Todos los Santos

Fossers, un trabajo a realizar

Descubrimos la historia de personas que en su día a día conviven con las penas y momentos difíciles de todas las familias de nuestros pueblos

El cementerio de Sineu, en una imagen de archivo
Joan Socies
01/11/2025
7 min

SinedLa festividad de Todos los Santos suele ser un momento en el que giramos la mirada hacia los cementerios, espacios que, demasiadas veces, asociamos a momentos tristes, de recuerdo, de emociones, de pena. También los hay que encuentran reconfort y bienestar. Es éste también un espacio donde trabajan personas en su día a día y que conviven con las penas y momentos difíciles de todas las familias de nuestros pueblos.

La historia de los cementerios del Pla sería larga de contar, empezando por los entierros dentro de los núcleos, junto a las iglesias, para después sacarlos a las afueras. Espacios patrimoniales con tumbas y espacios que recuerdan a los grandes personajes del Pla de Mallorca. Puestos de miedo, de misterio o de rabia. Lugares de muerte y asesinatos.

También de personas que han dedicado su vida, los foseros del Pla de Mallorca. Así, estos días previos a la festividad de Todos los Santos, días de trajín, hemos hablado con algunos de los que fueron "dueños" del cementerio.

Andreu Nicolau Encontrado 'Cudem'

El amo AndreuCudamosnació en la villa de Porreres en 1940. De joven trabajó de panadero y cantero. Voltó por diferentes lugares de Mallorca hasta que regresó a su pueblo natal para tomar, a partir de 1985, las riendas del cementerio municipal.

Explica cómo cogió el relieve del viejo foser, el dueño TomeuSale. "Entonces no era como ahora. Cuando entré a trabajar en el cementerio, en algunas tumbas enterrábamos a los muertos sobre los huesos de los anteriores muertos. Había gente que no podía permitirse pagar según qué entierros". "Al poco tiempo de yo haber entrado, el alcalde, Pep (Roig) deSonido en Amat, habló de arreglarlo por temas sanitarios y ya no volvimos a hacerlo".

Andreu Nicolau Encontrado

El amo Andreu recuerda que "al principio cuando llevaron la cámara frigorífica muchos vecinos no querían poner a sus familiares allí dentro. Encontraban que no era un lugar idóneo donde poner a su familiar".

"Enterrar a niños y jóvenes era lo peor de todo. Era un momento dolor de pasar. Yo sólo anhelaba acabar, hacía más vía que con los demás". Cuenta cuáles eran los momentos más difíciles que ha pasado en un cementerio. Pero también existen momentos emotivos. "Recuerdo a un joven que murió y su padre vino a preguntarme si no podrían poner la pelota de baloncesto dentro del ataúd… y así lo hicieron".

También rememora los días de Todos los Santos como días de mucho trabajo. "Recuerdo especialmente un año que vino la concejala que se cuidaba del cementerio. Fue un año que coincidió en que hubo bastantes muertos, y me dice: Andrés, deberías quitar esas hierbas de dentro de las pateras de la entrada. Le dije: 'Tengo dos aquí para enterrar y otro que me han dicho más que no me han dicho por el pueblo."

Finalmente, lo que tiene claro es que "sin papeles yo no hacía nada". "Había algunas funerarias de fuera pueblo que llevaban a alguien a enterrar aquí y me decían: '¡Au, au, coge aquí!'. Y yo les decía: '¡Ou, ou, sin papeles no cojo nada!".

Gabriel Mayol Cerdà 'Llobet'

En 1965 nació en Montuïri, Gabriel Mayol Cerdà. Ahora lleva 30 años trabajando en el cementerio municipal de Campana. Primero lo hacía como persona de mantenimiento, ya que todavía eran los canteros del pueblo los que se encargaban de hacer los entierros. Ahora, hoy con la gestión del cementerio por parte de Parque del Auba en Biel es quien lleva su manejo.

"Al principio no lo hacía todo yo, estaban los picapiedras que hacían de enterradores. Fue el año 2012, cuando se dio el cementerio a la empresa Parc de l'Auba, que yo pasé a formar parte.

Desde entonces, llevamos el suelo, les llevamos el mantenimiento, familias, así como el mantenimiento del tanatorio".

Gabriel Mayol Cerdà 'Llobet'

Si le pedimos por cómo ha cambiado su trabajo estos últimos 30 años, explica que "aquí, la verdad, ha cambiado poco, porque este cementerio es muy antiguo y el trabajo es complicado. De más antiguo se enterraba en tierra, directamente; ahora, en las dos ampliaciones del cementerio más nuevas, ya se entierran directamente dentro, ya se entierran directamente ponemos la tapa. Esto hace que todo sea más rápido y práctico. Fue siete u ocho años después de que yo entrara. Al principio no había nada: teníamos una sala con aparatos de refrigeración industrial. Pero cuando se estrangaron, decidimos poner un túmulo, una cámara frigorífica donde el difunto puede estar hasta seis días sin ningún problema".

Como en el caso que nos había contado AndreuCudamos, Biel Mayol también explica que "había gente que no quería dejar al difunto". "Deben pensar que antes los tenían en su casa, y les costaba aceptar que, pocas horas después de morir, ya tuvieran que llevarse dentro de esta cámara". Hubo gente que me dijo: '¿Y si se despierta?'. Yo les decía: 'No se preocupe, está bien muerto". Era sobre todo la gente mayor la que no quería entenderlo; para ellos era muy fuerte eso de ponerlos dentro de una máquina".

En cuanto a los entierros "complicados", Mayol recuerda "sobre todo los de personas de mucha envergadura… Los teníamos que llevar a peso. Al principio no teníamos las carretillas ni los materiales que tenemos ahora, y los teníamos que llevar entre dos hasta la tumba… y era muy pesado. Ahora ya es diferente.

Los foseros también son personas y no son ajenos a los sentimientos de luto. Si le pedimos por esos momentos más difíciles, Mayol lo tiene claro. "Por desgracia, los de niños pequeños. Aquí en el cementerio tenemos neonatos y niños de dos o seis años… Y también jóvenes de veinte o veintidós años.

Estos me han afectado mucho, porque muchos los conocía, no porque fueran familia mía, sino porque conocía a las familias, la gente del pueblo. Mi padre le llevaba de dentro, pero estos jóvenes me han tocado mucho, porque lo vives desde fuera, con impotencia".

Y añade: "En casos de accidente es muy duro hablar con la familia. Tienes que tener mucha paciencia: primero va la Guardia Civil, te cuentan lo que ha pasado, y luego vamos nosotros. Tienes que actuar casi como un psicólogo. No puedes ir de repente, debes esperar a que te puedas hacer de mal. mal".

Pedro Fontirroig Vallcaneras 'Xuto'

En Lloret de Vistalegre si hay una persona polivalente en la brigada municipal, éste es PedroChuto (Lloret, 1961). Hace unos años fue responsable del cementerio municipal. Era una tarea que llevaba a cabo las tardes con otra persona. Ambos se encargaban de la gestión del cementerio: "mantenimiento, entierros, limpiezas, todo. Antes todo era más manual: abríamos las fosas, colocábamos las lápidas, quemábamos los restos de madera…".

"En aquel tiempo las cosas eran muy diferentes. No había tumbas como ahora, bien hechas, sino que muchas eran sepulturas en tierra o nichos antiguos. No había empresas especializadas: todo lo hacíamos nosotros".

Pedro Fontirroig Vallcaneras 'Xuto'

"En Todos los Santos era la época de más trabajo. Debíamos dejarlo todo listo. Limpiábamos las paredes y los caminos, poníamos flores, colocábamos cirios, preparábamos la música para la misa, las mesas… todo. Nos dedicábamos completamente para que aquel día todo."

Pedro Fontirroig llegó al cementerio en un momento en que no se había tenido mucha mención con los cementerios. "He visto muchas cosas a lo largo de los años. Una vez, abriendo una tumba para realizar una nueva inhumación, nos encontramos restos antiguos, de un entierro de hacía más de cien años". También, y sólo me ocurrió una vez, encontré un cuerpo momificado. Estaba intacto… era una monja".

Entre los momentos más difíciles, como el resto de foseros del Pla, PedroChutocoincide: "Los entierros de jóvenes o de personas conocidas del pueblo es lo que más nos duele. Recuerdo especialmente a un joven de unos doce o trece años; aquella vez me impresionó mucho, porque había mucha gente y era un caso muy triste".

Fontirroig ve cómo el trabajo de aquellos años en el pequeño cementerio aferrado a la Comuna de Lloret ha cambiado mucho con los años. Finalmente añade que "tengo que decir que en su momento, pese a las carencias, lo hacíamos con mucha dedicación y voluntad".

Rafael Real Sabater 'Monoll'

El sineuer le amo RafaelMonollotiene 85 años cumplidos. Trabajó de maestro de obras y todavía recuerda cuando le ponían diez sacos de cemento de 50 kilos cada uno sobre la espalda. Durante años fue el encargado del mantenimiento, entierros y destierros del cementerio de Sineu.

"En el Fossar antiguamente se enterraba. Yo todavía he visto hoyos de dos metros de profundidad. Pero entonces lo empezaron a llenar de escombros para ponerlo plano. Todos los carros, porque entonces había carros todavía, llevaban a tirar los escombros allí". Así recuerda RafaelMonolloaquel antiguo foso de Sineu.

Rafael Real Sabater "Monoll"

Real se puso joven a llevar el manejo de enterrar y desenterrar. "Yo tendría quince años. Mi padre ya trabajaba allí, pero estaba mal de las piernas y me enseñó. Debía de ser hacia 1965 o 66". Y hasta hace dos días, como aquel que dice… "Hasta 75 años aún sacaba muertes. He sacado cientos".

"Entonces todo era muy diferente. No había coches, ni iluminación como ahora. Hay que pensar que siempre hacíamos los entierros de noche, después de haber llevado al muerto al funeral. Emprábamos una lámpara de carburo. No había corriente!

"En Sineu teníamos,y tenemos, el carro de los muertos. Lo hizo un carpintero de Sineu, maestro PepPanerero,que también fue alcalde, uno de los mejores alcaldes que hemos tenido. Ido, cuando el carro salía hacia el cementerio, todo el mundo iba detrás, hasta llegar al lado de una higuera muy grande que llamamos "la higuera de los muertos". Allí, todo el mundo se detenía, curas y todo. Sólo seguían a la familia y al carro. Bajada la caja del fallecido la familia partía y quedaba yo con la lámpara de carburo y… hasta terminar”.

"En el cementerio hay una piedra grande, preciosa, con un hoyo donde se pone la cabeza; es donde se hacían las autopsias. Primero venía un médico de Inca y después vino su hija y me decía: 'Corta aquí, corta allá'.

"Jóvenes han muerto muchos y otros de accidente. Cuando muere un joven, siempre impresiona más. Pero es la vida, tú tienes que hacer tu trabajo. Tienes tanta pena como el resto del pueblo, pero eso tienes que hacerlo, no hay otra"

"Hay un señor, y hay un señor, hay un señor, hay un señor, hay un señor, y hay un señor, Don y Don quería ser enterrado dentro de la tierra. Hice un hoyo de dos metros de largo y uno ancho y lo enterraré.

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