Los docentes de la manzana académica que había en torno a la actual plaza del Tub fueron de los más represaliados de Mallorca al inicio de la Guerra Civil. Como el protagonista catalán de la exitosa película de hace dos años, cuatro fueron asesinados y tres del hoy IES Ramon Llull murieron inmediatamente después de ser liberados o depurados
Con la insurrección militar de julio de 1936, en Mallorca también hubo docentes represaliados como el tarraconense Antoni Benaiges, de 33 años, el protagonista de la exitosa película El maestro que prometió el mar (2023). Benaiges, que liderará una metodología innovadora en la época, fue fusilado en un pequeño pueblo de Burgos, donde estaba destinado desde 1934. Sus alumnos quedaron sin la promesa que les había hecho: llevarlos a ver el mar.
En nuestra casa no faltaron profesionales de la pedagogía animados con utopías similares a la del catalán. Los más castigados fueron los de la conocida manzana académica de Palma. El historiador Gabriel Alomar Serra, profesor jubilado del IES Ramon Llull, da detalles del término: "Alude a un complejo educativo que se levantó en 1916 con cinco edificios de estilos eclécticos alrededor de la actual plaza del Tub. Los cinco funcionaban como centros de la Escuela de Arte (Escuela de Arte) Ramon Llull, la Escuela de Comercio, que en la actualidad acoge oficinas de la UIB con el nombre de edificio de la Riera, el IES Joan Alcover (antes Escuela Normal de Maestros) y el IES Ramon Llull". Inicialmente este último centro se llamaba Instituto General Técnico y era el único que existía en Mallorca. Su director representaba la máxima autoridad en el ámbito educativo en la isla. Por encima de él estaba el rector de la Universidad de Barcelona.
El embrión de aquella isleta académica fue el Instituto Balear, que se creó 81 años atrás, en 1835, en el Estudi General Lul·lià, en el corazón de Palma. Luego se trasladó al antiguo convento jesuita de Monti-sion. "Aquel –asegura Alomar– fue el primer centro de enseñanza secundaria de todo el Estado. Por sus aulas pasaron personalidades como Antoni Maura, el futuro presidente del gobierno español. Lo impulsó la Sociedad Económica de Amigos del País, siguiendo el plan definido por el político asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos, de talante con el talante liberal Mallorca, había defendido por escrito la educación pública".
Cenáculo intelectual
En 1900 se creó el Ministerio de Instrucción Pública y los institutos provinciales pasaron a denominarse "Generales y Técnicos". Ante el deterioro del edificio de Monti-sion del Institut Balear, se decidió convocar un concurso público para proyectar un nuevo complejo educativo. Los terrenos elegidos fueron los del antiguo huerto de Tirador, a un lado del torrente de la Riera y al principio de la Rambla, justo en el límite de la muralla renacentista, que se derrumbó en 1902. Las obras empezaron en 1908 bajo la dirección del madrileño Tomás Gómez Acebo, que murió de manera 1. cogieron el relevo los arquitectos mallorquines Jaume Alenyar y Josep Alomar. El día de la esperada inauguración fue el 25 de enero de 1916.
"Los claustros de la 'isleta académica' –apunta el historiador– estaban formados por gran parte de la intelectualidad isleña del momento. Entre otros, había presidentes, colaboradores y colaboradores de la entidad la Sociedad Arqueológica Lul·liana y la revista Nuestra Tierra. También algunos estaban metidos en política. En julio de 1936, todos ellos, por tanto, fueron elementos sospechosos por los golpistas".
Docmael López Palop, Catedrático de Matemáticas del Instituto General y Técnico.Arxiu
Tres meses después de producirse la insurrección militar, entró en funcionamiento una comisión depuradora de enseñanza secundaria y profesional (también habría otra para el cuerpo de maestros). Aunque estaba presidida por el gobernador civil (Antonio Álvarez-Ossorio), quien movía sus hilos era el presbítero Bartomeu Bosch Sansó, catedrático de latín y director del Instituto General y Técnico. En septiembre de 1936, al tomar posesión del cargo, Bosch ordenó que el centro pasara a llamarse IES Ramon Llull para hacer olvidar los valores liberales de los liceos franceses en los que se inspiró. Con el cambio de nombre se reivindicaba la dimensión religiosa del 'doctor iluminado' que debía 'iluminar' a los alumnos –desde 1967 el patio del centro está presidido por una estatua del beato, que antes, desde 1960, estaba fuera, en el cruce con la Rambla, procedente del antiguo edificio de Monti-sion.
La Escuela de Artes y Oficios de la manzana académica acogió al Tribunal militar encargado de la mayoría de los consejos de guerra. Las acusaciones que se realizaban a los profesores eran diversas. "Podían –apunta Alomar– ser acusados de ser catalanistas sólo por haber firmado el manifiesto de la Respuesta al mensaje de los catalanes de junio de 1936. También estaba mal visto haber defendido los postulados de la Institución Libre de la Enseñanza (ILE). Y finalmente se penalizaba haber sido afiliado al sindicato de la Federación de Trabajadores mampostería o con cualquier partido del ámbito del Frente Popular".
Las resoluciones más comunes de la comisión depuradora eran: jubilación forzosa, inhabilitación de por vida para la labor docente o traslado de destino y la suspensión de empleo y sueldo mientras no se resolviera el expediente. El inspector jefe de educación Joan Capó era el encargado de elaborar las listas negras a partir de unos informes que, en cada localidad, iban firmados por el cura, la Guardia Civil, el alcalde y un padre de familia. Hoy muchos de estos informes se encuentran en Inca, en el Archivo y Museo de la Educación de las Islas Baleares (AMEIB). Según datos recogidos en el portal de Memoria Democrática del Govern balear, 312 docentes del Archipiélago fueron depurados y otros 15, ejecutados (siete maestros y ocho profesores). También los hubo que, al ser inhabilitados, cayeron en depresiones y acabaron suicidándose.
Asesinatos
En la manzana académica de Palma la depuración fue importante. "Fueron condenados –afirma Alomar– ocho de los 11 catedráticos que tenía el Institut Balear en 1936, diez profesores numerarios, nueve ayudantes de ciencias, de letras o de dibujo, dos maestros de taller, cinco inspectores de enseñanza primaria e incluso dos auxiliares administrativos y un portero". Hubo otros cuatro docentes que fueron asesinados. La pieza de caza mayor fue el director de la Escuela de Artes y Oficios, el escultor Dionisio Pastor Valsero, natural de Zaragoza. Acusado de masón, fue fusilado sin juicio alguno el 9 de enero de 1937. Ese mismo día acababa de ser 'liberado' del campo de concentración de los Baños de San Juan de la Fontsanta (Campos). Tenía 68 años.
Placa de los maestros represaliados en la plaza del Tub.ISMAEL VELAZQUEZ
Quien tampoco pasó por juicio alguno fue el madrileño Fernando Leal Crespo, de 40 años. Era inspector de la primera enseñanza en Baleares y miembro de Esquerra Republicana Balear. Fue torturado antes de ser ejecutado en la carretera de Sóller la noche del 26 de agosto de 1936. El mismo destino se encontró al ser puesto 'en libertad' Josep Lluís Stengel Boscà, de 24 años, profesor de Matemáticas en la Escuela de Comercio, detenido por ser del Partido Comunista. Noviembre fue el turno de José María Olmos Escobar, catedrático de la Escuela Normal de Maestros. Tras haber sido juzgado por su afiliación masónica, fue fusilado en el cementerio de Palma. Tenía 41 años.
Víctimas colaterales
De la manzana académica hubo otros tres docentes que, aunque no fueron fusilados, murieron inmediatamente después de su liberación o depuración. El primero fue Docmael López Palop, catedrático de Matemáticas del Instituto General y Técnico. Natural de Enguera (Valencia), fue teniente de alcalde con Emili Darder. También fue vicepresidente de la Diputación Provincial. Habiendo estado encerrado en Can Mir, en 1938 un consejo de guerra le condenó a 30 años de reclusión bajo la acusación de "rebelión por inducción". Las deplorables condiciones de la cárcel agravarían los problemas pulmonares de López, que, al año, fue trasladado al Hospital Provincial de Palma, donde finalmente murió el 28 de febrero de 1939. Tenía 57 años.
La guerra también fue una estameneada importante para Sebastià Font Salvà, catedrático de Filosofía del Instituto General y Técnico y director del centro desde 1918. En septiembre de 1936 fue destituido y obligado a jubilarse. Murió pocos meses después, en 1937, a 66 años. Otra víctima del trauma de la Guerra Civil fue José Ayaralar Almazán, profesor de Matemáticas de la Escuela Normal, natural de Guadalajara. Acusado de simpatizar con el Partido Socialista y el sindicato FTE, fue condenado en prisión hasta 1944. Entonces consiguió la autorización para hacer de maestro de escuela a la graduada de Inca. Sin embargo, murió a los pocos meses, a 44 años.
Desde marzo del 2022, todos los docentes de Palma represaliados durante el franquismo son recordados con una placa en la plaza del Tub, el epicentro de la famosa manzana académica. Aparte de los mencionados, aparecen otros setenta más de nombres, entre los que también hay mujeres como María José López Cots y Magdalena Lladó Oliver. El memorial fue iniciativa de Llorenç Carrió Crespí, entonces concejal por MÁS de Educación y Política Lingüística. "Hoy –concluye Alomar– casi ningún docente conoce el calvario que sufrieron sus predecesores durante el franquismo".
IES Ramon Llull 'versus' IES Joan Alcover
Un docente ilustre del Instituto General y Técnico de Palma, rebatiado en septiembre de 1936 como IES Ramon Llull, fue el político Gabriel Alomar Villalonga. Fue catedrático de Historia de la Literatura Española. El 18 de julio, cuando se produjo el levantamiento militar, se encontraba en Madrid para participar en una conferencia. Ya no volvería a Mallorca. La comisión depuradora le acusó de pertenecer a formaciones republicanas de izquierdas y separatistas. En octubre de 1937 fue sentenciado a 'separación definitiva del servicio'. Sin embargo, entonces la República ya había nombrado al palmesano ministro plenipotenciario en Egipto, donde murió en 1941, a 68 años. Otro represaliado fue Joan Nadal Bujosa, alcalde de Bunyola, que trabajaba de oficial de secretaría en el mismo instituto. Fue delatado por un profesor. Al salir de prisión en 1937, emprendió un largo periplo internacional que le llevó hasta Venezuela. Nadal vio cumplido el deseo de morir en su isla natal. Fue en 1994, a 83 años.
El franquismo se encargó de echar por tierra todos los hitos pedagógicos conseguidos durante la Segunda República. A partir de 1936, el IES Ramon Llull abandonó la coeducación para pasar a ser exclusivamente masculino. Se levantó entonces un muro que separaba la tercera planta, destinada a las chicas, de la segunda y primera, donde estudiaban los chicos. En 1966 las chicas pasaron al edificio de enfrente, la antigua Escuela Normal de Maestros, que acabaría llamándose IES Joan Alcover en recuerdo del ilustre autor del poema La Balanguera –entonces la cantera de Magisterio se trasladó al edificio que hoy acoge el IES Josep Maria Llompart. El IES Joan Alcover no sería mixto hasta 1976.
A partir de 1937 el subsuelo del patio central del IES Ramon Llull acogió la construcción de un refugio antiaéreo para proteger a la población de los bombardeos de la aviación republicana. Sería uno de los mayores de Mallorca, con una capacidad para 1.086 personas. El historiador Gabriel Alomar estuvo a tiempo de entrevistar a alumnos que se cobijaron. "Me dijeron que, en el momento de partir hacia el refugio, el director del instituto, el presbítero Bartomeu Bosch, les hacía cantar canciones patriotas". Bajo el actual IES Joan Alcover también se habilitó otro refugio antiaéreo, de menor tamaño.
No fue hasta 1973 cuando se inauguró el tercer instituto de Palma, el IES Antoni Maura, en el polígono de Llevant. Fue diseñado por el arquitecto Antoni Alomar Esteve. En la Part Forana, el primero fue el de Felanitx, aunque como Instituto Laboral. Comenzó a funcionar en 1950, de forma provisional, en la antigua estación Enológica. En 1973 estrenaba el actual edificio situado en la carretera de Petra. En Manacor, el IES Mossèn Alcover se inauguró en 1970, que inicialmente ocupó un cuartel abandonado junto a la estación de tren. De ese mismo año también es el IES Berenguer de Anoia de Inca.