El Fraguel, el bar de heavy-metal más legendario de Palma
Durante más de dos décadas fue punto de encuentro de los metaleros isleños


PalmaFraguel estuvo abierto durante 23 años. Cerró un nefasto 2018, en plena consolidación de la decadencia de la fiesta en Gomila, pero durante dos décadas fue el mítico bar de heavy de Palma. Música atronadora, paredes pintadas con calaveras y guadañas, suelo pegajoso y ambiente familiar. Todo grupo de heavy-metal que fuera necesario tocó en su escenario. "Quien no tocó es porque no quiso", dice José Miguel Flores, el Barbas, que con Marisa Márquez eran los propietarios del local.
Flores explica que tuvieron muy buenas épocas, pero que, después de que el Ayuntamiento mandara cerrar la mayoría de los locales de la zona, las cosas fueron a peor. "Aguantamos muchos años después de la orden de cierre municipal, pero los últimos ya todo eran problemas". "No se podían dar conciertos y, además, mucha gente se había hecho mayor y no salía como antes", dice.
Juan Cardell, uno de los camareros del Fraguel, coincide con esta visión: "Los hábitos fueron cambiando, la juventud era más de hacer botellada y el entorno alrededor era más hostil". Juan describe el ambiente del pub como "estar en tu habitación, escuchando la música que te gusta, pero a todo volumen y rodeado de colegas". Recuerda a José y Marisa como gente muy cercana: "Eran los típicos colegas con los que salir de marcha, de estar de buen rollo, a pesar de que fuera su negocio".
Para muchos, este templo del métal era el final de una ruta que podía empezar en el Valhalla –cervecería con temática de mitología nórdica en la que se servía hidromiel en cuernos– o en Lorien, la histórica cervecería-longuetería de la calle de las Caputxines, que todavía sigue abierta. "Después íbamos a Gomila y Fraguel era el lugar donde acababas la noche... de madrugada", dice Juan, que tras frecuentar el puesto durante años acabó trabajando en sustitución de David el Sapo, guitarrista de Eveth.
Por la barra del Fraguel, tanto delante como detrás, pasaron verdaderas instituciones del metal mallorquín y auténticos creyentes del heavy, como Manu Carvajal, del programa El Fantasma de la Ópera, y Miko Heikkila, de Fool's Kin, entre otros muchos. Jaume Vilanova, de War Pigs; Pedro Sánchez (Golgotha, Battlehorn, Ancient Realm), Edu Segovia (In War), Xenxo (Mythshine), Alex Irongirl de La Poza (del Meh) y Will Adrift (Helevorno, Hyde XXI, Cine Nightmare) son algunos de los nombres que recordaban al Fraguel en una publicación en La Poza con motivo de su cierre en enero del 2018. Alex escribía: "En el Fraguel la música era cojonuda; la atención, de puta madre; la birra, fría, y el ron con pegamento de mi socio y amigo José contenían como máximo un 3% de Coca-Cola, ¡así que todo en orden!".
Barbas recuerda que dentro del heavy, ponían un poco de todo y también lo que les pedían (si es que lo tenían). Del más de primer nivel que sonaba era Europe, Bon Jovi y de ahí, pasando por toda la gama del heavy, se llegaba al metal más extremo como podía ser Cannibal Corpse. El Fear of the Dark, de Iron Maiden, era un clásico y nunca faltaban un par de hits de Metallica y Nightmare, de Avenged Sevenfold. Así como otros bares de la zona se fueron adaptando al mercado, el Fraguel siempre fue fiel al true métal. Muchos de sus acólitos aún recuerdan los finales de fiesta cuando por los altavoces empezaba a sonar el Painkiller, de los Judas Priest, con Rob Halford cantando "Faster than a bullet / terrifying scream", y todo el local, moviendo el cuello al unísono, coreaba el conocidísimo verso: "He is the painkillerPara muchos, Fraguel es lo que realmente era, un lugar donde durante unas horas olvidar los problemas del mundo de fuera, donde estar en casa, en un entorno familiar y seguro donde al dolor se le mataba a golpe de riff.
El bar responde
¿Qué música solía sonar?
— Heavy-metal en el sentido ancho del término.
¿Qué bebida era la más solicitada por los clientes?
— Birra, calimocho y litros de whisky.
¿Cuál diría que era la marca del bar?
— La gente iba por la música y por el buen ambiente.
¿Alguna anécdota que le haga reír cuando la recordáis?
— Los conciertos, el jefe de esquina de Sergio.