La batalla de los pinos de la plaza de la Puerta de Santa Catalina
Fue hacia diciembre de 2001 cuando el Ayuntamiento de Palma, entonces gobernado por el Partido Popular, anunció la construcción en la plaza de un aparcamiento sótano, aunque entonces ya existía el del paseo Mallorca, a unos 50 metros de distancia


PalmaEl Puig de San Pedro de Palma fue escenario, también, entre enero y septiembre de 2002, de una batalla ciudadana: la de los vecinos de la zona, junto con otras asociaciones, para salvar los pinos de la plaza de la Puerta de Santa Catalina. Batalla que se resolvió con victoria, ya que esencialmente este pequeño bosque urbano ha llegado hasta nuestros días.
Fue hacia diciembre de 2001 cuando el Ayuntamiento de Palma, entonces gobernado por el Partido Popular, anunció la construcción en la plaza de un aparcamiento sótano, aunque entonces ya existía el del paseo Mallorca, a unos 50 metros de distancia. Desde Cort se aclaró que los pinos no se talarían, sino que se trasladarían al vivero municipal. Ahora bien, es bien sabido que unos viejos pinos lo tienen muy difícil para sobrevivir, si son desarraigados.
El Grupo Balear de Ornitología y Defensa de la Naturaleza (GOB) se expresó de inmediato en contra. Se añadió la Asociación para la Recuperación de los Centros Antiguos (ARCA), que, junto con otras entidades, formaba parte del colectivo Ciutadans Agreujats, en contra de la construcción de aparcamientos en el subsuelo del centro histórico de Palma.
El 3 de enero de 2002, a las 7.30 h de la mañana, un grupo de ciudadanos, convocados por la Asociación de Vecinos del Puig de Sant Pere se plantó delante de las máquinas para impedir la retirada de los árboles. Además, se entregaron a Cort 1.390 firmas en su contra. Opositores al proyecto colgaron en los pinos el cartel "Condenado a muerte" y el poema El pino de Formentor de Miquel Costa i Llobera. El Colegio de Arquitectos solicitó la suspensión de las obras, la protección de los árboles y la declaración de la plaza como Bien de Interés Cultural (BIC). La Asociación de Artistas Visuales de las Islas Baleares (AAVIB) se sumó con un cuaderno reivindicativo con ilustraciones de Pere Joan, Aranda, Pau, Marcos Vidal y Lluís Fuster, entre otros. Por supuesto, también hubo voces a favor del aparcamiento, sobre todo del sector del comercio.
Ahora bien: si en Cort gobernaban los populares, en cambio, en la Conselleria de Medio Ambiente autonómica entonces la gestionaban Els Verds, y ésta abrió un expediente para la posible declaración de los pinos como árboles singulares. El conflicto llegó a los tribunales. Por último, el Ayuntamiento lanzó la toalla y aparcó el proyecto para la siguiente legislatura. En 2010, con la socialista Aina Calvo, se instalaron las esculturas de dos palomas de Ben Jakober, como símbolo de conciliación.