"Los isleños somos igual de turistas que los ingleses y alemanes"

La reducción de frecuencias y destinos de los vuelos 'low cost' en invierno pone sobre la mesa la contradicción de los residentes de las Islas

Las compañías low cost suprimen numerosos vuelos al finalizar la temporada turística.
25/10/2025
6 min

PalmaLa temporada más turística en Baleares termina y las compañías aéreas optan por suprimir vuelos relacionados con la demanda estacional. Desde este 26 de octubre a aproximadamente el 28 de marzo de 2026, las aerolíneas ofrecen unos 7,5 millones de asientos entre entradas y salidas al aeropuerto de Palma, una cifra que evidencia la reducción de un 1,5% respecto al mismo periodo de 2024. En el aeropuerto de Mahón las plazas disponibles (ALA).

Este hecho, además de perjudicar a los turistas que aprovechan estas ofertas para compensar los costes del alojamiento en Baleares, afecta a los isleños que viajan con compañías low cost y que pierden conectividad directa con un buen número de destinos. Además, muchos residentes en las Islas que trabajan durante la temporada aprovechan el invierno para viajar. "Cuando acaba de trabajar, si no tengo clase, miro vuelos baratos a cualquier sitio para ir de vacaciones, pero si levantan los trayectos directos me sale más caro", explica Marina (nombre ficticio), una estudiante de la UIB que trabaja en verano en Menorca.

Todo ello se desarrolla en un contexto en el que el malestar por la masificación turística y los efectos del cambio climático están presentes en el debate social y político de Baleares. Una parte de la sociedad isleña apunta a las aerolíneas de bajo coste como una de las culpables de la masificación turística y también de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, los trabajadores de las empresas subcontratadas por Aena para prestar servicios logísticos y operativos a los aviones, aerolíneas y pasajeros del aeropuerto de Son Sant Joan amenazaron el pasado agosto con provocar un "colapso total" del aeropuerto de Palma por "la precariedad del sector" y por las condiciones en las que se ven obligados a trabajar. Salarios bajos, horarios "intempestivos" y contratos "que van en contra de los trabajos estables y de calidad", son algunos de los problemas que denunciaron los asalariados.

Los baleares que conocen y sufren en primera persona estos problemas, también viajan con compañías low cost ya destinos turísticos masificados. De hecho, Marina, que este año ha viajado a Valencia, Málaga, Zaragoza y Madrid por menos de veinte euros por viaje asegura estar en contra de la masificación turística en las Islas y dice que ha asistido a diferentes manifestaciones para denunciarlo. ¿Este hecho refleja la doble moral de la sociedad isleña? ¿Por qué se prioriza viajar? ¿Qué parte del problema turístico y ambiental son los residentes?

"Somos parte del problema", considera el presidente de Palma XXI, Jaume Garau, en referencia a los ciudadanos de las Islas. Y añade: "Nosotros somos turistas, como los alemanes y los británicos que visitan Baleares". De hecho, el presidente de la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Baleares (Aviba), Pedro Fiol, apunta que los isleños hemos adquirido "el argumentario que tienen los alemanes y los ingleses desde hace muchos años". Detalla que en estos países llevan muchos años ahorrando los trabajadores durante todo el año para ir de vacaciones, un patrón que ahora está integrado en el pensamiento de una parte de los asalariados isleños.

A esto se suma el encarecimiento de la vivienda. Muchas personas de Baleares, sobre todo los jóvenes, ven casi imposible comprar una casa en las Islas. Y no es poca la gente que opta por gastar los ahorros en conocer mundo. "Antes se hacía un rincón para comprar una lavadora o pagar un piso y ahora se hace para viajar", dice Fiol. Además comenta que la pandemia y el confinamiento también han influido mucho en el aumento de las ganas que tiene la población de viajar. Los vuelos chárter para residentes (que sólo se pueden comprar en agencias de viajes y se incluyen dentro de un paquete turístico) "han cogido mucha fuerza desde la pandemia entre las familias y las personas de mediana edad", ejemplifica.

Por otra parte, el hecho de ser islas obliga a los residentes a tener que tomar un avión o un barco cada vez que quieren desplazarse. Para compensar los gastos que esto supone, los ciudadanos de Baleares y Canarias tienen un 75% de descuento en los vuelos estatales. Según Ramos, esta rebaja ha "incrementado muchísimo la movilidad de una parte de la población".

Democratizar los viajes

Baleares es la comunidad que más renta per cápita ha perdido en los últimos 20 años, con 18 puntos menos entre el 2000 y el 2022. Los isleños tienen un salario medio de 23.126 euros, una cifra que muestra una rendija salarial con Alemania, el principal mercado turístico del Archipiélago,8 en el que8,8 que en las Islas.

Esto hace que los residentes prioricen el precio y viajen con una compañía low cost porque "si solo lo quiere ya les cuesta 200 euros se quedan sin vacaciones", lamenta Garau. En este sentido, recuerda que en Baleares "hay una cantidad enorme de gente precarizada que no llega a fin de mes".

Puede parecer que las aerolíneas de bajo precio "tienen un efecto democratizador de los viajes porque los hacen accesibles para una parte de la población", expone el profesor de Geografía en la Universidad de Salamanca (Usal) David Ramos. Pero el efecto no se aplica del todo, ya que "una de cada tres familias de Baleares no puede permitirse viajar fuera ni siquiera una semana al año", dice el profesor de Sociología de la UIB David Abril.

Por otra parte, con la oferta de vuelos baratos, las aerolíneas "hacen que las personas con muchos recursos puedan viajar más veces al año", considera Ramos. De hecho, apunta a que las personas que ya viajaban años atrás actualmente lo hacen aún más. Hace aproximadamente 25 años, viajar era algo poco común. Las low cost aún no habían llegado a España –de hecho Ryanair aterrizó en diciembre del 2002 con su primer vuelo de Girona a Fráncfort. Andreu (nombre ficticio), que estudiaba en Londres, en septiembre de 2003 compró su último billete a una agencia de viajes. Conoció a las compañías de bajo coste y empezó a viajar por Europa: París por 40 euros y Estocolmo por 12 euros (ir y volver). En ese momento, la sociedad aún no entendía muy bien la nueva tendencia de los viajes. "La gente me preguntaba si no me daba miedo comprar un billete de avión por internet y dar mis datos", recuerda.

Turismo "de calidad"

El profesor de Geografía de la Usal advierte que el número de vuelos de aviones privados ha aumentado en los últimos años. El uso de este medio de transporte se atribuye a personas con muchos recursos económicos. De hecho, en Baleares es el turismo que actualmente se busca con políticas como la prohibición de la apertura de albergues de cualquier tipo en Palma, una iniciativa que quiere aplicar el alcalde de Ciutat, Jaime Martínez. Además, anunció recientemente que quería "reconvertir a quienes ya existen a una oferta mejor o en viviendas". Según Ramos, "el turismo de calidad es turismo de ricos". En este sentido, pide: "Si sólo tienen que venir los que más gastan, un hecho que tiene un coste enorme, ¿coartamos el derecho de viajar y de ir de vacaciones de los más pobres?".

En paralelo, el geógrafo de la UIB Macià Blàzquez considera que "no se puede comparar el viaje que realiza un isleño a Barcelona aprovechando el descuento de residente con el de un turista que va a Baleares con jet privado". En este sentido, se refiere a la huella de carbono que tienen estos medios de transporte. Según un estudio de la Agencia Europa del Medio Ambiente de 2024, los jets privados emiten entre 5 y 14 veces más de dióxido de carbono por pasajero que los vuelos comerciales, y hasta 50 veces más que el tren.

Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), en 2023 la aviación emitió casi 900 millones de toneladas de dióxido de carbono, una cifra que equivale a aproximadamente el 2,5% de las emisiones globales de este gas procedente de combustibles fósiles. "Parece poco, pero aumenta muy pronto y más si seguimos a ese ritmo", advierte Ramos.

Subvenciones

Blázquez denuncia que "se hace una inversión pública bruta en las aerolíneas de low cost". Teóricamente, las inyecciones de dinero público en estas aerolíneas están prohibidas por la Comunidad Europea, pero "los gobiernos autonómicos contratan publicidad turística a las empresas para que los promocionen", explica Ramos. Este hecho justifica las fotografías de las playas de Baleares que se pueden apreciar en los aviones o la publicidad que se hace en las revistas de sus asientos. dinero a estas empresas con publicidad, sino que también "las hacen estructuras a medida", considera Blázquez. evidencia que los ciudadanos de Baleares y la Administración deben poner sobre la mesa esta contradicción que caracteriza a una parte de la sociedad isleña "de forma seria", según considera Ramos. "No es necesario viajar miles de kilómetros para disfrutar de las vacaciones", opina.

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