Regionalismo

¿Dónde están los votantes del mallorquinismo político?

Mientras la izquierda reivindica la identidad de la isla como país, el centroderecha sostiene una visión regionalista del territorio

La bandera de Mallorca que Maria Antònia Munar colgó en el Consolat.
01/11/2025
4 min

PalmaDiferentes actores han reivindicado en los últimos meses el mallorquinismo político. Mientras fuentes del PP confirman el propósito de la presidenta Marga Prohens de seducir a los votantes de El Pi, aparecen movimientos para impulsar el mallorquinismo de centroderecha de cara a las próximas elecciones. En paralelo, con la presentación deEl mallorquinismo político (1936-2024) [Leonardo Muntaner Editor], varios historiadores han puesto la atención en esta ideología, que se mantiene a pesar de los cambios demográficos. ¿Qué la define y dónde está representada?

"El mallorquinismo se ha entendido desde el nacionalismo de izquierdas, centrista, y también desde el regionalismo", apunta el historiador Miquel Vidal, que coordina la publicación junto a Antoni Marimon, Joan Pau Jordà y Miquel Amengual. El elemento común es "la defensa de la identidad de Mallorca", expone: "No sólo en clave cultural, folclórica, sino también política, porque se trata de defender los rasgos políticos de la isla, en relación a la identidad, ligada a la lengua". En este sentido, considera que el movimiento "puede abarcar a la izquierda y la derecha y los partidos de centro". Distingue entre dos vertientes del concepto. "Hay un mallorquinismo catalanista, nacionalista, que reivindica a los Països Catalans, e incluso la independencia, y habla activamente de la lengua catalana y las relaciones históricas con Catalunya", expone. En este espectro se ubica la izquierda soberanista. "Después hay uno no catalanista, que acepta que la lengua es la misma, pero no hace un discurso abiertamente a favor de la catalanidad, sino que quiere diferenciar más a Mallorca como sujeto político diferenciado de Catalunya". Esta definición es más cercana al espacio de centroderecha que antes ocupaba Unió Mallorquina (UM).

El espacio de centroderecha

Al fundador de UM y expresidente del Parlament, Jeroni Albertí, se le considera un padre del mallorquinismo de centroderecha. Esto le hizo mantener tensiones con el PP de Gabriel Cañellas, que marcaba un acento regionalista y le disputaba el espacio electoral. En el debate de investidura de Cañellas durante la I legislatura del Parlament, Albertí lamentó que correspondiera a este partido el desarrollo de la autonomía: "A quienes la combatieron hasta el fin"[sic]. Es uno de los textos divulgados en el libro.

"Cañellas subió el umbral electoral del 3% al 5% en 1995, esperando que UM no lo pasara", recuerda el historiador y periodista Miquel Payeras. Su esperanza no se materializó, y el partido logró un, y el partido consiguió. siempre, pero el PP balear ha aspirado históricamente a la transversalidad ya incluir a una parte de los votantes mallorquinistas. se evidencia en el discurso antiinmigración, sobre la lengua, y en la modificación de la fecha de la Diada (que el PP ha pasado a celebrar el 12 de septiembre, tal y como hizo la líder de UM, Maria Antònia Munar, en 1997, en vez de la fecha tradicional del 31 de diciembre)", opina Payeras. Con todo, para mal regionalista". "Mientras Cañellas necesitaba UM para gobernar, Prohens necesita Vox", expone: "Cañellas gobernaba una sociedad con un peso identitario superior por la demografía, él fue más regionalista que cualquier otro dirigente del PP, mientras a Prohens no se lo considera".

¿Y el espacio de El Pi, que todavía tiene representación en el Consell y en algunos ayuntamientos, puede recuperarse? Este año se han realizado movimientos. Entre los herederos de UM se encuentra este partido que actualmente lidera Antoni Salas en el Consell, grupos municipalistas de derechas y la nueva UM, liderada actualmente por el alcalde de Binissalem, Víctor Marí, aunque no tiene representación. A esto se suma SOMMallorca, formación con el antiguo presidente de la Federación Regional de Izquierda en las Islas, Joan Lladó, al frente. El partido aspira a conformar una coalición con El Pi cuyo nombre se dará a conocer en noviembre. Uno de sus impulsores, el empresario Joan Serra, insiste, sin embargo, en que la formación que surgirá no tiene la vocación de ocupar un espacio de centroderecha sino más transversal. "Se nos acerca gente de centroderecha, pero también mucha que viene de la izquierda, del PSM", asegura. "La izquierda no ha sido capaz de dar una salida discursiva a la cuestión de la sobrepoblación, porque tiene muchos complejos –sigue. Nosotros estamos muy alejados de Aliança Catalana, pero damos un discurso que prioriza a la gente de aquí". Entre sus propuestas se encuentra la de dar prioridad en el acceso a la vivienda y las ayudas sociales a los residentes que hayan vivido al menos 15 años en Mallorca. También están dispuestos a pactar a derecha e izquierda. "Debemos ser el partido de los residentes primero, pero no haremos un discurso etnófobo", expone, a su vez, Lladó.

La izquierda soberanista

El historiador, periodista y asesor de MÉS en el Congreso, Antoni Lluís Trobat, entiende el mallorquinismo como "el movimiento político y cultural que defiende que Mallorca es un país con una identidad propia, cuyos derechos colectivos deben hacerse efectivos". Esto incluye planteamientos diferentes, pero la izquierda ha tendido hacia el soberanismo y la derecha hacia el regionalismo. "El mallorquinismo de izquierdas fue más bien nacionalismo", expone. En el mapa de partidos actual, considera que éste sólo está en MÉS, que incluye al Partido Socialista de Mallorca (PSM) en su núcleo principal, junto con Iniciativa Verds e independents. Por mucho que la líder del PSIB, Francina Armengol, tenga a su entender un perfil mallorquinista, "su partido, como tampoco el PP, puede decir que mire exclusivamente por los intereses de la isla": "Los partidos estatales no pueden ser mallorquinistas".

En este sentido, Trobat destaca que "el mallorquinismo" de izquierdas sólo se puede entender "con una relación confederal con los movimientos hermanos que hay en Menorca y en Ibiza". "Deberíamos perseguir un modelo más confederal, de mayor poder para los consejos, pero sin nunca darse la espalda", argumenta. Coincide el histórico militante y ex diputado de Més por Menorca Ramon Orfila, que habla del menorquinismo. "Quien le ha encarnado en Menorca ha sido el PSM, y después, Més per Menorca", expone. "El menorquinismo de derechas no ha existido, o como mucho ha sido minoritario y se ha mantenido cercano al PSM", dice, como rasgo que diferencia a este territorio. "Coincidimos en que para mantener nuestra identidad es vital el decrecimiento económico y la defensa del territorio", destaca.

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