Desde 1996, bajo el pontificado del difunto obispo de Mallorca Teodoro Úbeda, el presbítero palmesano Gabriel Ramis Miquel, de 88 años, es el postulador para la canonización de Ramon Llull. "En el Vaticano –dice– las cosas van muy lentas, pero sé que hay gente estudiando los papeles presentados por la causa. Es difícil saber cuándo se pronunciarán al respecto". Llull es el autor medieval con la producción literaria más extensa y el primero que empleó una lengua vernácula para tratar temas científicos. Su obra, escrita principalmente en latín y árabe más que en catalán, consta de más de 250 volúmenes y también incluye novelas y poemas. Ramis considera que hay motivos de sobra para hacer san al 'Doctor Iluminado': "En el proceso pesan muchos factores, no sólo su inmensa producción mística y su labor misionera. También hay milagros que se le atribuyen. Se tiene constancia de que su reliquia (la mandíbula), hoy en la iglesia de Sant Francesc de Palma,
Desde 1605 hasta 1911 hubo otros cinco procesos, todos infructuosos, para canonizar al sabio mallorquín. Los principales obstáculos siempre fueron las tesis antilulistas, alimentadas en el siglo XIV por el inquisidor general de la Corona de Aragón, el dominico gerundense Nicolau Eimeric, que falsificó escritos suyos para acusarle de hereje. Otros sectores se encargarían de desacreditarle aún más, atribuyéndole textos sobre alquimia.
Al margen de estas difamaciones, sobre Llull se generaron muchas leyendas. Una de ellas explica que abrazó a la religión cristiana a partir de un hecho curioso. Un día se puso a perseguir a una bella dama hasta las puertas de la iglesia de Santa Eulalia, de Palma. Justo antes de entrar en el templo, la joven se habría dado la vuelta y habría enseñado un pecho canceroso a su acosador, que queda totalmente conmocionado. El historiador Pere Fullana asegura que el nacionalcatolicismo se cuidó de silenciar los episodios más 'inmorales' del beato. "Se obvió que hubiera abandonado a la mujer ya sus dos hijos para entregarse a su labor evangelizadora y que hubiera pegado, por haber blasfemado, a su esclavo musulmán, que acabó suicidando en prisión".
El místico isleño murió en 1315 a 83 años, una edad insólita para la época. No se sabe si lo hace en Mallorca o como mártir en uno de sus viajes misionales. Sin embargo, según la tradición, fue lapidado en Bugia (Argelia) en manos de unos infieles. Entonces unos navegantes genoveses se lo llevaron agonizando hacia Palma. Llull habría expirado justo al avistar la costa de su ciudad natal, asombrado ante la belleza de la Catedral –es una versión bastante inverosímil teniendo en cuenta que sólo hacía un año que el templo se había empezado a construir. En un principio nuestro teólogo viajero debía ser enterrado en la tumba familiar de la iglesia de Santa Eulalia. Sin embargo, los franciscanos, la orden con la que siempre había estado vinculado, presionaron para que descansara en un sepulcro de alabastro de San Francisco. Hoy Ramon Llull es el patrón de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y su festividad es el 27 de noviembre.