Las mil y una formas de rebeldía de Joan Miró, en una exposición sin precedentes en Palma
A partir del próximo sábado quedarán abiertas al público las cuatro muestras que conforman el proyecto expositivo 'Paysage Miró'


PalmaCon más de un centenar de obras, algunas de las cuales, nunca vistas en Mallorca, repartidas en cuatro sedes, el ambicioso proyecto expositivo Paysage Miró se ha presentado este miércoles en Palma, justo antes de las inauguraciones oficiales que tendrán lugar entre el miércoles y el viernes. Así, desde este jueves, 31 de julio, y durante los próximos tres meses, se podrá disfrutar completamente, y por primera vez, de una propuesta de estas características, que junta cuatro grandes muestras dedicadas a repasar la trayectoria: Miró Mallorca, la exploración del color en el casal Solleric, la convivencia con las sombras en la Lonja y la rebeldía sin límites en Es Baluard. Prohens, la exposición ha contado con la colaboración del museo Reina Sofía de Madrid, de donde provienen casi la mitad de las obras de Miró que se exponen, y ha sido comisariada por Antonia Maria Perelló, directora de la Fundación Miró Mallorca; de escultura del Reina Sofía. Todos ellos han estado presentes, junto con el alcalde de Palma, Jaime Martínez; con el artista, que vivió en la isla durante más de tres décadas, y que con este proyecto expositivo quedaba compensado. "No quiero menospreciar todo lo que se ha hecho en el pasado, pero tengo que agradecer el esfuerzo y el trabajo de todas las instituciones para llevar a cabo esta exposición. Yo ya puedo descansar en paz, ahora que el triángulo mironi' s'
La chispa mágica
En cualquier caso, según los comisarios, la idea sería que los visitantes empezaran con la visita a la exposición de la Fundación Miró Mallorca, a la inversa de cómo se ha mostrado a los periodistas. En todo caso, en el centro situado en la calle de Saridakis, en Cala Major, se encuentra la muestra más diversa, que junta tanto obra y documentos del propio Miró como de otros artistas, desde Paul Klee a Vassili Kandinski, pasando por Eduardo Chillida, así como objetos que sirvieron de su inspiración para el artista y que de manera inspirada para el artista. "El título de La chispa mágica nace de una frase escrita por el propio Miró en un cuaderno en 1943", ha explicado Antònia Maria Perelló, directora de la Fundación Miró Mallorca, "donde él decía que utilizaba el azar, aquella chispa mágica, como punto de partida del arte. Tenemos información suficiente para saber que estos objetos que él recogía en el campo, o en la playa, o las figuritas que él recortaba de las revistas de forma fortuita eran, en realidad, básicas. Era el comienzo de su acto de creación". Así, pues, la propuesta expositiva de este espacio reproduce "un paseo donde van apareciendo todos estos objetos" que conectan, de diferentes maneras, con la "constelación de artistas" que rodearon a Miró. "Es curioso porque un hombre que tenía esta imagen tan tímida logró construir a su alrededor" ha añadido Perelló sobra la primera muestra que se abrirá al público. De hecho, será este mismo miércoles, a las 20 h de la tarde, cuando se inaugure oficialmente.
El segundo parón en el recorrido, si se quiere seguir el planteamiento orgánico de las cuatro exposiciones, sería el casal Solleric, si bien hay que tener en cuenta que no son exposiciones organizadas cronológicamente –en la mayoría se conjugan obras de diferentes épocas– y que funcionan también de forma independiente. Aun así, la propuesta del Solleric, bajo el título El color y su sombra, permite adentrarse en la relación del pintor con uno de los elementos fundamentales de su obra, que fue probablemente la semilla de todos los demás: el color. "Aquí hemos querido mostrar la pintura como color y la escultura como sombra", ha sintetizado Fernando Gómez de la Cuesta, coordinador general de Cultura y Turismo en el Ayuntamiento de Palma, "al tiempo que hemos querido poner en común iconos y elementos que pasan de uno a otro de forma muy ágil a lo largo de la trayectoria de Miró". Con referencias a temáticas como la figura femenina o el erotismo, las obras que se muestran en este espacio son principalmente de los años 60 y 70 del siglo pasado y permiten observar cómo el negro gana importancia en la obra de Miró de ese tiempo. "En las pinturas expuestas en el Solleric se refleja un gusto por el arte primitivo y por sus símbolos, y eso tiene que ver con la tierra y con los símbolos, pero también con las primeras esculturas, con el gesto de poner un objeto ante el fuego y observar el reflejo que surge sobre las paredes de las cavernas", ha relatado Gómez de la Cómez. con la de Es Baluard, sirve de "preámbulo perfecto antes de ir a la Lonja".
Colorear entre las cosas
Y es que el edificio de Guillem Sagrera acoge diez figuras monumentales y fantasmagóricas, todas ellas cubiertas de una pátina negra y que se convierten en diez piezas en las que "las sombras se convierten en volumen", en palabras de Gómez de la Cuesta. Entre ellas se encuentra elOiseau Lunaire, una obra del año 1966 que puede verse habitualmente en los jardines del museo Reina Sofía de Madrid y que ha sido todo un reto trasladar hasta Mallorca. "Inicialmente pensábamos que sería mejor no llevarla porque logísticamente era muy complicado", ha reconocido entre risas el director del centro en la rueda de prensa, "pero ahora que la tenemos aquí estamos muy contentos". Y el traslado no era la única complicación de esta parte del proyecto expositivo, como ha señalado Carmen Fernández Aparicio, la jefa de conservación de esculturas del propio museo. "Exponerlas en este espacio tan maravilloso era una tarea compleja, con ese suelo negro y esos techos tan altos, pero el diseño de Ignasi Cristià ha servido para poner en valor las esculturas y, al mismo tiempo, para adaptarlas al espacio, sin que parezca que entran en competición", detalló la conservadora en relación a esta muestra escultórica. La fuerza inicial, que se inaugura este jueves.
Finalmente, el último parón según el recorrido recomendado sería en Es Baluard, donde se exponen las obras del Miró más disruptivo y radical en el marco de la muestra Colorear entre las cosas. "Hay quienes dicen, y lo he leído en muchos libros, que Miró era antipictórico. Y yo estoy profundamente en contra de esta afirmación", ha sentenciado David Barro, director de Es Baluard, "porque yo creo que Miró era anticonvencionalismos de la pintura, si acaso". Entre otros, esta muestra incluye el Paysage de Mont-roig, de 1916, la más antigua de las que forman parte de todo el proyecto expositivo, además de experimentos pictóricos realizados a base de pintar sobre la obra de otros pintores o, incluso, de quemar los propios cuadros. "Darle entidad a una mancha, de eso habla también esta exposición, porque eso mismo es lo que hizo él. De repente una mancha azul puede convertirse en algo más que una mancha azul, como bien defendió él en aquel cuadro donde acompañaba la mancha con la frase que decía que aquél era el color de sus sueños. Por lo que aquél era el color de sus sueños. Por lo que aquél era el color de sus sueños. 18 veces", ha compartido Barro, quien ha querido subrayar la rebeldía que acompañó a Miró hasta el final. "Hay quien se habría dedicado a seguir haciendo lo mismo, es lo que muchos artistas hacen, porque pueden ser disruptivos al inicio, pero luego se acomodan. Y él hizo justo lo contrario, quiso seguir repensando su lugar en el mundo y su pintura hasta el último momento".