19/10/2025
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PalmaCuenta el profesor Fernando Hernández, experto en la historia del comunismo español, que cuando en los años 70 reprocharon a José Manuel Lara haber convertido el premio Planeta en un galardón cocinado –tras concederlo a un comunista, Manuel Vázquez Montalbán, ya otro que lo había sido, Jorge Semprún–, respondió con sincero sus intelectuales cuatro millones de pesetas?"

Podríamos encontrar montañas de anécdotas, pero los dueños de la editorial tienen el mérito no sólo de haber encontrado una fórmula de marketing infalible, sino de haberla adaptado a los nuevos tiempos. De esos comunistas y autores de reconocido y contrastado valor literario –la nómina del galardón tiene incluso premios Nobel seducidos por el cheque– hemos pasado a presentadores y colaboradores de televisión, siempre del grupo al que pertenece la editorial. Nadie debería indignarse o pecar de ingenuo para que hayan coronado Sonsoles Onega (con una novela masacrada por la crítica) o ahora Juan del Val, colaborador y guionista deEl Hormiguero.

Cuando cubrí por primera vez el premio Planeta como novato, salí de la rueda de prensa previa a la concesión con una maleta Samsonite y un montón de libros regalados y con el ganador identificado entre los diez finalistas. Aunque siempre los presentan bajo seudónimo. Un día antes tenía la crónica hecha, sólo pendiente de añadir unas declaraciones. Por eso, me sorprendió tanto la escenificación durante la cena en la que se entrega el galardón. Rondas de votaciones con un jurado de renombre (escritores ya premiados por la editorial) en la que iban cayendo finalistas mientras te servían ternera deconstruida, antes de que la calle conociera el concepto. Nunca hubo errores. Siempre acertamos. Bastaba con pedirlo el día anterior y comprometerse a no filtrarlo.

La dotación es de un millón de euros (Hacienda se llevará lo suyo) y funciona como un adelanto de las ventas, que se presumen igualmente millonarias, enfocadas a la campaña de Navidad. Me dan pena los cientos de personas que envían sus originales de todas partes del mundo. Quizás con la esperanza de que alguien los lea y verlos publicados. Deberían empezar por encontrar una silla como colaboradores en Antena3 o La Sexta. Porque ya no quedan comunistas de los 70.

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