Juicio por el asesinato de Matilde Muñoz en Indonesia: el robo fue una represalia

PalmaLa Fiscalía de Indonesia ha acusado este miércoles a los dos sospechosos del asesinato de María Matilde Muñoz Cazorla, la española de 72 años hallada muerta en la isla de Lombok, de haber planificado un robo y el posterior asesinato como venganza por un presunto malentendido con la turista.

Un tribunal del distrito de la ciudad de Mataram ha celebrado este miércoles la primera sesión del juicio por el asesinato de Muñoz. La audiencia fue presidida por el juez Kelik Trimargo y contó con la presencia de los dos acusados, Suhaeli y Heri Ridwan, sentados en el banquillo con abogados de oficio.

Durante la vista, en la que no han comparecido testigos ni han declarado los procesados, la Fiscalía indonesia -representada por el fiscal Danny Curia Novitawan- ha explicado que el plan inicial de Ridwan consistía únicamente en robar los objetos de valor de la habitación donde se alojaba la víctima, en el hotel Bumi.

Según el relato de los fiscales, Ridwan, trabajador del establecimiento hotelero, habría planeado el robo como represalia por un presunto malentendido con su mujer. La víctima murió después de ser asfixiada y golpeada. La Fiscalía acusa a ambos hombres de los delitos de asesinato premeditado y robo con violencia.

El cuerpo de la mujer, nacida en Galicia y residente en Mallorca desde hace años, fue hallado en agosto enterrado en una playa de una zona cercana donde se perdió la pista. La última vez que fue vista fue en las inmediaciones del hotel Bumi Aditya, en la playa de Senggigi, donde había pagado por adelantado una estancia de 20 noches, según explicó a Europa Press su sobrino y representante de la familia, Ignacio Vilariño.

La Policía de Lombok Occidental no inició la investigación por su desaparición hasta el 13 de agosto, después de que la Embajada de España en el país solicitara ayuda por escrito. Previamente, la familia había calificado el caso de "crimen de manual" y había instado tanto a la policía indonesia como a Interpol a intensificar las búsquedas.

La mayor parte de las pertenencias de la víctima –ropa, libros, sandalias, anotaciones personales y su mochila– aparecieron en la zona de estiércol del hotel. Sin embargo, no se localizaron ni el pasaporte, ni las tarjetas de crédito ni el teléfono móvil, lo que reforzó la hipótesis de un robo con violencia o de un intento deliberado de borrar pruebas.