La productividad de los almendros "depende del comportamiento del árbol, no de su procedencia"
En Baleares se siembran variedades foráneas que tienen una producción más estable
    
    Los almendros de secano ya no colonizan los paisajes de Baleares como lo hacían años atrás. El cultivo estándar de las Islas, que antiguamente se sembraba porque resistía la sequía, el clima mediterráneo y no tenía un coste muy alto de mantenimiento, desaparece a causa del cambio climático y de la Xylella. Ante esta situación, los agricultores de las Islas optan por sembrar almendros de regadío y también se introducen variedades foráneas híbridas y que tienen mayor estabilidad en la producción. Sin embargo, el doctorando en Biología Jaume Fornés considera que la productividad "no es una cuestión de la procedencia, sino del comportamiento que los árboles puedan tener ante los nuevos escenarios que se presentan".
En este sentido, detalla que en Baleares "tenemos variedades tradicionales como Guarin, la de Joan Toni, Martona y Cacahuete, que son bastante antiguas y que, hasta la fecha, tienen un buen comportamiento en determinadas condiciones". En cambio, aclara que "hay otros como Vivot, Verdereta, Pou y Manento, que son muy sensibles y no es posible el cultivo".
En cuanto a las variedades foráneas, especifica que "algunas provienen de centros de mejora genética como la Masbovera y la Glorieta, cuya afectación no es tan grave en el contexto actual y llevan más de 30 años en Mallorca". Otros "con una gran capacidad productiva, como la Vairo, muy afectada por patologías de tipo fúngico y que se implementó de forma importante hace unos años y ahora se encuentra en retroceso, y otras procedentes de otros países, como la Cristomorto, de origen italiano, que es bastante tolerante y medianamente productiva", añade.
Cambios acelerados
Sin embargo, Fornés recuerda que los cambios que se producen tanto en el clima como en otros aspectos "son tan acelerados que lo que hoy puede parecer una buena variedad, el día de mañana puede que no sea posible su cultivo". Por ello, remarca que "hacen falta estudios para evaluar el comportamiento y el potencial de las diferentes variedades locales y que el campesino pueda sacar provecho para poderlas cultivar con ciertas garantías". En el mismo sentido, piensa que "es importante que se escuche al campesino que tiene experiencia y puede aportar datos que sean de interés para buscar soluciones a un cultivo que se encuentra en retroceso".