Trabajadoras de la limpieza de la UIB trabajan a una temperatura extrema y sin aire acondicionado
La universidad asegura que desconocía que las mujeres estuvieran estas semanas en las instalaciones y responsabiliza a la empresa de la situación


PalmaLas trabajadoras de la limpieza de la UIB han trabajado en plena ola de calor en edificios prácticamente cerrados del todo, con una temperatura que ha rondado los 40 grados y sin climatización. Pese a la alerta naranja por calor y que muchas tienen una discapacidad, la universidad no ha puesto el aire acondicionado, tal y como ha podido comprobar el ARA Baleares en el lugar de los hechos. Para aguantar la jornada, han tenido que salpicarse con el agua de los lavabos y hacer más pausas fuera, porque en algunas de las facultades, de grandes vidrieras y ventanas que se pueden abrir en parte, se generaba un efecto invernadero. "Tenemos que aguantar", explican varias fuentes (que han pedido mantener el anonimato) en el ARA Baleares: "En verano, todo el mundo se va y quitan el aire". Según cuenta una de las fuentes consultadas, ha habido al menos un desmayo.
Consultada por la ARA Baleares, la vicerrectora de la UIB, Lucrecia Paz Burges, considera que era responsabilidad de la empresa adecuar los horarios y las semanas de trabajo de las limpiadoras, sabiendo que las instalaciones estarían sin climatización durante dos semanas en agosto por una cuestión de "sostenibilidad". "No hemos recibido ninguna queja, no sabíamos que esta empresa estaba operando", justifica. Tal y como explican los testigos, trabajan para la empresa IC Servicios, un Centro Especial de Empleo de Iniciativa Social que contrata personal con discapacidad. El ARA Baleares ha realizado varios intentos de contactar con la empresa, pero al cierre de la edición no había obtenido respuesta. Según las trabajadoras consultadas, la situación no es anecdótica, sino que en años anteriores tampoco disponían de aire acondicionado. En el edificio donde trabajan, tampoco se les permite abrir las puertas principales para que pase tiempo, ya que la entrada está prohibida al público. Aun así, "lo peor es en los pisos superiores", donde algunas de las ventanas ni siquiera pueden abrirse.
Los recepcionistas, que también sudan profusamente, se conforman con un ventilador, pero ellas no pueden transportarlo por todas las habitaciones y en distintos pisos. Algunas han optado por entrar antes a trabajar y así salir antes: comienzan a las 05.30 de la mañana y se están hasta las 13.30 h. Tal y como ha comprobado el ARA Baleares, se arrojan agua del grifo por el cuello y el pelo, y salen a hacer descansos. "El peor día fue el lunes", apunta una fuente: "Tuvimos que estar más tiempo fuera que dentro". Según una de las personas consultadas, este verano ha habido un desmayo. En este período del año en el que no hay estudiantes, aprovechan para limpiar a fondo los edificios: las puertas, debajo de las mesas y los rincones. Varios trabajadores de las instalaciones consultados han explicado que también se está haciendo el mantenimiento de los aparatos de aire acondicionado, por lo que no están en marcha.
La UIB responsabiliza a la empresa de la situación
"Tanto la semana pasada como esta la universidad está cerrada para todos", expone Burges en representación de la UIB: "A partir de la próxima semana, ya está abierta". "Si tienen que hacer una limpieza a fondo, la podrían hacer a partir de la próxima semana, ya que el curso no comienza hasta el día 10", considera, y confirma que por ahora se están "cambiando los filtros del aire acondicionado" y haciendo "tareas de mantenimiento".
Este diario ha recorrido varias facultades, y en ninguna de ellas había climatización. Sin embargo, un estudiante de doctorado confirmó que el laboratorio sí dispone de aire acondicionado, ya que, debido a la delicadeza de los materiales que se trabajan, dispone de un sistema propio. Fuera de los edificios existen varios espacios en obras, así como la Facultad de Filosofía y Letras. Según el calendario de la universidad, el próximo curso comienza el 10 de septiembre. Sin embargo, las instalaciones se reabrirán al público a partir del próximo lunes, momento en el que se recuperarán los servicios.