Muere Christian Völker Llull, uno de los músicos más reconocidos de la escena punk y rock de Mallorca
Piloto de aviación, melómano apasionado e impulsor de la escena musical manacorina, fue una figura clave en la difusión del punk en catalán en Mallorca desde los años setenta
ManacorLa muerte nunca es bienvenida. Mucho menos cuando se trata de la de un amigo. Christian Völker Llull (Manacor, 1962) nos ha dejado el día antes de Nochebuena, víctima de una enfermedad. Demasiado pronto para una persona de energía y actitud cautivadoras. Siempre listo para la defensa, valiente en el ataque, los proyectos le brotaban y los quería conseguir con la pasión punk que siempre le empujó. Una de las últimas veces que nos vimos, en su casa, hablamos de música (siempre la música) y dePunk en London, un documental alemán de 1977 donde salían los nuevos grupos de la escena inglesa y que, cómo no, vimos entero.
"Al salir de todo esto, tenemos pendiente la comida. Recuérdalo", nos dijo a Joan Sastre ya mí, sentados en el sofá.
Conocí a Christian en el bar de Can Vinyes, en la gasolinera de la vía de Palma de Manacor. Alto y delgado, cabellos en punta, gafas Ray-Ban negras y camiseta de The Clash, su grupo más querido. Fue hace algo más de dos años, en verano del 2023. Evidentemente ya sabía quién era el gran Christian Völker, pero nunca lo había tratado directamente. Yo preparaba el segundo número en papel de la revista, dedicado principalmente a la música manacorina, y hacía unos días que su número estaba en mi agenda móvil.
De repente vi que lo duraría, la entrevista y la amistad. De charlar fácil y comprometido, lo que debía ser una toma de contacto para que me contara cómo se formó el grupo MAC y el proceso de grabación del primer disco iniciático del punk-reggae en catalán en Mallorca, se convirtió en una serie de anécdotas e historias del piloto que fue. "Eso era una Navidad en Las Vegas, en Estados Unidos…"; la compañía aérea para la que trabajaba acababa de sacar fuera a media plantilla y Año Nuevo se presentaba de lo más espeso: sin trabajo ni demasiados recursos para volver a casa, el joven Völker decidió que, ya que estaba en la ciudad del juego, arriesgaría todo lo que le quedaba al azar. Como en las buenas películas, esas últimas monedas sonrieron al héroe, que pasó la última noche del año en la suite de un hotel de Las Vegas.
Pillastras/MAC
Ni que decir tiene que del apunte pasamos a la entrevista y del pilotaje a los inicios del punk en Manacor. "Empecé con Pillastres en 1977 al regresar de Londres, donde en teoría había ido a estudiar inglés durante nueve meses. Solíamos tocar en la discoteca Gent de la plaza de Ramon Llull, lo que después sería el pub A-ha. Se entraba por el lateral delante del Pop". "Recuerdo que con Pillastres ensayábamos en un local que había en Can Jordi des Racó. Tenía un piano y solo medía dos metros de alto. Siempre me golpeaba la cabeza cuando intentaba saltar".
Aquel grupo, surgido en primera instancia del trastero del Bar Mallorquín que llevaban los padres de los hermanos Nicolau (Ocultos), evolucionó a base de escuchar los discos que Christian había traído de Londres y los que su tío le enviaba desde Manzana Records, a las Islas Canarias. "Volví a Mallorca con tres maletas llenas de discos. Durante muchos años todo el mundo 'mamó' de mis vinilos", decía riendo.
"Nos apuntamos a un concurso de grupos que organizaba el hotel Don Jaime de Cala Millor. Era a finales de verano de 1979. Éramos Toni Nicolau en la batería, Guillem Pou al bajo, Joan Sureda Precioso a una guitarra, Mateu Febrer Randa a la otra, y yo mismo cantando. Aunque las canciones eran muy punkarras, llegamos a semifinales. Pero aquí llegó el problema; como el concurso estaba coorganizado por Radio Popular, vinculada a la Iglesia Católica, nos llegaron sugerencias que mejor hicieran otro grupo alternativo rebajando un poco el tono si queríamos ganar… y así fue como nació MAC".
"Si quieres quedamos y continuamos charlando en la oficina", decía casi cada. irlandés Pogue Mahone de la Coma, "aquí donde echan las mejores Guinness del mundo fuera de Dublín".
Con Ramonikos (el otro gran grupo generacional del Manacor punk), Christian puso su voz imponente al servicio del tema principal de la película de culto Joste de Callejón. El videoclip del tema, grabado en el antiguo pub Es Bidó fue todo un evento.Hay gente que está falta de hostiasse titulaba el último disco de Ramonikos que en ese año 2023 la banda formada por Joan Bauçà, Jaume Riera, David Caldentey, Antoni Muntaner y el propio Völker, estaba a punto de sacar en vinilo, gracias al empuje de su amigo Joan Sastre (Matalàs Records).
Poco después, cuando el disco y la revista estuvieron hechas, no dudó ni un momento y dijo que sí en participar en la presentación de la 07500 en Can Lliro, acompañando a Roger Moragues (guitarra) y Arnau Galmés (bajo) en una versión calambrada deEl sábado,el himno de las noches del Callejón porteño, donde entre 1977 y 1979 llevó, a medias con Julià Febrer, el mítico pub Aiguarràs, cuna de buena parte de los grupos que iban saliendo a la escena manacorina.
"Un tío mío vivía en las Islas Canarias, donde en aquellos momentos había unboomde tiendas de discos de importación, como la mítica Manzana Records. Llegué a tener una colección de miles de discos; muchos de ellos se pinchaban cada fin de semana en Portocristo".
De Canarias y de Londres, donde conoció en persona a Joa Strumer: "Asstíamos a un puñado de conciertos punkis por toda la ciudad, en locales de Camdem a los que nunca habría pensado entrar. O en una zona ocupa junto al río donde ensayaban grupos como los Clash, a los que también conocí. Los recuerdo sentados en un sofá medio mordisqueado. Con una pastilla de chocolate ya nos hicimos amigos", recordaba mientras movía sus Converse, una de las señas de su estética, combativa y fiel hasta el final.
"Al salir de todo esto, tenemos pendiente la comida. Recordadlo". Un momento u otro lo haremos, amigo. Un abrazo muy fuerte a Elena, a sus dos hijos ya sus padres. Gracias por estos años, demasiado cortos.