Corte

GOB, Unió de Pagesos y Apaema exigen retirar la ley agraria porque desfigurará el campo

Entidades ecologistas y agrarias y profesionales critican que con esta norma "las fincas se convertirán en hoteles"

Muchas entidades advierten que la ley agraria contribuirá a más usos residenciales y turísticos
27/10/2025
4 min

PalmaAgricultores, profesionales y entidades como el GOB, Unió de Pagesos y la asociación de productores ecológicos Apaema han exigido al Gobierno que retire el proyecto de ley agraria porque "desfigurará el campo" y han criticado que, con la redacción actual, es una iniciativa para promover usos urbanísticos y turísticos que "acabará convirtiendo las explotaciones en hoteles". Además, lamentan que no se utilice la norma para "promover una verdadera soberanía alimentaria y para ayudar en serio a hacer viable la actividad agraria de las Islas", según han explicado portavoces de estas asociaciones al ARA Baleares. Hay algunos puntos de coincidencia entre las entidades y profesionales que han presentado alegaciones, sobre todo en lo que se refiere a la crítica a la orientación urbanística, turística y especulativa del campo, en lugar de hacer una apuesta por mejorar la producción de alimentos, que "es la base de cualquier normativa agraria".

El viernes terminó el período de exposición pública del proyecto de ley, y los ecologistas del GOB presentaron un escrito crítico y contundente sobre el texto elaborado por el equipo del conseller Joan Simonet. Entre las alegaciones iniciales, el GOB defiende que la agricultura debe tener prioridad sobre otros usos del suelo rústico, "como el turístico o especulativo". También reclama que se garantice la financiación real del sector agrario, la participación ciudadana en las decisiones y la aplicación de una cláusula de no regresión, para evitar retrocesos en la protección del suelo.

La nueva ley agraria de las Islas Baleares permitirá que cada explotación agrícola profesional pueda alojar hasta 10 turistas, con la opción de ampliar las edificaciones existentes hasta en un 20% para esta actividad. Esta medida, que se plantea como actividad complementaria, podría traducirse en miles de nuevas plazas turísticas en las Islas, como avanzó el ARA Baleares. El consejero de Agricultura, Joan Simonet, defiende esta iniciativa como una forma de hacer rentable la agricultura.

Rebaja de garantías urbanísticas y ambientales

Apaema, la entidad agraria que reúne a los productores ecológicos, también ha sido muy dura en sus alegaciones, especialmente en lo que hace referencia a promover más construcción y usos recreativos en rústico: "¿Qué necesidad debe hacer más casitas en rústico?", se pide Apaema. La asociación considera que los usos de ocio y autoconsumo energético que recoge la norma, y ​​que el conseller defendió como una ayuda por los pequeños propietarios, "pueden tener una deriva clara hacia infraviviendas dada la problemática habitacional en nuestra comunidad".

"El anteproyecto podría permitir legalizaciones encubiertas de edificaciones anteriores a 1991 y actividades de ocio rural", que no es lo que debe promover una norma del sector primario, según Apaema. La entidad también critica las modificaciones de la Ley 5/2005 y la Ley 12/2017, que favorecerían usos no agrarios, así como la sustitución de autorizaciones previas por declaraciones responsables, lo que reduciría los controles sobre el territorio.

El GOB lamenta que se vacíen competencias de los consejos insulares en materia territorial para exonerar determinados usos, y sea exclusivamente la Consejería de Agricultura la que pueda determinar los usos recreativos y urbanísticos, cuando este aspecto es competencia específica de las instituciones insulares.

El modelo no puede ser de más usos recreativos

Apaema asegura que la ley no aclara el modelo agrario que se quiere para los próximos años para Baleares. "En un contexto de situación crítica como la del sector, es imprescindible que la norma dibuje una estrategia clara, un hilo conductor desde donde desplegar las políticas públicas en materia agraria", dice la entidad, que lamenta que la norma alargue "la agonía" del enfermo (el campo) "transfiriéndole competencias de otras actividades y sectores económicos, empleando un malogrado suelo rú. "No podemos pretender que la agricultura vaya además dedicándonos a realizar actividades complementarias", sentencia.

Apaema, Unió de Pagesos y el GOB consideran "un despropósito" que la Conselleria priorice las actividades que no son propias del campo. "Preocupa que no aborde uno de los principales problemas de desfile: el suelo rústico es el tablero de juego de toda actividad impropia, arrinconando cada vez más la actividad agraria", señalan los campesinos ecológicos. En este sentido, el GEN-GOB de Eivissa advirtió que, si no se hace un planteamiento agrario "en vez de una propuesta urbanística y especulativa", se apuesta definitivamente "por la muerte del campo".

Priorizar energía renovable en rústico cuando no hay relieve

En materia energética, el GOB rechaza que la transición energética deba implicar, como defiende la normativa, la "pérdida de suelo agrario y especulación". Se opone a la exoneración de autorizaciones para instalaciones de autoconsumo y al uso de la agrovoltaica como vía para grandes plantas fotovoltaicas en suelo agrícola. Propone limitar potencia, ocupación y altura de las instalaciones, priorizar cubiertas y suelo degradado y crear un registro público de instalaciones.

Varias entidades del mundo rural critican que, mientras se clarifica y se hace referencia a cómo poner las instalaciones agrovoltaicas, no haya menciones "a mecanismos encaminados a poner solución a la carencia de relieve generacional, de profesionalización y de acceso a la tierra".

Gestión forestal y ganadería intensiva

En lo que se refiere al ámbito estrictamente forestal, el GOB carga contra "la mercantilización del bosque y la posible privatización de la gestión forestal pública", en sus alegaciones. Propone limitar la explotación de biomasa, conservar los bosques maduros y mantener el cuerpo de Agentes de Medio Ambiente. También rechaza la disposición adicional quinta sobre explotaciones avícolas intensivas y solicita una moratoria con un plan sectorial específico. Según el GOB, las alegaciones ponen de manifiesto la necesidad de una ley agraria que proteja realmente el suelo y los agricultores, garantizando un modelo sostenible y respetuoso con el medio natural.

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