Cala Sant Esteve: el talón de Aquiles del puerto de Maó

06/10/2025
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Junto a la torre, el recorrido termina por el Camí de Cavalls, que surgió para defender un camino público que desde época medieval era usado por el control de todo el entorno marítimo. Se llama así porque la vigilancia la hacía un hombre armado a caballo.
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La ciudad de Mahón y todas las infraestructuras portuarias requerían mucha protección. Por un lado, la fortaleza de la Mola, construida en tiempos de Isabel II, a mediados del siglo XIX. Por otra parte, la Cala Sant Esteve, un auténtico eje vertebrador de la defensa del puerto.
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También se le llama torre de Stuart porque fue edificada por orden del general Stuart, conquistador y gobernador de Menorca.
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La torre de Penjat fue levantada por los ingleses en 1798 sobre una colina junto al fuerte, que todavía era un punto débil en la defensa del puerto. Se llamaba así porque era el lugar donde se ubicaba la horca de la justicia de los prisioneros de San Felipe. Era una manera de advertir a los recién llegados.
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Durante los asedios, el enemigo intentaba entrar en el fuerte mediante túneles subterráneos excavados desde el exterior. Los defensores, una vez situada la posición de los atacantes, hacían explotar el pozo de pólvora más cercano, de modo que la fuerza de la explosión hundía los túneles excavados.
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La Cala Sant Esteve se encuentra a la derecha de la bocana del puerto de Maó. Es una entrada del mar con dos construcciones de gran interés histórico: el castillo de Sant Felip y el fuerte de Malborough, de los siglos XVI y XVIII, respectivamente. En el exterior de la cala, encima de una colina encontramos la torre de Penjat, de 1789.
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El fuerte de Malborough fue construido por los británicos hacia 1720. Debe el nombre a Sir John Churchill, duque de Marlborough, el general británico más destacado de la época.
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Dos de los elementos defensivos más importantes del fuerte eran la galería de la contraescarpa, que circunda toda la fortaleza, y las contraminas.
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Las aspilleras permitían a los fusileros disparar a los atacantes que habían logrado entrar en el foso.
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Hay cinco túneles que conducen a las contraminas. Estas galerías largas y profundas eran un medio de defensa que terminan con pozos profundos llenos de pólvora.
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La ciudad de Mahón y todas las infraestructuras portuarias requerían mucha protección. Por un lado, la fortaleza de la Mola, construida en tiempos de Isabel II, a mediados del siglo XIX. Por otra parte, la Cala Sant Esteve, un auténtico eje vertebrador de la defensa del puerto.