Antonia cierra su tienda después de 53 años en el corazón del Arenal
Vecinos, clientes y amigos se reúnen este domingo para despedir un espacio emblemático del comercio local
El ArenalTras más de medio siglo de trayectoria, Antònia ha decidido cerrar su tienda, un negocio que ha sido testigo de los grandes cambios que ha vivido Mallorca: del campo al turismo de masas, de la tranquilidad de los primeros visitantes a la actual ocupación turística intensiva. A 82 años, la tendera pone punto y final a una etapa que ha marcado no sólo su vida, sino también la historia comercial de la localidad.
Nacida y criada fuera de Manacor en los años 40, Antònia creció en una Mallorca rural, donde la vida giraba alrededor de la familia y el trabajo en el campo. Esta infancia le dio la constancia y la fuerza que le han acompañado toda su vida. Cuando los primeros turistas llegaron a la isla, ella percibía que Mallorca cambiaba y decidió abrir su negocio en el Arenal, entonces una playa casi virgen, con pocas construcciones y un ambiente incipiente.
Allí abrió la tienda de souvenirs Isabel, que se convirtió rápidamente en un punto de encuentro para vecinos, clientes y amigos. La tienda no era sólo un espacio de trabajo, sino un lugar familiar en el que sus hijos pasaban horas jugando y ayudando entre los pasillos llenos de recuerdos y objetos típicos.
Con los años, Antonia supo reinventarse: hace unos treinta años transformó el local en una tienda de moda, adaptándose a nuevos tiempos ya nuevas tendencias. Buscó proveedores fuera de la isla, seleccionó personalmente cada colección y convirtió a la tienda en un espacio de calidad y proximidad. Los representantes que la visitaban se convertían a menudo en amigos y parte de la comunidad que ella misma ayudaba a crear.
A lo largo de 52 años, la tienda ha vivido momentos de expansión pero también dificultades: crisis económicas, robos e incluso un incendio que puso a prueba su resistencia. Sin embargo, Antònia nunca ha perdido la vitalidad ni el buen humor, y siempre ha mostrado un gran cariño hacia las personas que le han acompañado, especialmente su nuera Marga y las dependientas Sole y Mónica, consideradas parte de la familia.
Para celebrar el cierre y despedir la tienda, este domingo, 16 de noviembre, a las 11 h se celebra una fiesta abierta delante de la tienda, con una tradicional buñuelo. El acto reúne a la antigua plantilla, clientes, amigos y vecinos, que comparten recuerdos y agradecen tantos años de dedicación y complicidad.
Con este cierre, Antònia deja atrás no sólo un negocio, sino también una parte de la historia viva del Arenal y de Mallorca. Quien la conoce destaca su fuerza, constancia y proximidad, cualidades que han convertido la tienda en un espacio de vida y estima que perdurará más allá del mostrador que este mes baja la barrera.