Urbanismo

El diseño del nuevo puerto de Palma va a costar 2,1 millones de euros

Los despachos de arquitectura y urbanismo pueden presentar propuestas hasta febrero

El sector de cruceros se encuentra en el foro organizado por Autoridad Portuaria
29/12/2025
4 min

PalmaDibujar el nuevo puerto de Palma va a costar 2,1 millones de euros. Ésta es la cantidad de partida del concurso que ha puesto en marcha la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) para contratar la asistencia técnica que redactará el Plan maestro y la propuesta de ordenación urbanística para la transformación de los muelles comerciales y del frente portuario de levante del puerto de Palma. El concurso ya se ha abierto y hay hasta febrero para que los equipos de arquitectos e ingenieros que quieran presenten propuestas a partir de las indicaciones de la APB que figuran en los diferentes pliegos publicados.

Se trata de una actuación que se espera desde hace mucho tiempo, debatida durante años en el ámbito institucional, económico y ciudadano, y que debe afrontar algunos de los principales retos que acumula el puerto en pleno siglo XXI, después de un crecimiento exponencial de barcos, mercancías y pasajeros, las últimas. La renovación nace del consenso político e institucional alcanzado en el Consejo de Administración de la APB de 30 de octubre de 2024, tras enfrentamientos entre representantes de las diferentes administraciones. El plan originario de reordenación de 2020 generó controversias entre navieras y empresas de reparación, que consideraban que aquella propuesta no atendía adecuadamente a las necesidades operativas e industriales del puerto. Además, hubo críticas de los partidos de izquierdas que alertaban de un modelo orientado al ocio y la mercantilización de la primera línea de la ciudad. Ante este rechazo, la junta de la APB abrió un proceso de debate más amplio que culminó con el acuerdo de 2024.

Reordenación final

La presidenta del Govern, Marga Prohens, subrayó que la Autoridad Portuaria no tenía sobre la mesa un proyecto definitivo y evitó valorar públicamente las propuestas de reordenación de la APB, contra las que cargaban las voces críticas para pretender convertir el puerto en un espacio de ocio nocturno y turistizado. El Consejo de Administración de la APB aprobó por unanimidad en otoño de 2024 una nueva configuración del puerto que apuesta por redistribuir usos: traslado progresivo de las actividades industriales de reparación y mantenimiento naval al dique del Oeste, mantenimiento del tráfico de ferrys y mercancías en los muelles comerciales e integración más estrecha con la ciudad de los espacios liberados. Esta estrategia se refuerza con un proceso participativo de más de 60 actores sociales, económicos e institucionales.

La necesidad de esta reordenación se explica por la evolución reciente de la actividad portuaria. El puerto de Palma ha registrado en los últimos años un aumento sostenido del tráfico de pasajeros y de mercancías, especialmente vinculado a las líneas regulares con la Península y el resto de Baleares, al tiempo que se ha intensificado su actividad de mantenimiento y reparación de buques y embarcaciones. Esta combinación de crecimiento de tráficos y presión sobre espacios limitados ha hecho evidente la necesidad de replantear la organización interna del puerto y su relación con la ciudad.

Se quiere desterrar una operación urbanística especulativa

El documento que marca los criterios del nuevo puerto pide incluir zonas para actividades náuticas deportivas y recreativas, con espacios abiertos al público e instalaciones como la Escuela Municipal de Vela, centros de formación profesional náutico-pesquera y otros equipamientos para la innovación y la cultura marítimas. También se incluye la mejora del paseo de la Riba y la ampliación de zonas verdes y espacios libres para el recreo ciudadano.

En cuanto al ocio nocturno, el documento afirma que la implantación de nuevos usos se condiciona a la disponibilidad de terrenos y la compatibilidad con la actividad portuaria existente. Esto significa que no hay prohibición formal de bares, restaurantes ni ocio nocturno, pero los establecimientos sólo podrán abrirse si se integran con los objetivos del Plan y respetan sus fases de desarrollo: intermedia (2028) y final (2035), cuando la mayor parte de los terrenos estarán disponibles.

Además de las zonas de ocio, el Plan prevé otras actuaciones clave: la creación de aparcamientos soterrados compatibles con la reordenación del puerto, la construcción de tanques de tormentas de Emaya, el desarrollo del Nuevo Instituto Oceanográfico, la nueva sede del SOCIB, el puerto Centro y la preservación o reubicación del faro de la faro. El objetivo es generar un ecosistema entre el puerto y la ciudad que combine funcionalidad, sostenibilidad y calidad de vida para la ciudadanía, según la APB.

El Plan maestro deberá dialogar con otras piezas clave ya en marcha o definidas, como la reforma del paseo Marítimo, el proyecto del contramuelle Mollet y los jardines de Sant Elm y el desarrollo del sector de Levante vinculado a la futura Palma Culture & Innovation Bay, impulsada conjuntamente por el Gobierno, el Ayuntamiento de Palma, el Consell de Mallorca y el Consell de Mallorca. En este contexto, el muelle Pesquer ya ha sido adjudicado, lo que delimita y condiciona parte del relato de transformación del frente marítimo.

Una actuación sobre 400.000 metros cuadrados

El Plan maestro tendrá que ordenar cerca de 400.000 metros cuadrados de suelo portuario y urbano, con un ámbito nuclear de más de 250.000 metros cuadrados en los muelles comerciales. De esta superficie, al menos 121.000 metros cuadrados continuarán destinados a los usos estrictamente comerciales del puerto –pasajeros y mercancías–, mientras que el resto se abrirán a una combinación de usos portuarios y complementarios vinculados a la náutica, la innovación, la formación, el deporte, la cultura y el patrimonio marítimo.

El documento considera ejes clave la sostenibilidad ambiental, la adaptación al cambio climático y la calidad urbana. Se exige un puerto más verde, eficiente energéticamente, resiliente frente a la subida del nivel del mar y con una fuerte presencia de espacios verdes, sombra y vegetación mediterránea. También hace hincapié en la movilidad, la permeabilidad entre ciudad y puerto y la recuperación de elementos identitarios, como el trazado histórico del paseo de la Riba.

Con este concurso, la Autoridad Portuaria da el primer paso formal para definir cómo será el puerto de Palma del futuro. Un proceso que no implicará obras inmediatas, pero que marcará el rumbo de las transformaciones a partir de la próxima década, con una primera fase de transición a partir de 2028 y un horizonte más ambicioso a partir de 2035, cuando el traslado de la industria naval al dique del Oeste permita liberar grandes superficies en el corazón del puerto.

stats