Pere Sánchez (según su hermana, Neus Sánchez): “Iba a todas las galas de tarde de Tito's”
Neus Sánchez, hermana del periodista, nos cuenta los mejores secras guardados de su infancia y su adolescencia
PalmaFue un niño fabuloso, un niño perfecto: no decía mentiras, era calmado y educado, todo le iba bien, estaba contento. Cuando le regañaban, muy ocasionalmente, hablaba de sí mismo en tercera persona, nos cuentan. Nació cuando su madre tenía 20 años y su padre, 23, y cuentan que se lo llevaban a la discoteca y el niño quedaba tranquilamente dentro del cochecito adormilado. Comía bien, estudiaba y sacaba buenas notas, se defendía bastante bien en el fútbol (que le ha apasionado y obsesionado toda la vida) y toca el piano que goza. Ser periodista era uno de sus sueños de chico y, como quien no quiere la cosa, debe cumplir una veintena de años que ejerce este oficio. Es Pedro Sánchez (Palma, 1985) y nos habla su hermana, Neus Sánchez, que es siete años menor que él.
Dice que son la noche y el día: "Si conmigo esperaban otro Pedro, se equivocaron, porque fui Satanás: no comía, lloraba… Incluso mi hermano le decía a mi madre: 'Mi hermana me pone nervioso'. Estaba hasta las narices de mi." Ahora bien: "Brigues, las había, y aún ahora: por el último trozo de tortilla de patata, que si los croissants de la mañana…". Había ruido en todo momento.
Lo de la comida, sin embargo, los dos hermanos lo llevan bien adentro: "En casa, mi madre cocina muy bien, y hemos sido los catadores de sus platos: recordamos mucho las sopas, y un plato báltico con bechamel, patata y pollo. Y algo que le encanta a Pere es el pastel de castaña". Ahora bien, no será el periodista quien vaya al horno a comprarlo: Pedro es de los que prefieren encontrarse la sorpresa en la mesa (¡y discutirse con la hermana por el último pedazo!).
No se puede hablar de la infancia de Pere Sánchez sin tener en cuenta su obsesión por el fútbol, que ha bebido de su padre; quien, por cierto, trabajó muchos años en el RCE Mallorca y, por tanto, ha criado a mallorquinistas. Así, han vivido juntos grandes momentos del Mallorca, como la final de Copa del 2003, en Elche, cuando Pedro tenía 18 años y Neus, 11. El nivel de friquismo, sin embargo, va mucho más allá que la alegría por un gol o una copa: "Cuando hacían las obras del nuevo campo del Mallorca, él iba dos". Cada uno con su rodaja.
La música también ha sido una cosilla de Pedro, que aprendió a tocar el piano de pequeño y, según Neus, entre el Bachillerato y la carrera componía canciones. Sin embargo, estaba muy centrado en los estudios, que siempre fueron muy importantes para él: "De pequeña me reflejaba mucho en él, sobre todo porque quería sacar las mismas notas. Pedro siempre ha sido un estudiante excelente: dicen que nunca tuvo la edad de la bendición. Fue un niño educado, buen estudiante, sin complicaciones." A 16 años, Pedro iba a todas las galas de tarde que se hacían en Tito's, mientras en su habitación sonaban The Killers, Kaiser Chiefs y Coldplay.
Como suele pasar en las mejores casas, de los hermanos, hay uno de su padre y otro de su madre. Pedro es de su madre: "Son discretos, con un humor fino y buscado. De aquellos que dicen pocas cosas, pero bien dichas". Nada que ver con ella y su padre, que son "mucho más chapuceros y excéntricos". Nieves sigue describiendo a Pedro: "Es una persona sensible, discreta, muy inteligente y muy divertida. Todo esto está muy bien, pero esta sensibilidad también le ha llevado a vivir situaciones extremas". Sea como fuere, después de todas las que han pasado, dice Neus, "nos hemos demostrado que estamos tanto en las buenas como en las malas, y que somos realmente un equipo".