Alternatilla Jazz Festival

Chanson, gipsy jazz y Goldberg: Duclos y Bertault en el timón

El concierto fue pasando entre estándares y temas propios

Camille Bertault durante el concierto
ARA Balears
02/12/2025
2 min

PalmaEn el Teatro de Llubí había ese aire de "a ver qué pasa hoy". Cinco músicos que nunca se habían encontrado, un escenario y cero prisa por poner etiquetas. Leïla Duclos (voz y guitarra), Camille Bertault (voz), Enric Fuster (batería), Fady Farah (piano) y Joan Garcias (contrabajo) salieron con la única idea clara que hacía falta: escucharse y jugar.

Leïla abrió la puerta con algunos de sus temas –Más couleurs de été, Belle de nuit, Mistinguett in Paris– y esa calma suya que te hace pensar que todo es más fácil de lo que parece. Cantaba y tocaba, y de vez en cuando dejaba caer la idea de que la gracia de estos encuentros es justo eso: no saber qué va a pasar, pero confiar en que irá bien. El trío –Fuster, Farah y Garcias– la siguió con naturalidad, sin querer brillar por encima, sólo sumando dónde tocaba.

Y entonces apareció Camille, que cuando pisa escenario siempre pasa algo. No es sólo cantar, es una forma de moverse y respirar que ya da forma a la música. Con Ma muse y Bizarre ya tenía el público pendiente, pero el volantazo llegó después: la primera variación Goldberg, ella y Fady Farah al piano. Nada de lucimientos vacíos. Nada de envolverse porque sí. Un momento claro, limpio, que hizo cambiar el tono de la noche y dejó a todo el mundo muy quieto.

El concierto fue pasando entre estándares y temas propios –Sweet Georgia Brown, Impulsion,Autumn Leaves– hasta que llegó la segunda sorpresa, la que nadie esperaba y todo el mundo agradeció: una La vie en rose a dos voces. Sin artificio, sin querer hacerlo especial. Sólo cantada desde adentro, que es cuando las cosas funcionan. Y sí: se vieron ojos brillantes. Tanto al público como en el escenario.

El sonido, impecable –gracias, Soundwave, que hacen fácil lo que no lo es en absoluto– y un ambiente de aquellos que hacen que el tiempo vaya más lento. Una noche que no buscaba ser mayor, pero acabó siendo justo eso: música compartida sin mayores pretensiones, que es cuando más llega.

stats