20 años del derribo de los dos monumentos franquistas de Portocristo

El monolito de marés fue levantado en 1937, en plena Guerra Civil, como homenaje a los 'Héroes de Manacor'

Los monumentos franquistas derribados en Portocristo
Sebastià Vanrell
15/10/2025
4 min

ManacorEste mes de octubre se cumplen 20 años de un hecho histórico: el inicio de la demolición del primer monumento franquista de Portocristo, durante la legislatura de Antoni Pastor (PP). Hacia el mediodía del 7 de octubre de 2005, operarios de la empresa Melchor Mascaró SA empezaron a colocar los andamios para, poco a poco, proceder a desmontar los escudos y figuras con cierto valor patrimonial, antes de pasar al derrumbe de la estructura de piedra del monumento situado junto al Club Náutico. A las 14 horas, los primeros martillazos empezaron a sonar.

De esta manera, el equipo de gobierno PP-AIPC hacía tener verdadera el acuerdo plenario del Ayuntamiento de Manacor del día 13 de febrero de 2003, aprobado por unanimidad, y donde se decidió demoler los dos últimos monumentos franquistas de Portocristo, y del término municipal de Manacor. El presupuesto de las obras rondó los 30.000 euros.

Los trabajadores de la empresa Melchor Mascaró SA, que también construía en aquellos momentos el segundo instituto de Secundaria de la ciudad (el actual IES Manacor), tuvieron que irse antes de tiempo por el mal tiempo. Pero el trabajo ya había empezado. Un día antes, el arquitecto y el jefe de obra municipal también habían acudido a la plaza del Monumento, al otro lado del pueblo, para dar las últimas directrices y la conformidad para el derribo de la gran cruz cristiana, hecha en mármol, situada al final de la avenida dels Pins.

El monumento antes de ser derribado
Momento en el que derribaban el monumento franquista

El monolito de piedra arenisca fue levantado en 1937, en plena Guerra Civil, como homenaje a los 'Heroes de Manacorestatales, que derrotaron a las tropas republicanas del general Bayo después de llegar a Portocristo. Se colocaron los tradicionales símbolos franquistas como el yugo y las flechas que, previo visto bueno del Consell de Mallorca, serían trasladados, casi 70 años después, al museo municipal de Manacor antes del derribo.

Diseñado por el ingeniero Antonio Parietti las crónicas contemporáneas describían que: "Su estructura es austera y sencilla, rematada por un águila bicéfala imperial, obra en mármol negro, que sostiene el escudo de España". Realizado en mármol, mostraba los emblemas de la Falange, Requeté, Renovación Española y Acción Popular, los dos partidos republicanos que se sumaron al golpe de estado.

Este monumento, que además llevaba inscrito el lema 'A los caídos por Dios y por España', ya había sido objeto, durante los años 80 y 90, de muchas pintadas como un 'Se vende' escrito en rojo que duró una serie de años. El monumento de la cruz, por su parte, sufrió, a principios de los 90, el impacto de un pequeño explosivo, un artefacto que fue atribuido a Terra Lliure.

Precisamente, este monumento, levantado en 1958 en la confluencia de la avenida de los Pinos y la carretera de Son Servera y en honor a las tropas de Infantería y Artillería, fue, al final, el primero de los dos en caer.

El 24 de agosto de 1937, la corporación municipal votó a favor de contribuir a la construcción del monumento en memoria "de los fallecidos en la compañera contra los rojos invasores" que ya se levantaba con gran rapidez. Ese mismo día, el Consistorio declaraba fiesta local el 4 de septiembre, en sustitución del Corpus.

A partir de aquí la Falange organizó cada año actos conmemorativos de la retirada republicana, convertida en victoria. Por la mañana las bandas de música, cornetas y timbales, guiaban hacia oficios solemnes en Portocristo y Manacor (donde había un monumento aferrado a una de las paredes de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores).

El otro monumento franquista

El primer año, además, se descubrieron las placas que dieron nombre a las calles que el Ayuntamiento dedicó a Franco (hoy calle Mayor), al general Mola ya José Antonio Primo de Rivera (hoy plaza de Gabriel Galmés). Ya por la tarde, en Portocristo se hicieron exhibiciones en las cuevas del Drach y otra en el paseo del Moll, donde se inauguró oficialmente el Monumento de Falange Española y de JONS, para después asistir a la interpretación de un tedeum en el templo parroquial.

Hubo parlamentos patrióticos exaltando las grandezas de la Patria y la figura del Caudillo. La banda interpretó la Marcha Real y el himno de la Falange, Cara al sol, y se concedió un almuerzo a los pobres de Manacor, en las Cocinas, "lleno de mujeres y niños, los grandes perdedores de la guerra", apunta el historiador manacorense Antoni Tugores.

En el lugar del monolito del Club Náutico se colocó un ancla en recuerdo de todos los finados a la guerra, mientras que en lugar del monumento de la gran cruz se construyó una plaza sin más simbología. En la pared de la iglesia de los Dolores de Manacor, por su parte, hoy en día se ha sembrado un pequeño árbol iluminado como símbolo de paz.

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