La demanda de hoteles para perros, en auge: “Ya tengo reservado hasta Pascua”
En Baleares hay más de 310.000 perros y más de 60.000 gatos, cifras que han multiplicado la oferta asistencial y residencial para garantizar la atención y bienestar de las mascotas


PalmaEn Baleares existen más mascotas que habitantes en Menorca e Ibiza. Ambas islas suman cerca de 270.000 residentes. El 25 de junio había censados en el Archipiélago 310.274 perros y 60.330 gatos, de acuerdo con los datos del Registro de Identificación de Animales de Compañía de las Islas Baleares. En un contexto en el que la población animal no para de crecer, también lo han hecho los servicios, como, por ejemplo, los seguros médicos para cubrir los gastos veterinarios. Otro ejemplo son las residencias caninas, espacios donde los propietarios pueden dejar a sus mascotas cuando van de viaje o tienen un ingreso hospitalario.
Según los datos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Natural, en Mallorca (no se dan las cifras de otras islas) hay 21 centros dedicados a esta actividad y son núcleos zoológicos, cada uno con su forma de funcionar: con jaulas, abiertos, con más o menos animales. Aparte, están todas las personas que a través de diferentes plataformas se ofrecen a guardar perros y gatos en su casa. Aunque no siempre es así, deberían tener el núcleo zoológico que garantiza que el espacio tiene unas condiciones determinadas para el cuidado y la cría de animales.
La demanda de guarderías ha aumentado mucho, señala el propietario de un centro ubicado cerca de Pina. Carece de jaulas y los animales pueden circular libremente por el entorno. Este modelo se ha expandido. "Estamos saturados. No quiero más publicidad", dice. "Ya tengo reservas hasta la próxima Semana Santa", especifica. Un 70% de la clientela que atiende es española, "pero no mallorquina", matiza. Se refiere a que son personas que han venido a trabajar, y por eso no suelen tener un arraigo familiar que les permita, por ejemplo, dejar el perro con alguien cercano. Hay animales que quedan en la guardería dos o tres días, pero otros quedan 20. A pesar del incremento de la demanda, desde que abrió hace ocho años, el centro sólo ha subido el precio dos euros, pero no dice cuánto cobra.
Son Batlet es una residencia felina y canina que también ha notado el incremento de la demanda, pero en este caso de clientes mallorquines. Abrió hace 17 años y tiene espacio para 40 perros y 20 gatos. Sin embargo, la capacidad puede aumentar si, por ejemplo, un mismo propietario interna dos animales, que pueden estar juntos. Cada casita tiene nueve metros cuadrados, entre la zona cubierta y el patio. Por el servicio cobra 19 euros por día, que incluye el alquiler de la perrera, la limpieza diaria de ésta, la alimentación con comida seca dos veces al día y salidas controladas diarias.
La propietaria del centro y veterinaria, Eva Borràs, asegura que lo que ha subido "muchísimo" en los últimos 10 años es el mercado de gatos. "Como no debemos manejarlos tanto, todo se hace diferente. Un gato necesita una instalación en la que se pueda mover verticalmente y un espacio donde esconderse. Si cuando yo entra se esconde, claramente me dice que no quiere saber nada de yo, y lo respete", expone. La mayoría de los gatos salen cuando nadie los ve. Son Batlet es una finca en medio del campo, en Sencelles. Por tanto, las perreras y las setas están expuestas a la meteorología. En verano, cuando en el centro de Mallorca el calor tuesta, se echa agua al suelo para refrescar. Aparte de esto, el recinto está diseñado de una forma que permite la circulación de aire. No está climatizado. Si hace calor, pasan.
No siempre es aconsejable
Aunque las residencias caninas y felinas han aumentado, no son adecuadas para todos los animales. El doctor en Veterinaria y especialista en Medicina del comportamiento animal Tomàs Camps asegura que en el caso de los felinos es "mucho mejor" que no acudan a ninguna residencia. "Es recomendable encontrar a alguien que les vaya a visitar a su casa. Son animales muy territoriales, individualistas y juntarlos con otros gatos les puede provocar desequilibrios graves de comportamiento", asegura. En el caso de los perros, todo depende del animal. Por lo general, son familiares, sociales y siempre quieren estar en grupo, sea con personas o con animales. "Cuando hay un cambio brusco, suelen tener ansiedad, porque es una zona nueva, con personas que no conocen y reciben un trato distinto al de casa", explica el veterinario. "Lo mejor es hacer una adaptación y semanas antes de la separación llevar el perro un par de horitas, después un día…", apunta.
Camps asegura que en el caso de los centros en los que los perros viven en una casa con otras personas y animales, es diferente. "Forman grupito y están mejor que encerrados. Hay animales que son muy sociables y cuando los dejan se lo pasan bien, como un niño que va de colonias. Están con otros perros y juegan", explica. En el otro lado están los animales con problemas como la ansiedad por separación. "Puedes gestionar el problema durante el año y tenerlo medio solucionado. De repente lo dejas en la guardería y, a partir de ese momento, puede que ya nunca más quiera quedar solo", expone.
Hay residencias que abren y otras que han cerrado. Es el caso del Arca de Tia Vivi, que cesó la actividad hace año y medio. "Llevábamos 23 años en marcha, pero ahora quieren que cerramos a los animales dentro de jaulas y me niego. Es una pena, porque cada año salvábamos entre 130 y 140 perros de Son Reus, que recogíamos y luego les buscábamos un lugar donde estar", explica la propietaria, que espera volver a abrir las. "Lo que ocurre es que hay centros sin núcleo zoológico", matiza Camps. Si bien los animales se pueden tener en espacios comunes, las jaulas deben estar ahí para hacer frente a ciertas eventualidades. "Por ejemplo, si un perro tiene diarrea debe estar apartado por seguridad y para evitar daño al resto", argumenta.u