Los adolescentes mallorquines, más en forma que hace diez años (pero algo más gordos)

Un estudio recuerda que la adolescencia es un momento crítico para mantener hábitos activos y la etapa en la que más se deja de hacer deporte, especialmente entre las muñecas

Asignatura de educación física en el instituto Valldemossa de Barcelona.
29/10/2025
4 min

PalmaLos jóvenes mallorquines de hoy están más en forma que los de hace una década. Así lo revela el estudio Evolución de la condición física de los adolescentes en Mallorca en la última década (2014-2024): ¿cuál es la situación actual?, elaborado por los investigadores David Carbonell Escalas, Jaume Cantallops Ramon y Josep Vidal Conti, incluido en el Anuario de la Educación 2025. La investigación analiza la evolución de dos indicadores clave de salud: el VO₂ máx, que mide la capacidad aeróbica (capacidad del cuerpo para utilizar oxígeno durante el ejercicio físico) el peso y altura. Además IMC, mayor peso en relación a la altura.

El estudio ha detectado un incremento en el IMC medio de los adolescentes, que pasa de 20,7 en 2014 a 21,7 en 2024, sugiriendo una tendencia ligeramente al alza en el peso corporal. En cuanto al VO₂ máx, se constata una mejora sustancial de la capacidad aeróbica, con un aumento de 33,3 ml/kg/min en 2014 a 42,1 ml/kg/min en 2024. Las diferencias son estadísticamente significativas.

El análisis según el sexo muestra diferentes patrones en la evolución de las dos variables. En las mujeres, el IMC pasa de 20,5 a 21,9, mientras que en los varones el incremento es más moderado, de 20,8 a 21,6. En cuanto al VO₂ máx, la mejora es destacada en ambos sexos: los hombres pasan de 36.7 ml/kg/min en 2014 a 45.4 ml/kg/min en 2024, mientras que las mujeres mejoran de 30,1 ml/kg/min a 38,1 ml/kg/min.

Las pruebas estadísticas evidencian diferencias significativas tanto en el IMC como en el VO₂ máx. Los resultados indican que, en la última década, los adolescentes mallorquines han experimentado una mejora de la capacidad aeróbica, junto con un ligero incremento del peso corporal, especialmente entre las chicas.

Cómo se ha trabajado

El estudio se basa en la comparación de dos muestras independientes de estudiantes de Secundaria, recogidas hace diez años (2014) y actualmente (2024), para identificar posibles cambios en la condición física y el IMC. La muestra total incluye a 874 participantes de 12 a 17 años de 12 centros educativos de Mallorca que representan diferentes contextos socioeducativos de la isla. Los criterios de inclusión establecían que los participantes debían tener entre 12 y 17 años, estar matriculados en un instituto, no sufrir enfermedades crónicas que interfirieran con las pruebas físicas y haber firmado el consentimiento informado.

Los datos se recogieron en los pabellones de los centros educativos, durante el horario escolar y bajo la supervisión de investigadores formados. La capacidad aeróbica se estudió con la prueba Course-Navette (carrera continuada entre dos puntos, cuya distancia cada vez debe superarse más rápidamente), que permite calcular el VO₂ máx, mientras que el IMC se calculó con medidas directas de peso y altura, aplicando la fórmula estándar (kg/m²).

Según los autores, la mejora del VO₂ máx se explica por el impacto de las políticas públicas y educativas aplicadas en los últimos años, tanto en la escuela como en el ámbito social. Iniciativas como los descansos activos, el fomento del transporte escolar a pie o en bicicleta y el incremento de las actividades extraescolares deportivas han contribuido a reducir el sedentarismo y mejorar la salud de los jóvenes. Los investigadores remarcan que los valores actuales de VO₂ máx en Mallorca son incluso superiores a los de otras ciudades españolas o muy similares.

Un corazón más fuerte para el futuro

El aumento del VO₂ máx, se señala, es un dato positivo, ya que no sólo refleja una mejor forma física, sino que reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en la edad adulta. Según los autores, mantener una buena capacidad aeróbica durante la adolescencia puede prevenir problemas como hipertensión, colesterol alto o enfermedades coronarias. Este progreso confirma que las políticas escolares y comunitarias orientadas a la actividad física funcionan cuando se mantienen en el tiempo y cuentan con el apoyo de la comunidad educativa.

A pesar de la buena noticia, el estudio muestra un ligero incremento del IMC respecto a 2014. Esta subida puede reflejar un aumento de la masa muscular derivado de la práctica de disciplinas de alta intensidad como el HIIT, CrossFit o Hyrox, que combinan fuerza y ​​resistencia aeróbica. Asimismo, los investigadores advierten que el tiempo de pantalla sigue siendo un reto pendiente. El uso intensivo de móviles, ordenadores y consolas reduce las horas de actividad física fuera de la escuela, especialmente durante la adolescencia, algo que puede influir en un incremento del peso.

El estudio recuerda que la adolescencia es un momento crítico para mantener hábitos activos. Es la etapa en la que más abandonos deportivos se producen, especialmente entre las chicas, lo que puede dificultar el éxito de las políticas públicas. Los programas escolares garantizan actividad física en el centro, pero fuera del horario lectivo la competencia con el ocio digital es muy fuerte. Aunque las intervenciones educativas funcionen, se infiere, es necesario ofrecer espacios de ocio activo atractivos para que los jóvenes sigan moviéndose fuera del aula. El estudio cuenta con una muestra representativa y medidas fiables, permitiendo extraer conclusiones sólidas sobre la condición física de los adolescentes mallorquines. Entre las limitaciones, los autores destacan que habría sido ideal disponer de la misma muestra en ambos períodos y ampliar la investigación en Menorca, Ibiza y Formentera para obtener una fotografía completa de la comunidad autónoma.

La adolescencia, una etapa clave

Carbonell, Cantallops y Vidal Conti subrayan la necesidad de repetir estudios cada diez años para evaluar el impacto real de las políticas educativas y de salud. También proponen profundizar en aspectos cualitativos, como los hábitos alimenticios, los motivos de abandono deportivo y las actividades preferidas por los jóvenes, así como realizar un seguimiento de los participantes hasta la edad adulta para comprobar la consolidación de los buenos hábitos.

La investigación ofrece una fotografía esperanzadora: los adolescentes mallorquines respiran mejor, presumiblemente tienen corazones más sanos y muestran una mejora en su condición física, pese al ligero incremento del IMC. El reto ahora es que esta tendencia se mantenga y que la actividad física siga siendo protagonista dentro y fuera de la escuela.

stats