Si tienes un millón de euros puedes derribar un edificio emblemático en Mallorca sin permiso
El GOB considera un fracaso de gestión territorial que el Ayuntamiento de Pollença haya descendido de cinco a un millón de euros la multa por el caso del hotel Formentor


PalmaUn millón y agujas es lo que costará a Inmobiliaria Formentor haber llevado a cabo el derribo de un edificio emblemático, el del hotel Formentor, sin tener permiso para ello. Y no sólo eso: inmediatamente después se llevó a cabo la obra de construcción desde cero del nuevo edificio, para el que tampoco tenía permiso.
¿Cómo se puede llevar a cabo una actuación de esta magnitud ante las narices de la Administración? La respuesta es sencilla: haciéndolo y esperando que la administración municipal no paralice las obras y decrete la finalización del expediente. "Es lo que debería haber hecho el Ayuntamiento de Pollença y lo único que se hizo fue un paro ridículo de unos días", afirma un técnico de la Administración pública que pide el anonimato cuando se le pide cómo puede una empresa tomar un edificio tan grande sin que no se paralicen las actuaciones de inmediato, y, sobre todo, sin que se asiste. "Supongo que no interesaba hacer nada", afirma esa misma fuente.
El proyecto inicial de la reforma del hotel Formentor, redactado por el estudio Lamela, dejaba claro que en Formentor no había posibilidad de hacer obra nueva, porque había suspensión de licencias, tal y como avanzó el ARA Baleares. No era posible 'tomarlo todo'. Lo único que podía hacerse, si se quería forzar la legalidad, era tomarlo todo sin permiso.
Así se hizo. En 2022, al tener conocimiento del derribo total, el Ayuntamiento de Pollença (con Andrés Nevado de alcalde) decretó la paralización de las obras porque se había derribado el hotel sin permiso. Para sorpresa de todos, sólo unos días después, el 28 de octubre de 2022, el propio alcalde firmó un decreto para legalizar la demolición, aunque sólo había licencia de reforma y no de reconstrucción completa. Esta decisión fue muy criticada por la izquierda municipal y por los ecologistas del GOB, quienes estudiaron la posibilidad de llevar el caso a los tribunales.
Meses haciendo una obra sin licencia
El GOB denunció en la primavera del 2023 lo que poca gente entendía: cómo podía haberse autorizado la continuación de las obras si no había una licencia de obra nueva, por mucho que el Ayuntamiento hubiera legalizado el derribo. El 9 de junio, cuando la izquierda ya había ganado las elecciones, Andrés Nevado firmó como alcalde en funciones un nuevo decreto que concedía licencia de reconstrucción y legalizaba las obras realizadas sin autorización.
En junio de ese año el GOB formalizó el contencioso administrativo que hoy en día todavía está vivo y que preocupa y mucho a los actuales gobernantes por las responsabilidades que podría implicar una hipotética anulación de la licencia en materia económica. El gemelo de este conflicto es si se podía dar una autorización municipal a una obra nueva cuando en la península de Formentor existía una suspensión de este tipo de licencias.
Las multas de Martí March
Ya en el 2024, meses después de la entrada del nuevo equipo de gobierno municipal con Martí March al frente, el Ayuntamiento de Pollença impuso una multa de 5,1 millones de euros a la propiedad por reconstruir sin permiso. Este martes se ha sabido que la mencionada sanción se reduce considerablemente hasta los 1,15 millones de euros, aplicando bonificaciones previstas en la LUIB y atendiendo a la licencia otorgada en 2023. El GOB considera que la reducción es "un fracaso en la defensa del territorio", pero al mismo tiempo recuerda que su denuncia fue clave.
Las aspiraciones urbanísticas del Formentor no se acaban
En enero del 2025, Martí March decretó una suspensión de todas las licencias urbanísticas en la península de Formentor, para evitar nuevas promociones –especialmente de lujo–, que "podrían amenazar la sostenibilidad y el equilibrio de un territorio único y delicado", según ha reconocido el máximo edil en distintas ocasiones. Esta suspensión de licencias lleva aparejada la elaboración de una nueva propuesta urbanística para Formentor, que se debatirá entre las presiones de quienes quieren poder seguir haciendo chalés, y la visión de los ecologistas que piden que en la zona no se pueda construir nada más. Entre los promotores que tienen aspiraciones de chalets, en concreto una promoción del estilo conocido como 'villas', está precisamente la misma empresa que ha conseguido levantar el Formentor y conseguir la licencia a pesar de no haberse ceñido a las autorizaciones que tenía.