El turismo satura los centros de salud: "A veces hacemos 14 horas"

Al incremento de la presión asistencial se suma que el Servicio de Salud no logra cubrir las plazas de médico para reforzar las plantillas al nivel que se necesita en Baleares en verano

PalmaPlayas llenas, carreteras colapsadas, el centro antiguo de Palma convertido en un enjambre de visitantes, el Caló del Moro cargado deinfluencers haciéndose fotos y colas para entrar en el parque natural de Illetes, en Formentera. Éstas son situaciones (entre otras) a las que los residentes en Baleares ya se han habituado. Ahora bien, también existen otros entornos que pasan más desapercibidos y que también sufren la superpoblación veraniega. Es el caso de los centros de salud, primera línea de contención del sistema sanitario. "En temporada baja vemos 40 urgencias diarias, mientras que entre semana, en verano, vemos 100, y al fin de semana, 280", explica el doctor Ignacio Ramírez, médico en el centro de salud de Santa Ponça, que también es punto de atención continuada (PAC). Más allá de las urgencias, el centro tiene asignada a una población de cerca de 50.000 habitantes.

Todo el trabajo, tanto en verano como en invierno, se realiza con las mismas manos. "No tenemos más médicos, porque es que no los hay. Lo hacemos como podemos. Hay un cribado para determinar la gravedad, pero a veces acumulamos retrasos de entre hora y media y dos horas", dice. El servicio de Pediatría del centro también vive la presión asistencial. Según explica la pediatra Rocío Casado, si bien hay tres profesionales, en verano puede haber momentos en los que solo quede uno, que asume los pacientes de los otros dos y todos los que llegan por urgencias. "Las enfermeras nos ayudan muchísimo ya veces, por ejemplo, nos envían la foto de una lesión en la piel y nosotros podemos realizar el diagnóstico y ver si hace falta medicación", dice.

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La falta de efectivos la confirma elIB-Salut. "De las 17 plazas que hemos sacado en verano para tener médicos de refuerzo sólo hemos podido cubrir tres. En el caso de los enfermeros, sí que hemos dado 60 de 67", explica Alejandra Valero, directora médica de Atención Primaria en Mallorca. "La asistencia está garantizada, porque los efectivos se reparten el trabajo", añade. "Si no cogemos más médicos, es porque no los hay. Si mañana me llegaran diez, los contrataría", asegura.

Valero también lamenta que hay gente que acude a Urgencias cuando no haría falta, algo que contribuye a saturar el sistema. "Nos ha ido la cultura de las madrinas, de ver cómo evolucionaba la enfermedad. Ahora hay muchas visitas a Urgencias que son por temas que podrían esperar uno, dos, tres días...", explica.

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No todo el incremento de presión sanitaria viene por las urgencias. El centro de salud de Portocristo no es PEC. La subida es por los miles de desplazados que vienen a realizar la temporada, con médico asignado a la Península, pero con derecho a atención en Baleares. "Vemos a mucha gente que viene a buscar la baja. Tenemos muchas camareras de piso, muchas lumbalgias, síndromes de túnel carpiano y traumatismos. Pero también otitis, gastroenteritis y lesiones de piel", expone Miquel Estelrich, médico de familia en el centro. Él tiene 2.106 residentes asignados, a los que se suman toda la gente que llega de afuera. A Portocristo les correspondería un médico más, de acuerdo con la población que atiende. Cuando alguno de los que tiene en plantilla parte de vacaciones, el resto lo suplirán. "Hay días que hacemos doble turno. Y estamos 14 horas continuadas pasando consulta", lamenta el médico.

Centros de salud cerrados

En los últimos meses se han visto imágenes de Sóller completamente saturada por los visitantes, que en un momento dado también pueden necesitar asistencia. El centro de salud es PAC. "En verano doblamos las atenciones urgentes. Entre las 8 y las 15 h podemos ver unas 30, y por la tarde, 60", asegura Noelia Martín, enfermera en el centro. Casi cada día hay un médico que hace turno doble y se intenta que una parte de las visitas sean telefónicas para tratar de remontar la acumulación de trabajo. "Las guardias, en verano, son horrorosas. El 061 nos saca bastante, y como de noche quedan un médico y una enfermera, si partimos, debemos cerrar el centro y dejar un papel que pone que, en caso de urgencia grave, se telefonee al 061", dice.

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El centro también visita domiciliariamente a pacientes de Sóller, el puerto, Fornalutx y Deià. En temporada alta tardan mucho más en llegar a los destinos. "Después, cuando volvemos, no encontramos sitio para aparcar. Hay siete plazas reservadas, pero los turistas las ocupan y la policía está saturada y no puede venir", explica Martín. En verano también es un momento en el que los sanitarios se cogen vacaciones. "Podemos coincidir hasta tres enfermeras, pero solo se sustituye una", asegura. Esto hace que deba reorganizarse el funcionamiento del centro, desde las extracciones de sangre a las visitas a domicilios.

Los profesionales deben gestionar de forma eficiente las urgencias y tener muy claro un criterio de prioridades para estos casos en los que se superpongan las asistencias. "El otro día tenía un paciente con un cólico nefrítico en la camilla, y me llamó el 061 para enviarme a otro sitio. Tuve que decirles que lo que no podía hacer era dejar a un paciente dentro del centro, cerrar y partir. Que si acaso, cuando le diese el alta, me movilizaría", explica Martín.

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No es el único caso parecido que han vivido en Sóller. En una ocasión, el servicio de Urgencias cerró el PAC para hacer una salida. Al regresar, encontraron una ambulancia en un mal con el mayor que atendía a un señor mayor emplear el comodín de llamar al 061. Al hacer una salida, los sanitarios nunca saben cuánto estarán a volver. Es posible que el PAC quede cerrado durante horas. saturada, porque el centro de salud, que también es PAC, toma toda la zona turística de Can Picafort y Son Serra de Marina. "A nosotros se nos pide qué recursos necesitamos, y este año han llegado todos menos uno", explica Pere Rosselló, que es el coordinador de Enfermería.

En la zona de Levante hay mucho turismo ciclista y esto se traslada a la tipología de cuidados. "Vemos muchas quemaduras por asfalto, ojales y también pisadas de erizos, picaduras de grumero, quemaduras solares y algún coma etílico", enumera. En Muro, si bien en invierno acaso se atienden dos urgencias en toda la noche, en verano las guardias son movidas. "Si por lo que sea debemos ir a un hotel para una atención, cerramos el centro y nuestra población diana de 18.000 personas, más la flotante y el resto de urgencias quedan desatendidas", apunta Rosselló, con un ejemplo que es lo que se da en muchos centros de todas las Baleares. Las Islas sufren la masificación turística y, cada vez más, también la masificación sanitaria.