Muere Xisco Avellà, fundador y presidente histórico del GOB

PalmaXisco Avellà (Palma, 1957), fundador e histórico presidente del GOB ha fallecido este lunes en Palma. Cuando hoy se habla del movimiento ecologista en Mallorca, del peso social del GOB y de la consolidación de una conciencia ambiental estrictamente insular, aparece inevitablemente su nombre. Biólogo, docente y activista tenaz, Avellà fue una de las caras visibles del giro estratégico que experimentó el GOB a finales de los años ochenta y la primera mitad de los noventa, un período que muchos consideran clave en la modernización del conservacionismo en las Islas.

Avellà asumió la presidencia del GOB Mallorca en 1989 y la ocupó hasta 1996, convirtiéndose en la persona que más años ha estado al frente de la entidad. Esa etapa coincidió con cambios profundos en el modelo territorial y turístico de la isla: la presión urbanística, el debate sobre las grandes infraestructuras y la protección de los espacios naturales se hallaban en un punto crítico. En ese contexto, la presencia pública de un GOB fuerte, articulado y con capacidad de incidencia resultaba decisiva.

Emperò Xisco Avellà forma parte de la historia del GOB desde el primer minuto, ya que a pesar de ser menor de edad y no poder figurar formalmente en la estructura fundacional, estuvo presente en 1973 cuando nació la entidad. De hecho, buena parte de los ecologistas históricos consideran que su papel fue el de mayor trascendencia para que el movimiento ecologista se estructurarás en Baleares.

Del campo de la biología a la primera línea activista

Formado en biología y dedicado profesionalmente a la docencia, Avellà era ya un militante activo del movimiento ecologista desde los años setenta. Pertenecía a aquella generación que transformó el GOB –nacido como grupo de ornitología– en un auténtico agente social, capaz de influir en la planificación territorial y en la política ambiental de las administraciones.

Su experiencia científica y su rigor metodológico impregnaron toda su acción pública: informes, campañas y comunicados del GOB durante su mandato mostraban un progresivo nivel de profesionalización, que acabaría convirtiendo a la entidad en un referente informativo y moral, capaz de marcar políticas ambientales a los gobiernos de turno.

Cabrera, La Trapa y las grandes batallas de los noventa

El mandato de Avellà en el GOB fue clave en la consolidación del Parque Nacional de Cabrera. Su participación posterior –durante casi dos décadas– en el Patronato de Cabrera confirma hasta qué punto el proyecto formaba parte de su compromiso personal. La defensa del parque sigue siendo, todavía hoy, uno de los capítulos más valiosos en la historia del conservacionismo mallorquín, capaz de vencer los intereses de determinados grupos de navegantes que a pesar de hoy gozar de la biodiversidad del parque, entonces se oponían frontalmente a su protección.

Otras batallas significativas del período fueron las movilizaciones contra determinados proyectos urbanísticos y, sobre todo, las campañas de recuperación y gestión de fincas de alto valor ambiental, entre las que destaca La Trapa, que el GOB adquirió en los años 80 y que hoy es también un símbolo de resistencia al cemento y de compromiso con el territorio. La compra y preservación de este lugar emblemático, impulsada por el GOB con Avellà como figura central, se convirtió en símbolo del poder de movilización del movimiento ecologista.

El GOB marcó toda una época de confrontación con los grandes intereses urbanizadores, y topónimo a topónimo logró no sólo salvar espacios emblemáticos, sino también crear una conciencia colectiva sobre la importancia ambiental, e incluso económica, de preservar el patrimonio natural. De aquella época, destacan las siguientes campañas:

• Cabrera: desde 1986 hasta 1991: campaña intensa para proteger la isla, detener maniobras militares y declararla parque nacional.
• Mondragó: campaña para detener su urbanización.
• No más Urbanizaciones: campaña global para frenar el alud de urbanizaciones de la época.
• Les Covetes: campaña para detener su urbanización y conseguir su demolición.
• Basta de campos de golf: campaña global que acompañaba a campañas puntuales.
• No más puertos deportivos.
• Autopista de Inca: campaña contra la primera gran infraestructura vial de la isla.
• Campaña en defensa de la Ley de espacios naturales y previamente 'Por un Catálogo Digno'.
• Campaña contra la incineración de residuos.
• Seguimiento gestión de espacios naturales protegidos.

El viejo marino y la defensa del mar

Paralelamente, Xisco Avellà desarrolló una intensa labor científica y divulgadora sobre la fauna marina. En 1986 había fundado el Fondo para la Foca del Mediterráneo, desde donde impulsó estudios, trabajo de campo en el Norte de África, y publicaciones sobre el viejo marino (Monachus monachus). Sus aportaciones, siempre marcadas por la prudencia científica, situaron a Baleares en el debate internacional sobre la recuperación de la especie y contribuyeron a hacer de la conservación marina una prioridad social.

En un momento en el que muchos activistas y científicos consolidaban su carrera con obras editoriales, el caso de Avellà es particular: no centró su producción conservacionista en su publicación como autor principal. Su contribución escrita fue por otra vía siempre vinculada al GOB y al ecologismo. Fue director y colaborador habitual de la revista El Ecologista, un instrumento fundamental para difundir informes, poner orden en el debate ambiental y dotar al GOB de voz propia. También participó en anuarios, informes y materiales técnicos sobre ecología y fauna marina, así como en documentación interna y divulgativa del GOB y del Fondo para la Foca del Mediterrània.

Además, fue el responsable de la biblioteca del GOB, un lugar mítico para el ecologismo, donde se podían encontrar miles de títulos de todos los campos del conocimiento ambiental. Hace unos años el GOB cedió este tesoro cultivado por Avellà en la UIB.

La dirección de publicaciones y la voluntad de establecer un relato ambiental sólido fueron rasgos distintivos de su mandato. La comunicación clara, rigurosa y con fundamento científico permitió al GOB conectar con sectores sociales más amplios, acrecentar la base de socios y consolidar su autoridad pública.

Un legado que perdura

Cuando en 1996 dejó la presidencia, el GOB Mallorca era una mayor entidad, más escuchada e institucionalmente más sólida que cuando la había asumida. La huella de aquellos años sigue presente en el modelo organizativo del grupo, en la forma de relacionarse con las instituciones y en la forma de analizar el territorio.

Xisco Avellà representa a una generación que entendió que el ecologismo no era sólo la defensa puntual de un espacio, sino una manera de intervenir en la sociedad: con datos, con perseverancia y con una mirada larga. Su nombre es hoy inseparable de la historia moderna de la protección ambiental en Mallorca.