Obituario

Muere el pintor mallorquín Joan Guerra, referente del arte naïf arraigado en la tradición popular

Su obra está vinculada al imaginario popular, la iconografía religiosa y la vida cotidiana de la isla

Una de las obras de Joan Guerra.
ARA Balears
17/12/2025
2 min

PalmaEl pintor mallorquín Joan Guerra, también conocido como Juan Guerra, ha fallecido este miércoles en la isla. Nacido en Sencelles, fue una de las figuras más singulares del arte naïf en Mallorca, con una obra profundamente vinculada al imaginario popular, la iconografía religiosa y la vida cotidiana de la isla.

Autodidacta, Joan Guerra desarrolló a lo largo de décadas un lenguaje propio, fácilmente reconocible, caracterizado por formas redondeadas, perspectivas planas, una gran riqueza cromática y una mirada ingenua pero cargada de simbolismo. Sus pinturas y esculturas retratan escenas de la vida rural, fiestas populares, procesiones, iglesias, figuras bíblicas, ángeles y paisajes mallorquines, siempre desde una óptica cercana, casi infantil, que rehuye el realismo académico.

El pintor Joan Guerra.

Su obra bebe de la tradición oral y visual del pueblo, con una clara voluntad de preservar la memoria colectiva y de dignificar los rituales, las creencias y las costumbres de la Mallorca interior. El arte de Guerra no buscaba la sofisticación formal, sino la emoción directa y la comunicación con el espectador, una de las características esenciales del arte naif.

A lo largo de su trayectoria expuso en diferentes espacios culturales de Mallorca, especialmente en su municipio natal, donde recibió diversos homenajes institucionales y exposiciones retrospectivas. Una de las más destacadas reunió unas sesenta obras que recorrían todas las etapas de su producción artística, desde los primeros trabajos hasta las piezas más maduras.

Universo estético y temático

Además de pintor, Joan Guerra trabajó también la escultura, manteniendo el mismo universo estético y temático: figuras humanas hieráticas, expresiones serenas y una espiritualidad cotidiana, alejada del dramatismo, que conecta con la devoción popular.

Su muerte deja un vacío en el panorama artístico local, pero también un legado coherente y honesto, que forma parte del patrimonio cultural mallorquín. Joan Guerra pintó siempre desde la fidelidad a su tierra ya su manera de mirar al mundo, convirtiendo lo sencillo en materia artística.

Su recuerdo perdurará en una obra que, más allá de modas y corrientes, sigue hablando de pueblo, de raíces y de memoria.

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