Reyes Rigo, la última activista de la Flotilla en poder volver a casa
Israel la retuvo tras un episodio en prisión, pero finalmente será deportada


PalmaLa última activista española de la Flotilla Global Sumud, la mallorquina Reyes Rigo, ha llegado finalmente a un acuerdo con la Fiscalía de Israel para poder ser deportada, después de cuatro días extra de preocupación entre su círculo. Las autoridades israelíes la habían retenido en prisión preventiva acusándola de haber mordido a una funcionaria del servicio médico de la prisión de máxima seguridad de Ketziot, en el desierto de Négueb. Sin embargo, su compañera de celda, la militante de Podemos Alejandra Martínez, lo pone en entredicho. "Yo no vi esto, sino que presencié un episodio violento en el que arrastraban por el pelo Reyes y nuestra compañera danesa Nina para forzarlas a cambiar de celda", asegura. También niega categóricamente que hubiera ningún sanitario durante el suceso: "No nos dieron asistencia médica en cinco días".
Martínez y la concejala de Podemos en Palma Lucía Muñoz conocieron Rigo durante la Marcha Global por Gaza que se hizo en Egipto en junio. Como las tres son mallorquinas, cerraron filas durante los preparativos de la Flotilla. "Un día fuimos a comer a su casa, nos hizo un curry de calabaza buenísimo", rememora Martínez. Descubrió a una activista politizada desde muy joven contra la dictadura de Augusto Pinochet, que, además, pertenece a una familia de izquierdas. "Estaba muy orgullosa de su linaje antifascista", cuenta: "Sus padrinos fueron represaliados y sus padres también tomaron parte en la lucha antifranquista".
La acupuntora y especialista en medicina china se formó en los años 90 y trabajó en Europa y Asia. Durante años colaboró con ONG por diversas causas hasta que en 2020 regresó a Palma, donde abrió su propia consulta. Conocida en el mundo del activismo de Palma, Rigo se implicó en movilizaciones en apoyo del pueblo palestino en Son Espanyolet, con el movimiento por la Memoria Democrática y también con la plataforma Menos Turismo, Más Vida.
Durante la travesía hacia Gaza, las tres mallorquinas se separaron. Mientras Martínez y Muñoz viajaban a la embarcación Huga, Rigo fue alAddara. No volvieron a encontrarse hasta que ya estaban detenidas. "Le ordenaron que repartiera la comida, y fue ahí cuando nos vimos; fue emocionante", recuerda Muñoz, compungida: "Nos dimos ánimos". Ambas todavía se encuentran en Madrid, desde donde han presionado para poder volver con Rigo hacia Mallorca. Tras cuatro días de incertidumbre, respiran aligeradas.