En 1993, tres años después de la inauguración de Can Torró, Alcúdia dispuso de un nuevo centro cultural de primer nivel, el museo de Sa Bassa Blanca. Fue gracias a la iniciativa de otros filántropos extranjeros, el matrimonio de artistas formado por Yannick Vu y Ben Jakober. Yu, nacida en Francia en 1942, era hija de uno de los más destacados pintores vietnamitas del siglo XX. Primero se casó con el pintor y escenógrafo italiano Domenico Gnoli, que era muy amigo de Jakober, un diletante natural de Austria. En los años sesenta la pareja se estableció en Mallorca. La isla se había convertido en meca de peregrinación para muchos bohemios desde que en los años 50 el escritor británico Robert Graves se hubiera establecido en Deià.
Vu y Gnoli se instalaron en la Estaca, la famosa finca de Valldemossa, de estilo siciliano, que en el siglo XIX ocupó el archiduque Luis Salvador de Austria, hoy propiedad del actor Michael Douglas. En 1968 Jakober tenía 38 años y decidió seguir el mismo camino, cansado de su aburrida vida de banquero en Londres. Entonces se dedicó a cuidar a unas 400 ovejas de una finca de Mortitx. En 1970, a 36 años, Gnoli murió de cáncer. Pronto surgió el amor entre la joven viuda, de 28, y el amigo. Ambos partieron a la aventura en Centroamérica, atraídos por el arte precolombino. Después de casarse en México, pasaron a vivir a la Polinesia francesa.
Sin embargo, los recuerdos de Mallorca eran demasiado potentes y en 1978 Vu y Jakober ya adquirían un terreno en Alcúdia, de camino a la cala de Collbaix. Su sueño era construir una nueva Estaca con vistas al faro de Alcanada. El prestigioso arquitecto egipcio Hassan Fathy fue el encargado de diseñar una fortaleza blanca, de tres plantas, con ornamentaciones magrebíes y con un patio ajardinado de estilo mudéjar (es su única obra en Europa).
En 1992 el matrimonio sufrió la pérdida de su hija de 18 años en un accidente de moto en Tahití. Entonces, como terapia, se volcaron en la creación artística y en la adquisición compulsiva de obras. En 1994, con todas esas piezas, decidieron convertir su residencia en un museo privado. Se dijo Sa Bassa Blanca y en 2001 ya se abrió al público. Su sala estrella es un enorme aljibe que acoge una colección llamada Nins con retratos infantiles realizados entre los siglos XVI y XIX. También destaca una biblioteca con más de 10.000 libros de arte y el espacio Sokrates, una galería subterránea con obras bastante variadas: desde cuadros de artistas contemporáneos como James Turrell, Miquel Barceló y Rebecca Horn, hasta máscaras tribales africanas, asiáticas y precolombinas, pasando por piezas arqueológicas. Fuera, a lo largo de 16 hectáreas de jardín, existe un divertido zoo escultórico. Hoy Vu y Jakober, de 83 y 95 años respectivamente, pasan medio año en su edén particular. Durante la otra mitad viven en el Marrakech.