Tribunales

El jutge Castro sobre el cas Nóos: "Creo que la infanta Cristina era responsable de los mismos delitos que Urdangarin"

El juez, ya jubilado, José Castro, durante la entrevista
Susana López Lamata/ EFE
02/10/2025
4 min

PalmaEl juez José Castro se hizo famoso en toda España cuando decidió sentarse por primera vez en el banquillo a un miembro de la Casa Real, la infanta Cristina. Once años después, ya jubilado, hace balance en el libro El caso Nóos. Toda la verdad del proceso que conmocionó a España, y mantiene que la hermana menor del rey tuvo una participación activa y se benefició de los delitos cometidos por Iñaki Urdangarin.

Años después del juicio, la sentencia y la depuración de responsabilidades, el juez que atribuyó a la infanta los mismos delitos que su marido como cooperadora necesaria, va más lejos en una entrevista con Efe y señala a su padre: "Sigue pensando que el rey organizó toda esa trama para beneficiar a su hija".

El libro comienza con una dedicatoria: "A quienes no se atrevieron a hacer lo que debían por temor a la repercusión de sus propias decisiones para que recapaciten hasta donde su conciencia se lo permita". ¿Es un mensaje directo?

— No va dirigida a nadie en concreto sino a todos por lo general, y me incluyo a mí también. Es una invitación a que quienes tuvimos participación en este caso reflexionamos sobre si realmente hicimos lo que teníamos que hacer.

¿Haziste lo que debías?

— Algún jurista pensará que podía haberse mejorado la instrucción, pero yo en el fondo estoy conforme con lo que hice. Creo, modestamente, que cumplí con mi obligación.

¿Cuáles fueron los principales obstáculos?

— Era una instrucción muy laboriosa. Cuando yo opté por citar a la infanta Cristina para que viniera a declarar como imputada, había al menos 42 imputados en la causa; esto ya te entorpecía la instrucción. Hubo cientos de recursos y abogados que utilizaron todos los recursos, incidentes, nulidades... Yo creo que he aprendido más derecho procesal en este caso que a todos los demás.

¿Sus esfuerzos fueron con el objetivo de que la ley y la justicia fueran iguales para todos?

— Yo no instruyo el caso Nóos para que nadie se convenza de que la ley y la justicia son iguales para todos, lo instruyo porque hay una apariencia delictiva aquí, que fluye, y que yo la haga extensiva a la infanta es porque creo que la infanta tuvo una activa participación en eso: en la creación de Aizóon, en su caso en la intervención en y porque disfrutó de todo el dinero defraudado, pero fíjate por dónde, sin saber que era dinero ilícito. Al final, la diferencia entre el fiscal y yo, es que el fiscal creía en la ignorancia de la infanta y yo, en esa ignorancia tan ridícula que no sabía nada de nada, no podía creer y, por tanto, conocía la procedencia de los fondos que gozaba para cumpleaños, fiestas, mobiliario...

Mientras duró la instrucción, el rey Juan Carlos dijo no entender su proceder, el fiscal general le dijo "lobo feroz", el presidente del gobierno dijo que a la infanta le iría bien y hubo hasta un 'manual para salvar a la infanta'. ¿De verdad no se sintiste presionado?

— Yo creo que esto fueron estrategias, como la del señor Roca de convocarme a una reunión. Estas manifestaciones, yo las he interpretado como legítimas. Que el rey diga "no entiendo a este juez", es porque es el padre de una imputada y creo que tiene todo el derecho del mundo a quejarse como le parezca conveniente. Lo de Torres Dulce, ese día tenía la vis cómica, y lo del presidente del gobierno fue premonitorio. Al parecer tenía una bola de cristal y ya le decía cómo se resolvería el asunto. Y lo del fiscal, es legítimo discrepar, pero lamento que se librara una guerra cuando hizo aquel manual imputándome cosas abominables, a mí ya los magistrados de la audiencia. Esto es desagradable. Se deben mantener las formas; esto se salió de madre.

Cuenta en el libro esta cita que le propuso el abogado de la infanta, Miquel Roca, ¿para qué?

— Ubicarme en un escenario muy, muy peligroso para mí. Menos mal que me di cuenta y no lo acepté. En mi opinión fue una trampa pero no una presión. Fue una trampa en toda regla. Dije que no y asunto terminado.

¿Puede hacer las paces con el fiscal Pedro Horrach?

— Creo que ambos somos muy felices viviendo por nuestra cuenta. Esto fue un cese de la convivencia.

Ante tanto obstáculo para citar a la infanta, ¿en algún momento se planteasteis dejarlo estar?

— Mi creencia, que no ha prosperado en absoluto, es que la infanta era responsable de los mismos delitos que su marido como cooperadora necesaria. Luego se ha quedado reducido a una posible cooperación necesaria para dos delitos fiscales que el tribunal sentenciador no ha tomado tampoco.

¿Discrepa de la sentencia?

— Lo que vale es lo que diga la Audiencia. Yo creo que hay libertad para comentar sentencias, para discreparlas. Y yo, naturalmente, discrepe.

¿El elefante en la habitación del caso Nóos es el rey Juan Carlos?

— En el libro comento que mi opinión es éste, pero no he plasmado en ningún lugar de la causa de que el rey tuviera algún tipo de responsabilidad en el caso. No lo he plasmado porque yo no puedo pronunciarme respecto del rey cuando ni yo ni nadie éramos competentes para investigarle. Por supuesto que yo en mi fuero interno pensé, y lo sigo pensando, que el rey organizó todo este aparato para beneficiar a su hija y su yerno. Pero no tengo absolutamente ninguna prueba y eso no pasa de ser una opinión personal que yo abrigué en un momento y que, como somos mucho cuadrado, la continuo abrigando.

Forma parte de un grupo de juristas de Baleares que piden eliminar de la Constitución la inviolabilidad del rey.

— Sí, yo no somos el artífice, somos uno más. Coincidiendo con la Navidad, le pedimos al presidente del gobierno que recomiende al rey que renuncie en el discurso a su inviolabilidad. Que renuncie no tiene consecuencia práctica alguna porque el rey no tiene competencia legislativa y menos aún constitucional, pero sería un paso muy importante para que el Tribunal Constitucional elaborara una nueva interpretación de este párrafo tercero del artículo 56, para que sea exclusivamente referido a los actos propios de la función del rey, que son los únicos que deben ser inviolados.

stats