Asociaciones de vecinos de Palma cargan contra la neofiesta de Cort
Las entidades denuncian que es una fiesta que "no surge de la calle, sino del departamento de marketing del Consistorio"

PalmaLa polémica en torno a la Patrona, la neofesta organizada por el Ayuntamiento de Palma que se llevará a cabo este sábado, 6 de septiembre, sigue creciendo. Asociaciones de vecinos de Palma han cargado contra Cort por la organización de esta celebración, que han criticado que "no surge de la calle sino del departamento de marketing del Consistorio". "Una fiesta en 'alta definición' con ruedas de prensa, logos, eslóganes y un cartel musical que podría ser exactamente igual que cualquier otro festival de Ibiza, Berlín o Toronto", manifestaron en un comunicado.
En el escrito, las asociaciones firmantes –AVV Canamunt-Ciudad Antigua, Federación de Vecinos de Palma, AVV Puig Sant Pere, Colectivo Zumbido, Federación Cultura en la Calle y Ateneo Popular La Eléctrica– denuncian que la fiesta dice ser "de la patrona", pero que, en realidad, "tiene tan poco que ver con el pan con gas con gas espuma de aceite de oliva y polvo de oliva negra".
"El problema no es que haya un concierto en el parque del Mar. El problema es hacer ver que esto es "recuperar tradiciones". La tradición no sale de un PowerPoint, sino de un vecino que lleva años cargando con una imagen, de un grupo que monta una mesa en la plaza o de un grupo de músicos que tocan sin altavoces. La tradición no se contrata; se vive", expresaron.
Asimismo, apuntaron que las asociaciones vecinales continúan ahogadas "por unas subvenciones que llegan tarde –cuando llegan–, mientras la fiesta se despliega como un espectáculo que sólo se contempla a sí mismo". "Lo que tenemos no es una celebración sino un simulacro: una fiesta que no festeja nada, que sólo se refleja en su propia fachada y que funciona como una pantalla gigante donde Palma ensaya el papel de Capital Europea de la Cultura 2031".
Las asociaciones han reivindicado que la fiesta popular es, en esencia, un acto de soberanía colectiva. "No necesita permisos ni hojas de ruta porque nace de la necesidad comunitaria de encontrarse, expresarse y desbordar los límites de lo cotidiano", señalaron. Por eso, remarcan, las fiestas auténticas son irrepetibles, orgánicas y con frecuencia incómodas para el poder, porque no responden a ningún guión institucional ni a ningún objetivo de marca urbana. "Cuando la fiesta es fabricada desde las instituciones, se convierte en un producto cultural planificado y controlado, pensado para ser consumido más que para ser vivido. La diferencia es radical: en un caso, la comunidad crea sentido e identidad colectiva; en el otro, se produce un espectáculo sin raíces que sólo refleja la voluntad de quien gobierna", sentencian.
Con todo, las entidades han remarcado que hacen fiesta de otra manera: "Desde abajo, con el vecino, con colectivos culturales, con los que mantienen vivo el tejido social todos los días, sin luces de neón ni titulares grandilocuentes". "La patrona merecía una fiesta. Lo que nos han dado es un simulacro con DJ internacionales", lamentaron.