La izquierda embolsa Galmés, y Mallorca

Cuando los políticos llegan al cargo, como ocurrió con Llorenç Galmés en el Consell de Mallorca, se precipitan a buscar una solución rápida al problema de los coches. Y no, hacer un carril más en la vía de cintura de Palma no arregla nada. Como tampoco lo hizo el pacto de izquierdas, al contrario, gastando una millonada para ampliar varios kilómetros de la Llucmajor-Campos. Ahora, los coches del Migjorn llegan más bien al atasco. La ingeniería impulsiva no va a ninguna parte cuando cada ciudadano tiene un vehículo. Es necesario, como explica muy bien el reportaje de Maria Llull, cambiar la cultura del coche que durante décadas nos ha presentado este transporte como sinónimo de estatus, libertad, y otros atributos publicitarios que no sólo son falsos, sino que nos han servido un colapso monumental.

Ahora bien, el presidente del Consell de Mallorca acierta, como ya hizo su homónimo en Ibiza, cuando ataca la raíz, y plantea limitar la entrada de coches por vía marítima. Pero he aquí que Vox no piensa aprobar el texto que promueve el partido mayoritario en el Consell porque "no se pueden hacer diferencias" y poner tasas a los españoles para entrar en las Islas. Es una posición. Nada tiene que ver con reducir la presión sobre el territorio y las carreteras, pero es sabido que Vox de eso se jode.

No así, supuestamente, la izquierda, que está a favor de esta medida. La votó con entusiasmo en el Parlament cuando venía desde el Consell de Ibiza. Pero ahora se ve que la misma propuesta no dispone del apoyo de los mismos partidos en el Consell de Mallorca. Claro que, con excusas de mal pagador, el PSIB y MÁS no quieren darle ninguna alegría al PP. Y, como en el caso de la autopista de Campos, vuelven a equivocarse. Deberían pensar en los ciudadanos. Yen su coherencia.