Bar Sa Finestra: escenario de los músicos mallorquines y refugio de los supervivientes de la noche

Con sólo siete años de vida, se convirtió en un local mítico que muchos aún recuerdan

PalmaEntre 1992 y 1999, el bar Sa Finestra escribió una de las páginas más intensas de la noche palmesana. En sólo siete años se convirtió en un referente musical, pero las denuncias vecinales y las multas forzaron su cierre: un local y un modelo que murieron de éxito.

Músicos isleños como Antònia Font, Chenoa, Jaime Anglada, Carmen Jaime, Daniel Higiénico, Concha Buika, Hugo Sócrate y Víctor Uris hicieron los primeros conciertos en el escenario de Sa Finestra, un local que se convirtió en un santuario. De hecho, fue el primer bar en Mallorca que ofreció música en directo todos los días de la semana. "Gestionar Sa Finestra era muy fácil, iba todo muy rodado, los músicos se ofrecían por tocar y el público respondía siempre", recuerda Riki López, uno de los propietarios del bar.

El bar se convirtió también en el punto de encuentro de los "supervivientes de la noche", recuerda con nostalgia el propietario. Sa Finestra era uno de los bares que abría hasta más tarde y, cuando los demás encerraban, los jóvenes peregrinaban hasta allí. "En aquella época, fueras al bar que fueras, siempre sentías gente que se despedía diciendo: 'Nos vemos después en Sa Finestra'", explica uno de los clientes habituales.

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Riki López recuerda a su clientela con amor y cariño; los define como "gentuza". "Era un lugar donde brillaba el libertinaje, la gente podía hacer lo que quería, ser quien era y no amargarse por nada. Todo estaba permitido, algunas cosas ilegales incluidas", recuerda riendo el propietario. La acera de enfrente y el bar siempre estaban llenos y se podían encontrar "todo tipo de personas de diferentes edades, gustos, tribus sociales... pero nunca había problemas ni peleas, todos tenían lo mismo en común, ganas de bauxa y fiesta sin etiquetas ni limitaciones", cuenta.

La programación de la tarde era siempre la misma. Abrían las puertas de lunes a domingo a las 23 horas, cuando empezaba el concierto, y después había una Jam Session con música de todos los estilos. En otros momentos, López se ponía ante el tocadiscos y hacía sonar canciones hasta que la fiesta terminaba. "Sabías cómo empezaba la noche, pero nunca cómo terminaba, en cualquier momento podían aparecer músicos y hacer un espectáculo brutal que te dejaba impresionado", recuerda con nostalgia uno de los habituales del bar.

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Las multas y las visitas continuadas de la Policía fueron el motivo del cierre precipitado de un bar que funcionó a la perfección y estaba lleno hasta los topes hasta el último día. "Quisieron cortarnos las alas, nos pusieron muchísimas multas y ya no podíamos asumir los costes económicos de las sanciones. Si no hubiera sido por eso, no habríamos cerrado y quién sabe si Sa Finestra seguiría existiendo", explica Riki López.

Para evitar más problemas, el propietario alquiló el piso de encima del bar. "El vecino se quejaba mucho (con razón) y le alquilé su piso por una cantidad que le permitía alquilar una vivienda en una zona que le gustaba y así evitar las molestias", recuerda. López vivió varios años sobre el bar y reconoce que "el ruido era intenso". "En algunos momentos yo y todo me cansaba de sentir tanto almazara en la calle". Pese a esta estrategia, los propietarios no lograron que las denuncias detuvieran y las multas siguieron llegando hasta el día del cierre.

"Ahora un bar así no sería posible, entre las normativas y los gustos musicales de las nuevas generaciones..., algunas de las cosas que hacíamos nosotros actualmente no son legales ni pasan por la cabeza de nadie, pero en ese momento las disfrutamos y vivimos al máximo", sentencia Riki López.

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El bar responde

¿Qué música solía sonar?

— Al principio rock catalán, pero después entró el pop español.

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¿Qué bebida era la más solicitada por los clientes?

— La pomada y el chaleco de la casa: 'El Infierno'.

¿Cuál diría que era la marca del bar?

— La música en directo.

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¿Alguna anécdota que le haga reír cuando la recordáis?

— Cuando los reyes de España venían a Marivent, todas las noches sus escuchas personales venían a hacer redadas en el bar. No sé si era porque estaban aburridos o porque alguien les enviaba, pero cuando había alguien de la familia real en Mallorca ya les esperábamos.