Las primeras voces del independentismo en Baleares
En 1976 se fundó la delegación isleña del Partido Socialista de Liberación Nacional de los Países Catalanes (PSAN), nacido en Cataluña en 1968. Diez años después la siguió el Movimiento de Defensa de la Tierra (MDT), en activo en el Principado desde 1984
Los orígenes del nacionalismo en Baleares arraigan en el siglo XIX en la Renaixença, un movimiento de enderezamiento cultural nacido bajo la influencia del Romanticismo inglés y alemán. Uno de sus intelectuales de referencia fue el campanetero Miquel dels Sants Oliver. En La cuestión regional (1899) propuso un federalismo basado en las regiones históricas, en el que Mallorca encajaría en la nacionalidad catalana.
Tanta ilusión quedó truncada con la insurrección militar de 1936. A lo largo de casi 40 años de dictadura, la reivindicación lingüística se convirtió en una importante herramienta de lucha antifranquista. En 1962 una treintena de disidentes liderados por el filólogo Francesc de Borja Moll fundó la Obra Cultural Balear (OCB), que retomaba el espíritu de la Asociación por la Cultura de Mallorca (1923-1936). En 1967 el político artanense Josep Melià Pericàs publicó el influyente libro Los mallorquines, en el que instaba a "poner remedio a la derrota en la que hoy vivimos en tanto que pueblo" en alusión a la derrota de las Germanías (1521-1523). Aquella fue la mayor revuelta popular jamás vivida en la conocida isla de la calma. Miles de isleños murieron por haberse rebelado contra la casta corrupta y privilegiada de la administración de Carlos I. En 1715 la derrota se incrementaría con la acción castellanizadora impuesta con el decreto de Nueva Planta.
El sus de Cura
En enero de 1975, con Franco todavía vivo, diferentes sectores de la sociedad civil impulsaron el Congreso de Cultura Catalana, que se alargaría dos años con actividades en todos los territorios de habla catalana –en Baleares tendrían lugar en 1976. El 25 de enero de 1976, dos meses después de la muerte del dictador, el santuario de Cura (Al santuario de Cura Cataluña, la Comunidad Valenciana y Baleares. Se acordó una hoja de ruta con las siguientes reivindicaciones: la amnistía para los presos políticos, las libertades de asociación política y sindical, el derecho de autodeterminación de los pueblos de España y la cooficialidad de la lengua catalana.
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Manifestación por la Diada de Mallorca de 2025.ISMAEL VELAZQUEZ
Al cabo de un mes, algunos de los asistentes a Cura crearon el PSI (Partido Socialista de las Islas), que no debe confundirse con el PSOE. Entre ellos estaban Sebastià Serra, Celestí Alomar, Antoni Tarabini y Francesc Obrador. Ese mismo 1976 el escritor Antoni Serra y el docente Joan Quetglas impulsaron la delegación mallorquina del Partido Socialista de Liberación Nacional de los Países Catalanes (PSAN). La formación, de inspiración comunista, se había creado en Principado en 1968 con jóvenes del histórico Frente Nacional de Cataluña (FNC). Se trataba de la primera organización estrictamente independentista que apareció en el Archipiélago. Vendrían otros. En 2012 los historiadores Joan Pau Jordà y Miquel Amengual las inventariaron en el libro El independentismo en las Islas Baleares (Documenta Balear).
En 1977 PSI y PSAN unieron fuerzas para impulsar la Asamblea Popular de Mallorca. El 13 de marzo, a tres meses de las primeras elecciones democráticas, la entidad presentó en Cura, ante 400 asistentes, el anteproyecto de Estatuto de Autonomía para Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera. El documento rechazaba que el Archipiélago acabara siendo considerado un pueblo folclórico. Defendía, por el contrario, la absoluta autonomía para cada isla, un órgano suprainsular coordinador, el derecho a la autodeterminación y la oficialidad de la lengua catalana.
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En diciembre de 1977 el PSI pasó a llamarse PSM (Partido Socialista de Mallorca) y se definía como progresista, nacionalista y ecologista. La nueva formación tendría a algunos militantes provenientes del PSAN como Pere Sampol. En las primeras elecciones autonómicas de 1983 obtuvo dos escaños (otros dos fueron para el PSM de Menorca). En cambio, el PSOE de Fèlix Pons empató a 21 escaños con la Alianza Popular de Gabriel Cañellas, que finalmente se convertiría en presidente del Govern balear gracias al apoyo de los seis escaños de Unió Mallorquina de Jeroni Albertí.
Cartel de Maulets para la Diada de 1997.Edicions Documenta Balear
En abril de 1986 el Parlamento aprobó la Ley de normalización lingüística. A final de mes, Cañellas pudo presentarlo como un trofeo en el acto de inauguración en el Auditorium de Palma del II Congreso Internacional de la Lengua Catalana. En ese contexto apareció en Mallorca el Movimiento de Defensa de la Tierra (MDT), creado en Cataluña en 1984 –en Ibiza sería uno de los impulsores Bernat Joan. Al año, el partido se escindiría en dos.
En el ámbito cívico, en 1986 un grupo de jóvenes también implantó en Mallorca la asamblea Llamamiento a la solidaridad en defensa de la lengua, la cultura y la nación catalanas. La organización, que estaría en activo hasta 1992, se había creado en 1981 en el Principado como respuesta al Manifiesto de los 2.300, en el que residentes en Cataluña, liderados por intelectuales como el periodista Federico Jiménez Losantos, denunciaban la discriminación del castellano. Otras organizaciones juveniles serían las Juventudes Independentistas Revolucionarias (JIR), el Bloque de Estudiantes Independentistas (BEI) y los Maulets (hoy integrados dentro de Arran). Algunos de sus miembros pasarían por las jornadas de debate nacional que desde 1985 organizaba en Lluc el Grupo Blanquerna bajo la batuta de Climent Garau, el segundo presidente de la OCB (1970-1976).
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Primer día reivindicativo
En 1987 se produjo la irrupción de la sección balear de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Ese año el MDT-PSAN se encargó de ressignificar el Día de Mallorca del 31 de diciembre. Era la fecha mítica de la entrada en 1229 del rey Jaime I en la Madina Mayurqa musulmana y que originaría la fiesta del Estandarte –celebrada desde el siglo XIII, es la fiesta cívica más antigua de Europa. La resignificación pasaba por la convocatoria de una manifestación con un marcado tono soberanista que todavía hoy se mantiene, aunque tiene lugar un día antes por no coincidir con Fin de Año. En la primera edición, unas 200 personas se congregaron bajo el lema 'Por una sola tierra'. Al año siguiente, con 'No somos españoles. Independencia', fue cuando una cincuentena de ultraderechistas intentaron, sin éxito, cerrar el paso a los manifestantes.
En las elecciones europeas de 1989, el MDT-PSAN se integró en la candidatura Catalunya Lliure junto a Frente Nacional de Cataluña (FNC) –el bloque obtuvo unos 20.000 votos, 666 de los cuales eran de Baleares. Aquel fue el año en que se produjeron en Mallorca los dos únicos atentados reivindicados por Terra Lliure, organización armada independentista, de ideología marxista, fundada en 1978 –se autodisolvería en 1995. El 27 de febrero un artefacto explotó en la Delegación de Hacienda de Palma. El 23 de mayo el objetivo fue el monumento a los caídos por el franquismo en Portocristo. Era la respuesta al atentado contra el repetidor de TV3 de Alfàbia perpetrado el 22 de abril por el dirigente anticatalanista Jaime Martorell. Aquellas dos actuaciones, hechas de noche, no provocaron heridos, tan sólo daños materiales. Dos meses después sería detenido y torturado el joven montuirero Macià Manera. Miembro de Terra Lliure, le imputaron un delito de terrorismo, por el que cumplió tres años de cárcel.
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Lobby por la Independencia
En 1991 antiguos militantes del MDT, JIR, Maulets y Catalunya Lliure pusieron en marcha el Casal Independentista de Mallorca, en funcionamiento hasta 1993. En 1994 Tomeu Martí y Pere Muñoz creaban Jóvenes de Mallorca por la Lengua, que en 1995, a primera imitación de la Conda de Korrika la OCB, hoy con cerca de 4.800 socios. En 1997 la entidad organizaría ya el primer Acampallengua. En esos años, el PSM también se encargó de denunciar el expolio fiscal estatal con una original campaña protagonizada por una vaca. El mensaje era claro: mientras las Islas engordan al animal, Madrid lo ordeña.
En 1995 el docente Jaume Sastre, junto con Josep Palou, impulsó al Lobby por la Independencia. Uno de sus primeros caballos de batalla fue la financiación pública para la celebración en Palma de la Feria de Abril. Para denunciarlo, cada año una comitiva se presentaba en el recinto vestidos de campesinos, sobre asnos y sonando instrumentos tradicionales. En 2004 el Lobby empezó a movilizarse contra la piscina ilegal en Costa de los Pinos (Son Servera) de Pedro J. Ramírez, el director deEl Mundo –su edición en Baleares, dirigida por el activista ultra Eduardo Inda, tenía una línea marcadamente anticatalanista. En 2024 la Audiencia Nacional acabaría ordenando la demolición de la instalación. La entidad de Jaume Sastre también promovería los premios Llaüt y 'Barco de rejilla' para aquellas personas o instituciones que actúan a favor o en contra de la cultura del país, respectivamente.
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En 2014 se fundó la Asamblea Soberanista de Mallorca. Periódicamente, la formación organiza cenas y coloquios con insignes nombres del independentismo y publica informes sobre el expolio fiscal estatal. Este 2025 el mapa soberanista isleño ha sumado una nueva voz: la coalición Por Mallorca. Sus promotores provienen de diferentes ámbitos y, tal y como indicaron el día de la presentación, comparten la voluntad de "superar los blogs ideológicos para poner Mallorca en el centro del debate político".
Etnoansiedad
En el mundo de la sociolingüística ya se hablaba del concepto de 'etnoansiedad'. Es el miedo que siente la población catalanohablante de convertirse en una comunidad residual ante la amenaza que supone la sustitución demográfica con castellanohablantes. Todo esto se produce en medio del contexto de la globalización. En Baleares, en las últimas dos décadas la población ha aumentado un 27% y ahora ya casi rozamos los 1.250.000 habitantes. Cerca de la mitad son nacidos fuera y sólo un 36% tiene el catalán como lengua habitual. Antoni Marimon, catedrático de Historia Contemporánea en la UIB, hace el siguiente análisis: "A mí no me gustan las simplificaciones. No debemos dar por hecho que todos los recién llegados tienen una actitud hostil hacia nuestra lengua. También hay quien la acaban hablando. Tampoco debemos dar por supuesto que lo debemos dar por supuesto".
En 1998 Marimon publicó el libro Entre la realidad y la utopía: Historia del PSM (Documenta Balear). "La frase –apunta– es bastante descriptiva. La dijo Josep Maria Llompart. Los partidos independentistas, que merecen todos mis respetos, se sitúan dentro de los terrenos de la utopía. En las Islas, sin embargo, la realidad es muy dura. El proceso de españolización ha sido muy potente y las alternativas, relativamente débiles. de entrada se proclama independentista".
Uno de los referentes del imaginario independentista es el Reino de Mallorca, que resistió a tres generaciones de monarcas a lo largo de 73 años de existencia (1276-1349). Con la muerte de Jaime III en la batalla de Llucmajor, sería absorbido definitivamente por la Corona de Aragón. En el siglo XVIII, durante la guerra de Sucesión, los territorios de la Corona de Aragón se posicionaron a favor de Carlos de Austria. Al ganar a Felipe V, pagaron cara su fidelidad. El Borbón, mediante el decreto de Nueva Planta, eliminó todas las instituciones insulares e impuso el castellano. Menorca, en cambio, quedó al margen porque prácticamente todo el siglo XVIII estuvo bajo soberanía británica. "Baleares –afirma el historiador– somos una comunidad muy potente, pero siempre ha imperado la falta entendida entre las distintas islas".
Marimon valora muy negativamente el impacto que ha tenido el boom turístico en la identidad insular. "Ha supuesto nuestra desnacionalización como pueblo. Hemos tenido una burguesía hotelera con una actitud nefasta hacia nuestra lengua y cultura. En Cataluña, en cambio, ha habido empresarios que han subvencionado importantes premios. A todo esto hay que añadir la omnipresencia de los medios de comunicación estatales, que han hecho calar el discurso españolista entre la población". El investigador, sin embargo, se resiste a ser derrotista. "El futuro es una cuestión de voluntad".