Del chiringuito tradicional al 'Beach Club': la transformación de los negocios en las playas
La globalización y el modelo económico ha alejado a los residentes de estos negocios enfocados únicamente en el turismo

PalmaLa tradicional chiringuito de playa, símbolo indiscutible del verano y las playas en las Islas Baleares, ha recorrido un largo camino desde sus orígenes humildes hasta convertirse en un fenómeno global dirigido al turismo, donde el lujo y la exclusividad han ganado la partida a la funcionalidad y comercio de proximidad y local. Su historia, que empezó en la Cuba del siglo XIX como un improvisado quiosco donde los trabajadores de las plantaciones de caña tomaban café, es hoy un claro ejemplo de cómo el turismo ha transformado los elementos tradicionales para sacarle un mayor rendimiento económico.
"El término 'chiringuito' llegó a España a principios del siglo XX, y el primer establecimiento conocido se abrió en Sitges en 1913", explica Fátima Gómez, profesora de Sociología de la Universidad Europea de Valencia. Su auge definitivo llegó en las décadas de 1960 y 1970, en plena explosión turística del litoral español. Aquellos primeros chiringuitos "mezclaban residentes, turistas nacionales y extranjeros en torno a la sartén, la sangría y las canciones del verano". Pero el paisaje ha cambiado y, en muchos casos, "el chiringuito tradicional ha evolucionado hacia el concepto de 'Beach Club', con servicios premium, gastronomía gourmet y un público que busca experiencias exclusivas", analiza la experta. Esta transformación ha redefinido "el espíritu original del sibiu, alineándolo con un modelo globalizado que atrae a los turistas, pero aleja a los residentes".
Las redes sociales han jugado un papel clave en esta evolución y transformación hacia un modelo puramente turístico y caracterizado por el lujo. Plataformas como Instagram o TikTok han convertido a los chiringuitos más exclusivos en escenarios con aspiraciones. "Las imágenes de 'Beach Clubs' compartidas porinfluencersgeneran una percepción de estatus y exclusividad que alimenta la demanda", subraya Gómez. Una tendencia que encaja perfectamente en la "hipermodernidad" descrita por el sociólogo Gilles Lipovetsky, "donde consumir experiencias únicas se ha convertido en un objetivo social", detalla la experta.