemos, en nuestra sociedad. Pero no se detienen en la lamentación, sino que proponen, y piden, que nos propongamos hacer la vida (y la enseñanza, por supuesto) siempre en catalán. Muchos repiten una misma frase: "¡No me excluyas, háblame en catalán!". La frase tiene todo su sentido porque todos ellos son inmigrantes, o hijos de inmigrantes. Todos son de piel oscura y las hay de procedencia latinoamericana, magrebí, subsahariana. Algunos son musulmanes, otros no. Tienen en común que todos hablan en catalán y que son, como dice la frase del titular, mallorquines. Tan mallorquines como cualquiera de los que puedan tener tantas generaciones y tantos apellidos como quieran de pedigrí mallorquinísimo.

El mensaje de estos jóvenes no está sólo en sus palabras, sino en sí mismos. Entre la multitud de errores graves que comete con relación a los inmigrantes, el nacionalismo español comete uno especialmente necio, que es presuponer que los inmigrantes sólo deben querer aprender castellano, porque el catalán no debe servirles para nada. Es un prejuicio tan absurdo como cualquier otro prejuicio, y los inmigrantes muy a menudo son los primeros en darse cuenta, como dejan claro los alumnos de Sureda y Blanes. De ahí que las encuestas promovidas por el PP y por Vox sigan dando una preferencia absolutamente mayoritaria en favor de la enseñanza en catalán, y es por eso que son exitosas las movilizaciones ciudadanas en favor del catalán: porque la mayoría de los inmigrantes también quieren el catalán como lengua para la enseñanza y la vida de sus hijos. Porque entienden que sin el catalán, su integración en esta tierra no se va a producir. Por eso, en el vídeo dicen "no me excluyas".

Y por eso también es absurdo otro miedo –otro prejuicio–, que comparten algunos (bastantes, teme) de defensores del catalán en Baleares, y es la idea de que los inmigrantes forman parte, o son instrumentos, de un supuesto proceso de sustitución cultural y lingüística. No es así, y todavía menos tiene por qué serlo. Al contrario: para una lengua minorizada como el catalán, la llegada de nuevos hablantes es motivo de una nueva esperanza. Por eso, difícilmente puede haber algo más contraproducente que recibirlos con recelo o suspicacia, o directamente con rechazo. Ya no digamos con hostilidad o con actitudes supremacistas, como hace la extrema derecha racista de Aliança Catalana y ya empiezan a propugnar algunos por ahí. Más vale que algunos empiecen a entender que los mallorquines, los menorquines, los ibicencos y los formenterenses también pueden tener la piel oscura, profesar religiones que no sean la católica, cocinar comidas que hasta ahora no conocíamos y tener la familia no en la Península, sino un poco más lejos. Son negros, son mallorquines y hablan catalán: no los excluyes y no te excluyas a ti mismo de un futuro que ya está presente.

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