Los caminos tradicionales, atrapados entre la ley y la propiedad privada

La falta de catálogos de vías deja a los ayuntamientos sin fuerza legal para recuperar zonas que forman parte de la red histórica de paso de Baleares, y que propietarios privados quieren cerrar

Una de las salidas del camino de Can Jordi.
11/10/2025
6 min

PalmaEn Mallorca existen más de 300 caminos públicos cerrados, según los datos de la Plataforma Caminos Públicos y Abiertos. El camino de la Señora, el camino de la Font Major y el camino de la Cueva son algunos ejemplos. A través de estas vías llegaban las noticias y el comercio a las posesiones antiguamente. También se empleaban como atajos para ahorrar tiempo cuando el medio de transporte era el carro y muchas carreteras todavía no existían. El miembro de la Plataforma Sebastià Matamales lamenta que, "desde que la tierra se ha convertido en un activo financiero y ha sido objeto de especulación continua", el valor que se le daba antiguamente en las fincas que tenían caminos ha cambiado. "Antes una posesión que no tenía camino no valía nada y ahora vale mucho más si no la tiene", añade. En las Islas hay caminos públicos cerrados por los propietarios de las fincas y otros que con los años y la falta de uso, la naturaleza ha obstruido.

¿Qué es un camino público? ¿Quién determina que lo es? ¿Cómo se gestiona cuando una persona compra una finca por la que pasan caminos? Una vía es de titularidad pública "cuando está abierta desde tiempos inmemorables, se ha hecho siempre un uso público y no se sabe ni quién ni cómo se hizo", explica un abogado experto en caminos que prefiere mantenerse en el anonimato. Ahora bien, advierte que "un camino puede perder el carácter público si ha dejado de emplearse durante muchos años y la naturaleza lo ha tapado, si se ha desfigurado". Lo mismo ocurre "si hace años que la Administración, que tiene la obligación de recuperar de oficio los bienes que le han perturbado –de los que se ha hecho un uso privativo–, no se ha preocupado de si era suyo o no", añade. El camino de Ternelles (Pollença) "en su momento era real y público, pero cuando compraron el castillo del Rey también entró el camino", cuenta el miser. También lamenta que, después de presentar "dos pleitos contenciosos y un civil para determinar la propiedad del camino, las sentencias determinaron que era privado".

Los catálogos de caminos de los ayuntamientos reconocen como públicos las vías inscritas como tal. Pero esta catalogación "se puede discutir, y la resolución la realiza un juez civil", explica el abogado. La Ley balear de caminos públicos y rutas senderistas de Mallorca y Menorca (diciembre del 2018) obliga a los ayuntamientos a tener este catálogo, pero "hay pocos que hagan trabajo", denuncia el miembro de la plataforma Pro Camins de Manacor Sebastià Gaià. Sin embargo, señala que últimamente hay consistorios que "muestran voluntad" para hacerlo, como Felanitx, Petra y Sant Llorenç.

"Hay muchos caminos que no están inscritos ni en los catálogos de caminos ni en los inventarios municipales. Sin estar en un catálogo que señale que el camino es público, el ayuntamiento no tiene fuerza legal para decir que es suyo", asegura el miser. En esta situación, el ayuntamiento lo tiene difícil para abrir la barrera. "Si el catálogo dice que es público, pueden abrirlo y luego el propietario pondrá un pleito si quiere. Pero, si no está inscrito, es más complicado, porque hay que demostrar con documentación, mapas, planos o testigos que hubo un paso de público continuado", expone el abogado.

En caso de ir a juicio, "los ayuntamientos tienen más dificultades para defenderlo". Sin embargo, Gaià explica que la titularidad pública del camino "se puede demostrar con documentación antigua sobre la vía o si el ayuntamiento del municipio ha hecho obras". También se puede demostrar "con los trabajos que se realizaron en el camino que están registrados". Antiguamente, "si no tenía dinero para pagar los impuestos del ayuntamiento trabajaban para el consistorio. Solían arreglar los caminos. Estos trabajos se llamaban 'fajines'", cuenta.

El presidente de la Federación de Entidades Locales de las Islas Baleares (FELIB), Jaume Ripoll, desconoce por qué hay ayuntamientos que no hacen este trabajo, según ha apuntado en el ARA Baleares. Por otra parte, el Consell de Mallorca, que aprueba los catálogos de caminos de los consistorios de la isla, no respondió a las preguntas de este medio y se limitó a recordar que los caminos son "de competencia municipal".

Hay muchas fincas de las Islas que están en manos de propietarios privados, y destacan zonas como la sierra de Tramuntana. En un camino privado se puede pasar con condiciones: "Si el propietario llega a un acuerdo con el ayuntamiento o porque la Administración pacta o impone una servidumbre de paso", que es un derecho legal que permite a una persona pasar por la propiedad de otra. "Pero no es necesario que sea por un tiempo ilimitado", asegura el abogado.

En caso de que la Administración imponga una servidumbre de paso, "si los tribunales la confirman, el propietario se verá obligado a dejar pasar a la gente, pero le indemnizarán porque es una limitación importante para el dueño del terreno", apunta el miser.

Si un propietario de una finca privada por donde pasa un camino con una servidumbre de paso (que está inscrita en el registro de la propiedad) la vende, "este derecho afecta en todos los términos a todos los dueños que pueda tener la propiedad en un futuro", explica. Ahora bien, advierte que si existe un acuerdo escrito (pero que no está inscrito en el registro de la propiedad, por lo que no afecta a terceras personas) entre el propietario y la Administración, y esto no se comunica al comprador cuando adquiere el terreno, se podrá romper con él.

Además de haber acuerdos escritos que limitan el tiempo y otros factores de paso, "puede haber pasos de tolerancia", en caso de que un propietario deje pasar por voluntad propia sin llegar a ningún pacto con la Administración. Sebastià Matamales recuerda que en una finca de Manacor los integrantes de la Plataforma hablaron con el propietario "y no puso ningún problema". "Colaboraron todo lo que pudo", insiste. En el caso de los caminos públicos, la Administración puede limitar "como quiera". Pero tanto los ayuntamientos como los consejos insulares tienen en cuenta "factores medioambientales, que prevalecen sobre la ordenación urbanística", añade Matamales.

Presión social

La presión social de las entidades procaminos ha sido clave para abrir vías públicas cerradas. Gracias a la insistencia de los vecinos ya la manifestación que se convocó recientemente en el camino Vell de Costitx para reclamar que se abriera después de estar cerrado durante 15 años por un propietario privado, el Ayuntamiento de Sineu consultará con los servicios jurídicos y técnicos del Consistorio las dos sentencias existentes (correspondientes al 2009 y del 2010).

Matamales celebra que la Plataforma Pro Caminos de Manacor ha logrado abrir aproximadamente 15 caminos. Pero recalca que el municipio tiene casi 36 que todavía están cerrados. También reconoce que, para abrirlos, han tenido que enfrentarse a algunos propietarios. "Nos empujaron, nos pusieron denuncias falsas, pero al final no fue nada", cuenta. Sin embargo, considera que "no se debe hacer ningún homenaje a nadie para dejar pasar por un camino público". Hay propietarios que se niegan a dejar pasar a desconocidos por dentro de la finca y se han puesto pleitos por este motivo. Matamales cuenta que conoce el caso de un propietario que tiraba estiércol a un camino para que no pasara nadie.

El caso de Ibiza

"A diferencia de Mallorca, las propiedades de Eivissa son mucho más pequeñas, lo que hace que la red de caminos sea muy extensa", explica el antropólogo que ha participado en la catalogación de caminos de Eivissa Joan Costa, que calcula que existen "miles" de caminos cerrados. Algunos han sido usurpados "sin interés en hacerlo", apunta. "El campo se ha dejado de cultivar y, en muchos casos, los caminos están embolsados ​​y llenos de hierba, lo que facilita que los propietarios se apropien de ellos porque no se pasa", detalla. Se añade que, "sólo Santa Eulària tiene el catálogo de caminos hecho, y está incompleto", dice Costa, consciente del "trabajo de hormiga y la inversión brutal de tiempo" que debe realizarse para catalogar las vías.

El antropólogo considera que falta "movilización ciudadana". Y remarca que la turistificación del territorio es también la causa del cierre de algunos caminos. "Todo el mundo está harto de que le pasen motos y quads, y que les roben la fruta, y los cierran. Si no hay documentación que les reconozca como públicos, no hay manera de defenderlos", lamenta.

Residentes de la isla denuncian que todavía están cerrados, "a tramos", el camino de Portmany, el de la Pitxa y el antiguo camino de Els Cubells. Sin embargo, los vecinos celebran que ellos mismos han abierto vías como el camino de Can Lavilla, que "hacía más de 50 años que estaba cerrado". "Si los propios vecinos no le defendemos ya veremos qué expectativas hay de futuro", argumentan fuentes vecinales.

stats