"No puede que, por el calor, la gente se juegue la vida en el trabajo"

Los sindicatos denuncian la falta de conciencia de empresas e instituciones sobre que la temperatura extrema es un peligro para los trabajadores

Trabajadores trabajan en el campus de la UIB.
23/08/2025
4 min

PalmaLa ola de calor de 16 días que terminó esta semana ha disparado las alarmas de los sindicatos. "No puede que la gente se juegue la vida al trabajar", advierte Tino Davia, secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT Servicios Públicos. Advierte que falta "conciencia" entre empresarios e instituciones públicas de que la temperatura extrema de los últimos años amenaza la salud de los trabajadores. "Entre los negacionistas del cambio climático y que los edificios no están adaptados, porque están pensados ​​para otra época, tenemos un grave problema", insiste.

Tal y como informa el Ministerio de Trabajo, en 2024 (último año en que se tienen datos) se realizaron 759 inspecciones específicamente para comprobar las "condiciones ambientales" de los trabajadores en las Islas Baleares. Se detectaron cuatro infracciones y se realizaron 59 requerimientos de corrección a las empresas. Además se impusieron 28.281 euros en sanciones. Las mismas fuentes explican que, desde 2021, se han reforzado las políticas de prevención de riesgos laborales con actuaciones "específicas de calor" –como el envío masivo de cartas a las empresas– y las inspecciones en comunidades de riesgo, como Baleares.

Sin embargo, UGT ha denunciado un "infradiagnóstico" de los casos de trabajadores afectados por la temperatura extrema por parte del Estado. "No se denuncian todos los casos que se producen, no hay unos datos claros", expone Davia: "Las cifras oficiales son bajas, no reflejan la realidad". Tanto el Ministerio como varios sindicatos consultados cuentan que los sectores con mayor riesgo por la temperatura son el campo, la construcción, la hostelería –por las cocinas, que acumulan calor–, los limpiadores –sobre todo los que están al aire libre– y las tintorerías o trabajos en invernaderos.

Los sectores de mayor riesgo

"Hemos documentado casos de calor extremo en el ámbito de la recogida del estiércol, porque no tenían aire acondicionado en los vehículos; también el de una trabajadora de un PAC, así como el de algunos servicios de lavandería, en los que estaban sin agua, y algunas torretas de seguridad", expone Miguel Pardo, secretario general de la Federación de Construcción y Servicios de . Otro caso es el que afectó a las trabajadoras de la limpieza de la UIB, muchas de ellas con una discapacidad. Durante tres semanas de agosto tuvieron que trabajar en edificios prácticamente cerrados del todo, con una temperatura que alcanzó los 40 grados y sin climatización. "En verano, todo el mundo se va y quitan el aire", apuntaba una de las trabajadoras: "Tenemos que aguantar".

Para evitar un golpe de calor, se salpicaban con el agua de los lavabos y hacían más pausas fuera, porque en algunas de las facultades, de grandes vidrieras y ventanas que justo se pueden abrir en parte, se generaba un efecto invernadero. Tal y como explicaron algunos testigos, hubo al menos un desmayo en horario laboral. Después de que el ARABalears hiciera público el caso, la UIB pidió disculpas y anunció que revisará el contrato con la empresa licitadora para que la situación no vuelva a producirse.

El delegado de CCOO en los aeropuertos Ramon Carreras remarca, a su vez, que se han documentado golpes de calor de trabajadores tanto en el aeropuerto de Palma como en el de Menorca e Ibiza. "Quienes más sufren son los maleteros", explica, y recuerda el último estudio de la Aemet, según el cual la temperatura extrema de los últimos meses ha dejado un balance de 1.180 muertes en el conjunto del Estado.

Vendimiadores inician la jornada al atardecer.

Según datos de la Conselleria, el IB-Salut ha recibido en 2025 hasta 26 notificaciones de sospechas de golpe de calor –se desconoce cuántas en el ámbito del trabajo. De estas, cuatro se confirmaron y el resto fueron menos graves. Según los datos de Salut, en los últimos años se ha producido un incremento de casos a consecuencia del cambio climático. Así, entre 2013 y 2023 hubo 46 casos de golpes de calor confirmados: de éstos, 13 se asociaron a actividades laborales.

"La Ley de prevención dice que deben evaluarse los riesgos, y el calor puede ser uno, porque puedes morir de un golpe de calor", insiste Carreras: "¿Qué hacen muchas empresas? Cumplir con el papeleo, hacer los protocolos". Por su parte, Davia advierte también un incremento de las quejas de los trabajadores de la Administración, sobre todo en Educación, por la falta de adaptación de los centros. "Los institutos están adaptados en los años 70, la inmensa mayoría se construyeron antes de estas oleadas de calor", expone: "Antes, en junio no hacía la temperatura que ha hecho este año". Pese a que la Conselleria ha facilitado ventiladores, no es suficiente, alerta: "Hay que hacer un plan de climatización de los centros".

Derecho a abandonar el puesto de trabajo

La Ley española de prevención de riesgos laborales establece que cuando los trabajadores están expuestos a un riesgo "grave e inminente" en el trabajo, el empresario está obligado a informarles lo antes posible de este hecho y adoptar las medidas necesarias para protegerlos. En caso necesario, los empleados tendrán incluso derecho a abandonar su puesto de trabajo. En cuanto a la temperatura, en 1997 se introdujeron límites a través de un Real Decreto-ley: entre 17 y 27 grados para los trabajos sedentarios en oficinas, y entre 14 y 25 grados en locales donde se realicen trabajos ligeros. Desde 2023 están prohibidos, además, determinados trabajos en el exterior durante las horas centrales del día cuando haya alerta naranja o roja por temperatura alta. En estos casos, las empresas deben adaptar las condiciones laborales de los trabajadores para prevenir riesgos. Esto hace ya unos años que se hace en determinadas empresas, especialmente en el campo, donde los trabajadores están más expuestos. "En el campo, en las horas fuertes del día es muy difícil trabajar", explica Joan Gaià, coordinador de la patronal Unió de Pagesos: "Hacer trabajo de noche o muy pronto la mañana es una manera de luchar contra el calor".

Un ejemplo es el de Macià Batle. Como explica el director de la empresa, Ramon Servalls, hace ya unos años que los trabajadores entran a partir del atardecer: "Normalmente solemos empezar cuando oscurece; se propuso y la gente lo vio bien". También han ampliado, explica, la vendimia con máquina: "El rendimiento de la gente con la ola de calor no es bueno, y es totalmente inhumano que la gente trabaje de las 12 ha las 16 h".

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