Como era Maria Muntaner, según su amiga: “Sorprendía su soltura con los libros a una edad muy precoz”

Paula Fluxà nos cuenta los secretos mejor guardados de la infancia de la editora

La editora Maria Muntaner, durante su infancia.
31/10/2025
3 min

PalmaEntre notificaciones de WhatsApp, Instagram y alarmas del Google Calendar duele recordar que, no hace tanto, las amigas no se enviaban notas de voz para comunicarse. En algún rincón de las casas en las que vivíamos había una mesita con un aparato con botones y un hilo rizado: el teléfono. La de las protagonistas de esta narración es una amistad que, como tantas otras, ha acumulado muchísimas horas de conversación por teléfono; tantas, que los padres de una u otra tenían que intervenir la charla de las dos amigas porque sus respectivas familias estaban incomunicadas. La amistad, que podría tener por lado la canción Lambada, de Kaoma, o bien Te vino correr de Tennessee, es la de la editora Maria Muntaner y Paula Fluxà, que hoy nos habla de la hija de Lleonard Muntaner (autor, por cierto, de la tendrísima fotografía que acompaña este texto).

Nació en Palma, en 1980, en una casa donde el comedor no se usaba como comedor porque estaba "lleno de libros". Así lo recuerda Paula Fluxà, con quien se conocen desde los cinco años: "Ir a su casa impactaba. A veces entrábamos en el despacho de su padre y había libros y papeles por todas partes, todo esparcido en una gran mesa. Para mí, ir quería decir aprender algo nuevo.

Como ahora, uno de los rasgos característicos de María cuando era pequeña eran sus rizos castaños, pero también la inteligencia y tranquilidad que transmitía ya desde muy joven, según Paula. Además, por la naturaleza que habitaba en casa, María tenía una habilidad que no era de las más comunes entre sus compañeros de clase: “No sé si fue el primer trabajo que hicimos juntas, pero sí el primero que recuerdo. mucho por eso", cuenta Paula, con quien se entendieron de repente, entre otras cosas porque compartían el gusto por la lectura y el dibujo.

Aunque parezca evidente que María cogiera con alegría el legado de la editorial que montó su padre, Paula menciona que nunca oyó que dijera que quería ser editora; pero tampoco "sorprendió nada" cuando decidió estudiar Filología Catalana ni cuando empezó a trabajar con su padre.

De dos muñecas que disfrutaban de paseos en bicicleta y nadados veraniegos por la colonia de Sant Jordi (donde vivía una madrina de Paula), Maria y Paula se convirtieron en adolescentes que pasaban horas y horas por las curvas del bar Es Carreró de Palma, vestían pantalones acampanados y Pasatiempo. Juntas, también empezaron a militar en Jóvenes de Mallorca por la Lengua cuando la asociación hacía poco que existía y, entre canciones de Els Pets, Sau, Lax'n Busto y Sopa de Cabra vieron estallar los primeros Correllengua y Acampallengua desde la organización.

Cuarenta años después, María y Paula disfrutan de un rato tranquilo y una copa de vino blanco o un vermut. "Reconozco en ella las mismas cualidades de entonces: responsabilidad, creatividad, capacidad de gestión, fortaleza y compromiso. Es una persona muy agradable, alegre, positiva y fuerte frente a las dificultades". Paula, que dice que no recuerda la vida sin ser amiga de María, habla con admiración del trabajo que ha hecho la editora de Lleonard Muntaner: "Verla hoy como editora me hace sentir orgullosa. Ha conseguido crear un sello propio, y creo que como sociedad le tenemos que estar agradecidos. No se ha limitado a continuar lo que ya ha hecho colecciones con cuidado, con la pipa que la caracteriza: honestidad y buen gusto".

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