Sindicatos y la Plataforma por la Sanidad Pública salen a la calle contra la privatización: "La privada es un parásito"

La concentración será este sábado a las 12.00 en la plaza de Espanya, si la meteorología lo permite

María José Cordero, Arias
07/11/2025
4 min

PalmaEste sábado a mediodía, si la meteorología lo permite, la plaza de Espanya de Palma acogerá una concentración en defensa de la sanidad pública y contra la privatización, convocada conjuntamente por UGT, CCOO y la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Las tres organizaciones llaman a la ciudadanía a movilizarse "ante el creciente proceso de privatización y deterioro del sistema sanitario balear", que aseguran que pone en riesgo la universalidad y la calidad de la atención.

Según el médico de cabecera José Manuel Aranda, miembro de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, las Islas Baleares son actualmente la tercera comunidad autónoma con mayor grado de privatización sanitaria, sólo detrás de Canarias y Madrid. Aranda advierte que "el 9,1% del presupuesto de Salut se destina a convenios con la privada, mientras que a atención primaria sólo llega el 12,1%", un dato que considera "una muestra clara del desequilibrio de un modelo que transfiere fondos públicos al negocio privado mientras asfixia la base del sistema".

"La sanidad privada es un parásito de la pública"

Aranda es tajante en su crítica: "La sanidad privada es un parásito de la pública, porque vive de sus infraestructuras, de sus profesionales formados con recursos públicos y de sus pacientes derivados." Además, denuncia que "hay médicos que trabajan por la mañana en el hospital público y por la tarde en la privada, donde a menudo atienden a los propios pacientes derivados", una situación que califica de "conflicto de intereses evidente". Por eso, reclama una ley de incompatibilidades real y efectiva: "No puedes trabajar por una empresa y por su competencia a la vez. Si cobras del sistema público, tienes que dedicarte exclusivamente a ella." El doctor advierte que sin esta medida "el sistema público no va a sobrevivir", ya que "muchos de los que deberían gestionar y priorizar recursos públicos tienen intereses en la privada".

Según Aranda, la privatización no sólo desvía dinero, sino que también empeora la calidad e incrementa la mortalidad: "En Inglaterra, tras las transferencias de fondos públicos hacia la privada impulsadas por Margaret Thatcher, se calculó un exceso de 600 muertes anuales en el período analizado". También recuerda que Baleares es una de las comunidades donde la privatización crece más rápidamente, junto con Cataluña y Madrid, y alerta de que "un sistema que era de los mejores del mundo todavía puede serlo, pero sólo si los recursos que ahora se dedican a derivaciones privadas se destinan a reforzar los servicios públicos".

"Cuando se recorta la pública, se alimenta a la privada"

Desde CCOO Sanitat, la delegada Cristina Arias, del Hospital Son Espases, coincide en que el sistema público "sufre un proceso de privatización encubierta". "Cada vez se destinan más recursos a la sanidad privada, y eso es un problema grave, porque cada euro que va a la privada es un euro que se levanta de la pública", denuncia.

Arias considera que "cuando se recorta la pública, se empeora el servicio y después se justifica derivar a pacientes para hacer más vía. Es un círculo perverso." También lamenta que "esta dinámica ya no es una excepción, sino que se ha convertido en un modelo estructural", que, además de deteriorar la calidad asistencial, desmotiva a los profesionales: "Los sanitarios se sienten agotados, sin reconocimiento y con sueldos que no reflejan su dedicación."

La secretaria de políticas sociales y sanidad de UGT, María José Cordero, refuerza este diagnóstico y afirma que la privatización "no sólo empeora la calidad asistencial, sino también las condiciones laborales de los trabajadores". "Cualquier servicio externalizado es de peor calidad, porque detrás hay empresas que quieren ganar dinero con un producto esencial para la sociedad del bienestar. Nuestros pilares son la salud y la educación y, si se debilitan, todo el edificio social se tambalea", subraya. Cordero alerta de que "nos acercamos a un modelo como el de Estados Unidos, donde si te enfermas puedes perder tu casa" y defiende que "si la atención primaria funcionara correctamente, no se colapsarían los hospitales". "Necesitamos reforzar la base del sistema, no empujar a la gente hacia seguros privados". También reclama, al igual que Aranda, dedicación exclusiva para los profesionales del sistema público: "No puede ser que un médico tenga tres trabajos. Si trabajas en la pública, es para atender a la ciudadanía, no para duplicar ingresos."

Críticas a SIMEBAL ya la gestión sanitaria

Los tres convocantes coinciden también en criticar el papel del sindicato médico SIMEBAL y su huelga contra el estatuto marco del Ministerio. Aranda considera "sorprendente que se convoque una huelga contra el Ministerio, cuando las condiciones de los profesionales dependen de la Conselleria de Salut". Y acusa al sindicato de "defender más los intereses particulares de sus dirigentes que la sanidad pública". "SIMEBAL utiliza el malestar real de los sanitarios públicos para defender intereses propios. Cuando se permite que los jefes de servicio hagan doble trabajo en la privada, no se está protegiendo a la ciudadanía, sino al privilegio. SIMEBAL tiene intereses políticos", añade. Según Aranda, "es contradictorio querer defender la sanidad pública y, al mismo tiempo, mantener un pie en la privada".

Los sindicatos coinciden en que el malestar del personal sanitario se ha agravado tras la pandemia, cuando se pusieron en evidencia "la falta de personal, las bajas no cubiertas y la sobrecarga de trabajo". "Cuando hay huelgas, los servicios mínimos suelen ser superiores a los servicios habituales, y eso dice ya mucho del colapso del sistema", comenta Cordero. También denuncian la mala gestión de las listas de espera, que superan ya a los 100.000 pacientes en Baleares. "Se hacen planes de choque, peonadas y derivaciones a la privada, pero el problema no se resuelve. Si la medicina privada vive de las derivaciones, nunca tendrá interés en eliminarlas".

La manifestación de este sábado quiere ser una respuesta colectiva a esta situación y un llamamiento "a todos los ciudadanos, no sólo a los trabajadores del sector". "La sanidad pública no nos la han regalado —recuerda Cordero—, se ha conseguido con mucho trabajo y lucha, y ahora nos toca volver a defenderla". Los convocantes reivindican más financiación, más profesionales, mejor gestión y menos derivaciones, y alertan de que "si no se detiene la deriva privatizadora, el sistema dejará de ser universal". "La concentración de mañana interesa a todos los ciudadanos, porque defender la sanidad pública es defender un derecho esencial y un modelo de sociedad en el que la salud no dependa de la cuenta corriente", concluye Arias.

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