Hito a hito

La comuna de Valldemossa, lo mismo de siempre con matices

Ruta por la siempre compleja red de caminos de la Serra, un espacio donde los oficios tradicionales han dejado una fuerte huella

La Ruta
Joan Carles Palos
15/08/2025
5 min

PalmaUna conocida marca de cerveza centra la campaña de verano en torno al eslogan 'Lo mismo de siempre'. Pero lo mismo nunca es igual... ¿porque una tiene seis letras y la otra sólo cinco? No, porque muchos son los factores que confluyen en una experiencia y la determinan: personas, luz, ambiente, meteorología, color, etc. A muchos excursionistas (a mí el primero) les ocurre a menudo, que por muchas veces que hagan una misma ruta, no siempre es de la misma manera, no siempre es igual; la diferencia? Matices; porque nunca la oirán (oiremos) como siempre. Haremos lo mismo, pero nunca será igual.

En esta ruta visitamos un entorno que seguramente nos es profundamente familiar. La comuna de Valldemossa sale documentada con el nombre de Puig Comú en el Capbreu de 1517. Las tierras comunales constituían una fuente esencial de recursos naturales para las economías campesinas, dado que suministraban leña, madera, pastos, caza y, en algunos casos concretos, incluso pesca. "Debemos entender el establecimiento de los espacios comunales como una práctica habitual dentro de la lógica de la expansión del sistema feudal, y en Mallorca dentro del contexto de la forestación de la isla, como una concesión hecha a los habitantes que participaban en este proceso después de la conquista feudal catalana. Por tanto, los señores favorecerían la cesión de espacios de aprovechamiento". (Guillem Barceló y Ramis, Bienes comunales y conflictos antiseñoriales: Las comunas de Muro y Santa Margalida (s. XVI-XVIII). La comuna de Valldemossa se vendió, como otras muchas en Mallorca, a particulares pocos años antes de 1880, como se desprende del Archiduque cuando comenta en el Die Balearen que la común era "un bosque antes público que se ha vendido hace poco".

La ruta

[00 min] Iniciamos la caminata desde la misma parada de bus (L-213/consulta disponibilidad y horarios en la web tib.org), en la plaza de Campdevànol. De ahí nos dirigimos hacia el interior del pueblo. Nada más entrar, en la plaza dedicada al músico Bartomeu Estaràs i Lladó, en Tomeu Reüll, giramos a la derecha por la calle Uruguay y, a continuación, nuevamente a la derecha por el camino de Son Mossènyer. [05 min] Pronto encontramos indicadores del GR-221 (Etapa 4: Esporles - Deià), por donde regresaremos. Ahora seguimos el camino, una pista hormigonada, que gira por la izquierda la colina del Molí de la Beata. Después de pasar por debajo del acueducto que abastecía la Cartuja del agua de la fuente de na Llambies y rodear por delante la antigua almazara de los cartujos, el camino sube costero arriba hacia la casa de la Teulera.

En la última curva antes de la mencionada casa, encontramos a la izquierda el camino que nos ha de conducir hasta la casa de nieve de los cartujos por el conocido como Bosc dels Frares, un frondoso encinar que viste los pendientes del monte de la Comuna. [15 min] Ubicada en la antigua carretera del Guix, las obras de esta casa de nieve terminaron el 25 de julio de 1697. Las dos mayores particularidades son la planta ovalada y la cota en la que se encuentra, por debajo de los 500 metros de altitud. La continuación del camino se encuentra a la izquierda de la casa de nieve, que ahora nos acerca hasta el horno de cal de Cartoixa, uno de los más grandes de la Serra. Lo tenemos a pocos metros del camino principal, en un ramal que baja unos metros en dirección a la Teulera.

El camino, ahora de carro, sube por medio de un arrastre que finalmente dejamos a la derecha. Las últimas curvas son un poco asadas y acabamos en un antiguo portillo sin barrera [30 min]. Iniciamos un tramo llano que hacia nuestra derecha nos ofrece entre las encinas una bella panorámica de Valldemossa y de las montañas que la rodean: la atalaya Vella, el monte Caragolí, el Teix y la moleta de Pastoritx. A la altura de una gran encina caída, justo cuando el camino vuelve a tomar vuelo en dirección a Penyalot, debemos ver a la izquierda el inicio de un sendero que toma llano hacia llebeig. Después de una muy suave subida, logramos una bifurcación; seguimos por la izquierda para terminar sobre una miranda natural [40 min], donde el camino parece no tener continuidad. A la derecha de la explanada, un margen con unas estacas empotradas entre las piedras. A los pies de la pared encontramos la continuación del itinerario hacia poniente. Rápidamente el sendero nos asoma sobre un camino de carro, ancho y claro.

Al llegar al lugar conocido como la Garriga Plana [1 h 00 min], topamos con una barraca y un horno de cal. El camino ancho sigue en dirección a las casas de Sa Baduia. Nosotros giramos a la derecha, hacia llebeig, siguiendo hitos. Botamos una pared por un paso abierto y poco después nos volvemos a encontrar con otro horno de cal. Aquí, de nuevo a la derecha, siguiendo un camino que nos llevará en poco tiempo hasta el collado de Sant Jordi [1 h 10 min], donde enganchamos el GR-221. Las estacas de madera aparecen sobre el mismo collado, donde tomamos a la derecha en dirección a Valldemossa por el camino del monte de la Comuna. A pesar del tiempo pasado desde la desaparición de los oficios tradicionales de la Serra (carbonero, calcinero y nevatero, entre otros), todo el entorno mantiene vivo la huella del pasado sobre el territorio.

Vueltas de Violín

La ascensión no es larga, pero sí algo pesada, por la fuerte pendiente. Aunque la belleza del paisaje y las vistas lo compensan con creces. Si seguimos la señalización de la Ruta de Piedra en Seco, no tenemos pérdida. Después de atravesar un rellano con dos barraquitas y restos de rancho de carbonero, [1 h 50 min] llegamos a un collado, a la derecha del cual tenemos el monte de la Comuna. Sin embargo, a la izquierda, existe una miranda mucho más asequible y con muy buena vista. Proseguimos nuestro itinerario, ya en claro descenso hacia Valldemossa. Primero por el breve y bellísimo tramo conocido como las Voltes d'en Violí. Después, el camino gira a la derecha y nos conduce hasta el plano de Penyalot [2 h 00 min], una explanada donde encontramos una balsa, cubierta con una bóveda de piedra, y una barraca adosada al peñón que da nombre al entorno.

En este punto, a nuestra izquierda, se inicia el callejón de la Comuna, viejo camino de herradura donde encontramos dos puntos de especial interés. El primero es una gran roca enorme señada con una cruz [2 h 10 min]. Marca el lugar donde durante la peste de 1652 se estableció un lazareto para aislar a los enfermos del resto de población valldemossina. El segundo punto es la fuente de na Llambies [2 h 20 min], una de las fuentes que abastecían de agua al monasterio de la Cartuja. El último tramo de camino bordea el Molino de la Beata, cerrado al público por el estado ruinoso en el que se encuentra, hasta salir de nuevo al camino de Son Mossènyer. De aquí estamos a tan sólo unos minutos de la villa [2h 30 min].

Los datos

Dificultad 2 sobre 5

Distancia 6,52 km

Desnivel 434 m

Duración 2 h 30 min

Altitud máxima 714 m

Ruta circular

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