Testimonios

Uno de los anticuarios más veteranos de Mallorca se jubila: "Tengo un botijo de 150 pesetas que nunca venderé"

Daniel Cota es el propietario del anticuario Antigua y cuenta su historia

Daniel Coto, el propietario de Antiquari Antiga
28/08/2025
2 min

En uno de sus viajes en busca de antigüedades, Daniel Cota y Miquel Fuster fueron a casa un amigo suyo en Jerez de la Frontera. Daniel tenía intención de comprar todo lo que le había ofrecido el amigo, pero cuando fue la hora de la verdad, "no quiso vender nada", según cuenta. Para no volverse de vacío, los dos mallorquines le pidieron a su amigo que les vendiera algo. Fuster compró un gramófono de 450 pesetas y Cota, un botijo ​​de 150. "Y nos hicimos la promesa de que ninguno de los dos lo venderíamos. Y así nos moriremos. Miguel con el gramófono y yo con el botijo", cuenta mientras pone la mano sobre el hombro a Miquel, que.

Esta es una de las muchas anécdotas que ha vivido Daniel Cota gracias a las antigüedades. Empezó a coleccionar monedas antiguas que venía al mercado. Poco después, abrió tres tiendas de antigüedades en Palma (dos cerraron hace tiempo). La tercera (inaugurada en 1972 en una esquina de la calle Reina Esclaramunda) todavía está abierta y, de hecho, el 30 de agosto cumplirá 53 años: el anticuario Antigua. Lo primero que vendió en la tienda fueron unas monedas de las olimpiadas de Munich de 1972.

Pero Cota considera que "después de tantos años, ya ha llegado la hora de replegar" y jubilarse. "La tanque por edad", dice sentado en medio de la tienda frente a una mesa llena de objetos que tienen el precio apuntado con papelitos de colores. "No hay relieve generacional al igual que en casi todos los comercios de Palma", añade.

También reconoce que los anticuarios están "en vías de extinción". "Antes en Palma había 47 y ahora solo quedan nueve", lamenta. "Ahora hay un boom de las cosas vintage, pero las antigüedades están bastante estancadas"

Algunos clientes también son partícipes de toda la historia que tiene la tienda porque han ido toda su vida. "Cerrará una institución de las antigüedades", ha dicho uno mientras cogía la mano de Cota para saludarle. Se dirige a todos los clientes con un buen día y, si puede, si. escritos a mano en papeles de colores y colgados en una estantería antigua de color marrón.

Vende de todo y mucho. hacha vikinga que tenía más de 2.400 años de antigüedad", explica.

Una mesa llena de objetos que se venden en Antiga
Una parte del anticuario

Según asegura, aprendió de sus compañeros que trabajaban en anticuarios y leyó mucho. "Tienes que tener muy claro lo que quieres y también comprar con criterio. No porque sea más antiguo significa que es mejor. Lo que importa es la calidad de la prenda", advierte. Gracias a los conocimientos que adquirió en sus viajes por toda Europa, en los que acudió a conferencias, museos y mercados, no dejará de trabajar del todo. "Continuaré haciendo algo, tasando objetos y aconsejando a algunos amigos", confiesa.

Su pieza más cara es un hacha veneciano que vale 1.500 euros y la más barata es un misal que cuesta cinco. Todo lo que no venda antes de Navidad lo dará a una asociación benéfica de Palma.

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