Franquismo

La aguja imperial que todavía se alza en el cielo de Maó

El monolito franquista más alto de Baleares, construido sobre un talayot, sobrevive, nueve décadas después, a las leyes de memoria democrática, a la espera de su reinterpretación

El monolito de Maó preside todavía el espacio ajardinado de la residencia militar situada en la plaza de la Explanada.
David Marquès
16/11/2025
5 min

PalmaDespués del medio siglo que hace ahora de la muerte de Franco y con 90 años que cumplirá el próximo año del inicio de la Guerra Civil, la huella de aquel período negro de nuestra historia todavía está muy presente para los descendientes de las más de 2.000 víctimas asesinadas y las más de 10.000 personas que fueron encarceladas durante el conflicto. Aunque tradicionalmente se ha centrado siempre este debate en torno a la Fajina de Palma, el monolito más alto construido por el franquismo en las Islas para exaltar su triunfo en la Guerra Civil se levantó en Mahón y preside todavía ahora, 86 años después, el espacio ajardinado de la residencia militar situada a un lado de la plaza de la Explanada. Tiene 21 metros de altura y fue concebido por el entonces gobernador militar de Menorca, Eduardo Recas, a partir de un proyecto realizado por el ingeniero Cerdó que se encargó de ejecutar el arquitecto municipal Josep Maria Claret.

Con el sudor de los esclavos republicanos

El monolito se levantó con el sudor de los esclavos republicanos y en el lugar donde había un talayot, que se deshizo y se emplearon las piedras y las de otros yacimientos –según las fuentes consultadas y testigos de la época, de Cornia Nou y Talatí– para dar forma a la llamada 'Agulla v' la época.

"Que el obelisco se colocara sobre uno de los yacimientos identitarios de Menorca, un talayot, no fue una utilización inocente", remarca la arqueóloga Cristina Rita, y así lo corrobora el artículo que el diario Llega España publicó el 30 de octubre de 1939 con motivo de su inauguración. "En el basamento de esta oración de piedras, un talayot ​​que representa que, sobre la vieja tradición menorquina, se alza la aguja vertical de la nueva esperanza del Estado. Sobre este talayot, en la parte inferior del monolito, el Escudo Imperial, para simbolizar el sometimiento jerárquico de la isla al Estado, Como es el altar y el ona, como ona, como esa y, como si estuviera, se tratara de la isla. el patriotismo no tiene sentido si no le orienta una fe religiosa", se lee en castellano.

Incluso el monumento llegó a iluminarse para que destacase aún más en la plaza. Pero lo más grave, a su entender, es que "se preocuparon mucho por salvaguardar el patrimonio de la Iglesia y nada el patrimonio arqueológico, que destruyeron". De hecho, construirlo se veía "como si se cumpliera con un mandato divino, y nada mejor que emplear los símbolos de los faraones de Egipto, que también hacían poner una pirámide pequeña en la parte superior. Esta estética imperial, que también siguieron los romanos, fue muy propia del franquismo".

El diario Llega España anunció que el monolito se había levantado "en memoria de los Caídos por Dios y por España en la Santa Cruzada contra el comunismo", pero la arqueóloga y ex diputada Cristina Rita discrepa. "El patrimonio histórico de Menorca fue empleado como símbolo de poder sobre los vencidos –resume–, pero también como símbolo de legitimación de la dictadura y de apropiación y modificación de su significado. Se instrumentalizó para poder dar mayor relieve al Alzamiento".

Se pretendía así dar cumplimiento al dictado del Generalísimo que, textualmente, veía necesario "grabar en el ánimo de nuestra infancia, en conceptos sencillos, las verdades de nuestra doctrina y la firme idea de sacrificio para nuestra unidad, construida sobre principios eternos extraídos de nuestra historia y de los preceptos".

Cuando el 21 de octubre de 2020 entró en vigor la Ley de memoria democrática, se pidió por última vez al Estado que derribara el monolito, pero la respuesta de la entonces ministra de Defensa, Margarita Robles, fue negativa. A preguntas de la senadora Elisenda Pérez, de Esquerra Republicana, argumentó que en 2009 ya se habían retirado las alusiones al franquismo y se había modificado el escudo por el emblema constitucional.

La cuestión no ha vuelto a ser planteada, pero ahora que el diputado Vicenç Vidal también pide de nuevo en el Congreso que se retire la Fajina de Palma, Miquel López, de Memorias de Menorca, cree que puede ser un buen momento para resucitar el debate en la isla. "Es un tema incómodo, pero en estos momentos, en el ámbito académico, sí domina la corriente de resignificarlo. Es decir, la opción de retirar el monumento sería mayoritaria, pero no eliminarlo sin más, sino dejando un rastro que explique qué había en este punto", afirma.

López recuerda el precedente de Tortosa, donde se encuentra el mayor vestigio franquista de Cataluña, un monumento de 45 metros sobre el que el Ayuntamiento de la localidad llegó a convocar un referéndum. El 68% de los participantes en la consulta popular votaron por mantenerlo, pero reinterpretando su significado. Cuando en el 2021 las máquinas iban a empezar la obra, el juzgado detuvo el proyecto, tras aceptar dos recursos del Colectivo para la Reinterpretación del Monumento de la Batalla del Ebro (Corembe). Cuatro años más tarde, la cuestión sigue viva en los tribunales.

El Sagrado Corazón, en la cima del Toro

El monolito de la Explanada es el caso más llamativo de "ressignificación" de los monumentos de Menorca a consecuencia del franquismo, pero no el único. El otro gran emblema es el Sagrado Corazón de la cima del Toro, erigido en 1928 en memoria de los menorquines muertos en la Guerra de África y reconvertido en 1944, con el añadido de la figura de Cristo redentor, en símbolo de poder y exaltación del nuevo orden.

El historiador Miquel López destaca, sin embargo, que este caso "ha pasado bastante desapercibido", hasta el punto de que "mucha gente desconoce que también pasó por el filtro del franquismo". Por eso, propone poner al menos un panel que cuente su historia.

También continúan de pie otros monumentos de la época franquista, pero ya no las crees a los caídos, un símbolo del régimen que era visible en todos los municipios, desde el llano de la iglesia del Migjorn Gran hasta la plaza de los Pinos de Ciutadella. También se han ido sustituyendo todos los nombres de calles que el franquismo dedicó a los protagonistas de su victoria bélica.

El anteproyecto de reforma de la Explanada se carga el monolito

El anteproyecto ganador del concurso de ideas de la Explanada propone ocupar toda la zona que pertenece al Ministerio de Defensa, incluido el monolito, y derribarlo. Los dos edificios de la actual residencia militar se reconvertirían en inmuebles para las entidades ciudadanas y se plantea un aparcamiento subterráneo. El arquitecto redactor, Juan José Gomila, justifica la propuesta de suprimir el monolito en que, "de todas formas, deberá negociarse el futuro entre el Ayuntamiento y el Consorcio Militar de Menorca".

Cristo Redentor del Toro

La propuesta ganadora del concurso de ideas, recuerda Gomila, no sólo integra en la futura plaza el espacio ahora en manos del Ministerio de Defensa, sino que también conectaría la Explanada con la estación de autobuses, Ses Moreres y el entorno del campo de fútbol del Menorca.

El equipo de arquitectos liderado por Juan José Gomila ya ha diseñado en el pasado tanto la estación de autobuses como la rehabilitación del teatro Principal, dos de las obras de reforma más ambiciosas de estos últimos años en la ciudad.

Pero el Ayuntamiento prefiere ir paso a paso. Tres años después de que se resolviera el concurso de ideas, el alcalde Héctor Pons anuncia ahora que en el 2026 se reanudará su tramitación, ya que se sacará a licitación la redacción del proyecto definitivo que, en una primera fase, tendrá que afectar sólo al terreno que ya es municipal. La iniciativa, incluida en el Plan Insular de Cooperación (PIC) de este año, tiene un presupuesto de 240.000 euros, que se destinará a costear el trabajo que lleve a cabo el equipo redactor, a partir de la propuesta que resultó ganadora del concurso de ideas. El futuro del monolito ya se decidirá, cuando corresponda, en fases posteriores.u

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